TEMPURA
Bajo el alero de Rodrigo Millas, el mismo hombre que está detrás de
la cadena Mr. Jack, el Tempura también brilla con colores propios.
El
Boulevard del Parque Arauco, al aire libre y repleto de oferta gastronómica,
nos ofrece -a veces- novedades dignas de destacar. Uno de ellos, el Tempura, un
descubrimiento para este cronista, ya que poco visito este espacio, que bien
vale tener en cuenta a la hora de almuerzo o cena, ya que varios de los
restaurantes que aloja este mall, son parte del circuito gastronómico
capitalino.
El
diseño y decoración del Tempura debe ser uno de los mejores de esta
mini-ciudad. Grande, colorido y con luces tenues, no da la sensación de estar
en un centro comercial. Sin bulla exterior, su cocina invita a un paseo por la
cocina japonesa reinterpretada y algunos guiños a la cocina peruana, tan
manoseada estos últimos años.
Por
ahí leí que la mejor decoración de un restaurante son sus clientes. Vaya que
tiene razón este dicho. Pero el boca a boca (ya que la prensa le ha dado espacio),
el lugar tiene una buena cantidad de clientes, distribuidos en su comedor y
terraza, a los que se suma un bar muy bien abastecido.
Hay
dos valores por plato. A la usanza de las antiguas tarjetas de descuento de los
Clubes de Lectores, acá también hacen un 25 % de descuento si uno se inscribe
en su “club”. El valor resultante es, obvio, más de acuerdo con la realidad,
dejando el valor más alto para los turistas, que posiblemente no estarían
interesados con ingresar a un club de esta naturaleza.
Sea
como sea, se come bien. Muchos con coctelera de autor, ya que es uno de los
fuertes del lugar, sin menospreciar una corta pero buena carta de vinos y
cervezas. Para partir, nos ofrecen dos tiraditos diferentes, uno de salmón
trufado (7.950) y el otro de reineta (7.800) –el único pecado, ya que los
restaurantes (al menos los de prestigio) no deberían ofrecer esta pesca,
habitual en los hogares- con salsa ponzu, cebollín y jengibre.
Luego,
otra sorpresa: un tataki de filete de vacuno (parte de su nueva carta y aun sin
precio), aderezado con salsa ponzu, palta, ajo frito y rabanitos, una mezcla
maravillosa de sabores que vale la pena conocer. Único en su estilo, solo faltó
un trozo de marraqueta recién horneada para sopear sus jugos, algo que no debe
hacerse en un restaurante, pero que todos disfrutaríamos.
El
capítulo de los rolls es grande. Para iniciar, un Ebi Crab de gran sabor
(6.975) armado con jaiba, camarón tempura, palta, salmón flambeado, masago,
salsa unagi y miel; y un parmesan scallop (similar valor) y armado con ostión,
camarón tempura, palta, cebollín, queso parmesano gratinado y zeste de limón. En
la carta, dos docenas de diferentes rolls permiten buscar los de mayor agrado,
y también los de mayor complejidad.
Mal
día para los fondos. Un recocinado y seco filete de Mero ponzu (11.950) liquidó
un bello plato que estaba acompañado con setas portobello, espárragos, repollo
verde, edamame y brócoli; y un atractivo Asado de tira (11.925), cocinado por
12 horas, con salsa nitsuke, puré de papas al ají amarillo y cebollín, que
merece un poco más de trabajo en el proceso de cocción de la carne a baja
temperatura.
Sin
hablar de los postres, ya que no soy especialista en ellos, me inclino por toda
la sección fría de su carta, además de sus rolls. Dejo pendiente –por el
momento- los platos de fondo, esperando que Pierre Hau, el chef, busque los
puntos adecuados de cocción de los productos y afine su puntería.
Lindo
y sorprendente lugar. Para conocerlo incluso si va por un cóctel y un roll.
Tienen menú para niños y un servicio agradable y oportuno. Para los que no lo
conocen aun, debe ser uno de los restaurantes con mejor diseño y decoración del
Boulevard. Y tan solo eso, merece una visita. (JAE)
Tempura / Boulevard Parque
Arauco, local 396, piso 2 exterior / 22242 0233