VINOS Y MÁS EN EL VALLE
DE ACONCAGUA
Algo
más de una hora dura el viaje al Valle de Aconcagua donde una gran variedad de
opciones para disfrutar esperan al visitante, desde caminatas y cabalgatas
hasta sitios patrimoniales de carácter histórico y religioso… además de los
vinos de esta tierra, privilegiada por su particular clima.
“El
río Aconcagua irriga el valle con sus aguas cargadas de nutrientes asegurando
la fertilidad de la tierra; las grandes variaciones de temperaturas entre el
día y la noche favorecen una maduración única de la uva”, explica Mauro von
Siebenthal, quien llegó hace 20 años desde Suiza a Chile para fundar su viña
homónima de 30 hectáreas. Pertenece a la Asociación Viñateros de Aconcagua
(www.aconcagua.wine) fundada en 2016, igual que las viñas Escorial, Flaherty Wines,
In Situ, Peumayén y Sánchez de Loria, todas familiares y en gran parte
premiadas por la guía internacional Parker & Suckling, alcanzando
notaciones entre 90 y 99 en una escala de 100.
“Aquí
los viñateros damos el tiempo al vino para madurar: comúnmente envejece uno o
dos años en barricas de roble y luego reposa medio año en bodega antes de su
comercialización. La pasión produce grandes vinos”, recalca von Siebenthal. A
modo de ejemplo: para lograr la cantidad de vino que anualmente produce Concha
y Toro, su viña se demoraría 1.400 años…
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNCkyVoetpFHdmKjaUVITrIJ435quinCbJ1tW0uvx_9Pbg7cd3DA2U4ALo4IlZ1mvZqzn4-ddlz8HaluEhBreULbOMbhL_Xop4E2AbSWOi2_QyIXx0638ZN43FU0V7C0EXCWKOnj2nHO8/s320/KARLA+BOTELLAS.jpg)
Después
disfrutamos de un rico almuerzo en la Viña Escorial – obviamente con vino que
esta vez no termina en la pelela; ciertamente tampoco el vino licoroso tipo
Oporto de 2014, que está a punto de ser comercializado.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxjj8BIK1Gwrgy5q1Nknf6AddFOeEoKvDpSmk-tqfgtJAl0n-uqd4WMS1bdBZwx1v7wOOx0hESnrWoDCnYCyfg4m0B1poS-DwFkqYEDmnB4YVkoqCzA4M66_74JnzjES4Vm8ZzmxE2hD4/s320/KARLA+IGLESIA.jpg)
De
ahí sigue nuestro tour a San Esteban, donde subimos a la cumbre de un cerro
isla en cuya cima se aprecia un conjunto de bloques rocosos con petroglifos,
elaborados por las poblaciones locales entre hace 1.000 y 450 años. El Parque
Arqueológico Paidahuén, además, ofrece una vista panorámica al valle, a la
ciudad de Los Andes y a la cordillera.
El
día termina con una cena en La Casa Mardones en San Felipe, edificada a fines
del siglo XVIII y hoy sede del Club Social de la ciudad. Participamos de la
fiesta “Luz y Vino”, realizada por la Asociación de Viñateros de Aconcagua,
donde se ofrecieron artesanías, productos típicos de la zona y vinos de todas
las producciones aconcagüinas.
Finalmente,
descansamos en Inca Hoteles Los Andes, que ofrece cómodas habitaciones
decoradas en estilo clásico-moderno con toques de la cultura incaica. Cuenta
con el restaurante Mikuy con gastronomía internacional, cafetería, bar, salones
para eventos, business center y una linda piscina exterior. Una excelente
opción para quedarse en este hermoso valle, durante su viaje a Mendoza, o sólo
para salir un fin de semana de la capital para disfrutar de “vinos y más”. (KB)