CARRER NOU
Una buena movida española en Santiago
Una sangría conquistó en un par de años
más paladares que cien años de borgoñas y clerys con frutillas o chirimoyas. Y
fue labor de los españoles que, a sabiendas que su preparación iba más allá que
un simple vino con naranjas, supieron darle ese toque especial a un brebaje que
se disfruta todo el año en los restaurantes que ofrecen comida española alrededor
del mundo.
Por ello es que la semana pasada me
aparecí por el Carrer Nou, un restaurante ubicado en la esquina de Miguel Claro
con Santa Isabel, en el mismo lugar donde antes estaba el alemán Tante Marlene.
Una casa con más pinta de taberna que de restaurante (y eso gusta), donde lo
español (sobre todo lo Catalán), es el 50% que aporta la chef Amalia Pesutic,
quien se asoció con Cristóbal Pérez (que oficia de cajero, barman, tomador de
pedidos, contralor y todo lo demás), para regocijo de toda una ya establecida
clientela que asiste a deleitarse con tapas y platos catalanes, además la
sangría, obvio.
La sencillez manda en este lugar y las
tapas son parte importante de lo que consumen los clientes en el local.
Variadas y de acuerdo a la temporada, anchoas, pimientos del piquillo y
mozzarella de búfala, son las más pedidas, aunque sin duda sus empanaditas de
horno (4.900) rellenas con costillar ahumado, aceitunas, huevo y perejil, son
mis favoritas para comenzar un buen almuerzo. La copa de sangría se hace poca, así
que es mejor no arriesgarse y pedir una jarra de inmediato (9.900), para que
nada altere los pasos siguientes.
¿Cómo definirlo? Sus propietarios lo
hacen: “Nuestra cocina quiere ser un
homenaje a los entrañables pueblos del Mediterráneo, a la sencillez de su gente
y a la magia de sus preparaciones, donde cada ingrediente tiene la presencia
justa, pues aquí no hay disfraz ni antifaz.” Y tienen razón ya que sus
preparaciones son sencillas pero tremendamente sabrosas y con un toque de
originalidad para una cocina con reminiscencias catalanas.
Tremendas y sabrosas al máximo son sus
Mejillas de congrio al pilpil (5.900) y su afamada tortilla de camarones con
ajo y ciboulette (5.200) que bien podrían finalizar un buen almuerzo. Sin
embargo, en la carta me topé con unos callitos a la madrileña (5.900), que comí
con fruición y envidia del resto de los comensales presentes.
¡Y vaya sorpresa! Leyendo la carta de
líquidos, me encontré con la tónica 1724 (1.200), de alto sabor amargo y que es
una de las favoritas a nivel mundial para preparar los famosos gin o vodka
tonic.
El lugar es sencillo y acogedor. No peca
de esnobismo ya que lo que intentan sus propietarios es que sea un lugar para
conversar, de largas tertulias y con una cocina que merezca la atención. Buena
mano en la cocina, un servicio acorde al lugar y una cuenta nunca abultada es
un buen resumen del Carrer Nou. Un lugar que sus propietarios definen como “un pequeño rincón de libertad donde
queremos que la amistad vaya de plato en plato y de copa en copa.”
(Juantonio Eymin)
Carrer Nou: Av. Miguel Claro 1802,
Providencia, fono 2727 1161