HISTORIAS RE-CONTADAS
N de la D: Han pasado cuatro años del
rescate de los 33 mineros desde las profundidades de la tierra. En esos
entonces Exequiel Quintanilla escribió una recreación de la hazaña, pero
asociándola con la gastronomía. Hemos querido publicar nuevamente esta crónica
que se nos había extraviado y apareció en un sitio web panameño, lugar de donde
la rescatamos para satisfacción de todos nuestros lectores.
LOS TREINTA Y TRES
¿Cómo quedar fuera de la agenda
mediática de estos dos meses con los mineros enterrados bajo setecientos metros
de roca y tierra? ¿Cómo mi deschavetada mente no podría inventar una historia
de arrojo y coraje?
¿Se imaginan llegar a un bar y pedir “un
minero” de aperitivo? ¿Cómo sería y qué diabólicas pócimas contendría este
trago elaborado para recordar este acontecimiento?
Con mi ficticia grabadora recorrí muchos
lugares y solicité a los expertos que inventaran o recrearan un trago o una
comida para los mineros. Algunas respuestas las transcribo a continuación.
Otras desgraciadamente son irreproducibles. Pero logré reunir 33 opiniones, un
número que se quedará para siempre en nuestras memorias.
Héctor Vergara (master sommelier): Sonríe, se acomoda y con su voz que es casi un susurro
me dice: - ¡No se me había ocurrido, Exe! Pero de partida pienso que no podría
ser nada “on the rocks”. No creo que los mineros quieran ver rocas en un buen
tiempo. Yo les haría un “jote” con vino de buena calidad. Como esto sucedió en
el norte pienso que podría ser un syrah Gran Reserva de la viña Falernia con un
shot de Coca Cola. O podría ser Pepsi. ¿Quién te auspicia? Tú escoges una o la
otra. ¿Ya?
Héctor Riquelme (sommelier): Buena
idea amigo. Yo haría un trago especial. Como el norte es todo de color arena y
amarilla, mezclaría whisky Johnnie Walker (acuérdate que esa marca me da de
comer), con harina tostada (se parece al desierto) y unos toques de pisco, para
que no se olviden que son chilenos ahora que se convertirán en millonarios. No
creo que quede muy bueno, pero al menos intenté salvar mi marca.
Ricardo Grellet (sommelier): Compadrito.
Buena idea, casi, casi, como si fuese mía. Yo les haría un bajativo
(¿cachai?... 700 metros bajo tierra… bajativo pues). Araucano y pisco, 50 y 50.
Eso queda oscurito como vivieron ellos. Y en vez de vaso de vidrio o de cristal
lo haría en uno de plumavit. Obvio que no le pondría una pajita, ya que si
chupan de ella capaz que se sientan igual que cuando los subieron por la
cápsula.
Eduardo Brethauer (wine writter): ¡Tenía que ser algo relacionado con tragos Exe! Bueno, acá va mi
receta: Malta, harina y huevo. Te cuento que cada primero de enero es mi única
forma de amanecer. Y como van las cosas, los pobres mineros necesitarán
energías extras para satisfacer a todas las minas (perdón por la palabra) que
los están esperando. ¿Vamos a tomarnos un sour por ahí?
Patricio Tapia (wine writter): No me hagas reír Exe. Sería un tremendo tema para mi programa de la
radio. ¿Un trago para los mineros? Una vez en Ucrania bebí un Ruso Negro:
vodka, café y crema de cacao. No dormí en dos días. En una de esas como los
mineros andan con las tareas atrasadas, seria santo remedio. ¿Cuándo vas a la
radio?
Mariana Martínez (wine writter): Me parece poco adecuado darle a los mineros un trago en estas
circunstancias, pero ya que tú me lo pides (y conste que no lo recomiendo)
debería ser la tradicional piscola. Es el trago nacional por excelencia y
créeme, se está poniendo de moda este año. Por mí que bebieran un buen carignan,
pero me tinca que en Copiapó nadie sabe qué es eso.
Josef Gander (chef): ¿Mineros?
¿Qué mineros? ¿Otra vez me vienes a hueviar con tus tonteras? ¡Déjame trabajar!
Tomás Olivera (chef): Don
Exe, ¿por qué no le preguntó a nuestro sommelier? ¿No lo conoce? Bueno, mi
trago para ellos sería una leche de tigre, los jugosos restos líquidos de mis
cebiches y vodka. Le aseguro que van a cumplir con todas las tareas atrasadas
Begoña Uranga (cronista): Me
siento más chilena que española Exe, pero creo que a ellos les hará bien una
buena jarra de sangría acompañada de grandes porciones de tortilla a la
española. Créeme que con eso han sobrevivido millones de españoles durante
años, y si a nosotros nos fue bien, coño… a ellos también.
Margaret Snook (wine writter): I remember cuando otros mineros quedarse atrapados en una mina en mi
país. Cuando salir a la superficie pidieron una Guinness y dos Big Mac. Acá
ojalá diferente sea. Un asado, vino tinto del bueno (no chimbombos) y empanadas
de La Punta para todos. ¿Un drink? Sour, of course.
Pascual Ibáñez (sommelier): ¿Qué
tragedia no, coño? Estos tipazos deberían ser becados por la NASA. Humildemente
yo les prepararía una paella murciana y de bajativo un pacharán. Total, si no
lo conocen, pronto serán tan famosos que sería bueno que aprendieran a beber de
todo. ¡Y el pacharán es un bajativo de miedo!
Esteban Cabezas (crítico). ¡Esteban….
Esteban…. Esteban! ¿Dónde mierdas te metiste Esteban…?
Ignacio Recabarren (enólogo): Don Exe. Perdone que le responda por mail su pregunta. En estos
momentos estoy en el norte plantando parras en terrenos desérticos para sacar
en un tiempo mi vino “Los Mineros”. Será de una cepa tinta que trataré que se
adapte a las condiciones de suelo. Riego por goteo y de raíces profundas. Me interesa
el tema pero, ¿podríamos conversar el 2015?
César Fredes (cronista): Usted
sabe amigo que yo viví en el desierto muchos años. Tantos que no conocí las
moscas hasta que fui mayorcito. Como homenaje a estos grandes héroes yo haría
un brebaje con singani (no se olvide que hay un boliviano bajo tierra también)
mezclado con pisco de la región y acompañado de jugo de tumbos (que por allá
hay hartos). Para que coman le traigo a mi compadre Rubén Tapia de Talca para
que les prepare un chanchito a las brasas. Y para la hora del tecito, le pido a
mi amigazo del Torofrut de Llay Llay unos sanguchitos de malaya en pan amasado.
¿Le tinca?
Verónica Blackburn (chef): No
sabes cuánto he llorado con la epopeya de los mineros. No sé mucho de alcoholes
pero los traería a todos a comer una terrina de foie gras y luego un ganso
asado con trufas y una selección de verduras de la estación. Eso sí que
tendría, para que escogieran a su voluntad, vinos franceses e italianos. Y que
beban lo que quieran. Después desinfectamos.
Hugo Córdova (empresario gastronómico): Hace un tiempo inventé en mi local el “roncillo”, que
es ron con jugo de huesillos. Desde ahora tendré una variante en homenaje a los
33, el Piscillo. Pisco con jugo de huesillos. Me tinca que les va a gustar más
que la marraqueta con palta.
Pamela Fidalgo (chef): Guachito,
que rico que te acordaste de mí. Eres lo máximo. ¿Los traemos al Hyatt? Te juro
que les preparo un sour con jengibre que me queda de miedo. ¿Qué tiene que ver
eso con la mina? Nada ricura, pero será una experiencia imperdible. ¿Qué me
aconsejas? ¿Le ponemos un poquito de viagra diluido en el sour? No es por nada,
pero estos tipos deben venir ansiosos… y bien sabes que la ansiedad no lleva a
ninguna parte.
Mauricio Fredes (empresario): Primo (así me dice), usted sabe que La Vinoteca está a disposición de
ellos. Que vengan y vayan descorchando lo que quieran. Blancos, tintos,
cervezas, champaña, alcoholes y de un cuantuay. A medida que vayan subiendo los
esperamos en el tercer piso con un almuerzo de antología. Desde empanaditas de
queso hasta comida griega (para que se vayan acostumbrando). Cuando se retiren
y aparte de seis botellas de buen vino, les regalaremos poleras, gorros y
parcas con nuestro logo. Dos más dos siempre son cuatro, querido primo. Usted
sabe que yo no doy puntadas sin hilo…
Marcelo Retamal (enólogo): No
sé si me llamaste por algún soplo, pero tendrás que tener paciencia. Ahorita
estoy trabajando para sacar un vino que se llamara “Los 33” que es una
combinación de 33 terroirs que poseemos acá en De Martino. Será la primera vez
que mezclamos tantos caldos diferentes y vamos por buen camino. Bueno, pienso
que por buena senda ya que recién he juntado vinos de tres barricas y está
espectacular. Ojala que cuando lleguemos a las 33 mezclas siga igual. Dura
tarea amigo, si hubiesen sido cuatro los mineros atrapados ya tendríamos ese vino
en el mercado, pero 33…. so much.
Andrés Varas (empresario gastronómico): Poco estoy en Chile amigo pero póngale nomás e invite
a los mineros a mi Mesón. Nos llegó centolla fresquita y tenemos unos
corderitos magallánicos de rechupete. Para el aperitivo me comprometo con unos
sours con calafate y de bajativo lo que quieran. Hace un poquito de frío acá en
Lo Barnechea así que dígales a sus amigos que vengan con parca, ya que la
gracia de todo esto es estar al lado del asado. Me imagino que ellos estarán
felices de estar al aire libre después de tanto tiempo encerrados ¿o no?
Doña Tina (empresaria gastronómica): Pucha amigo que me gustaría tenerlos en mi
restaurante, mal que mal todos somos humildes y nacimos en la misma cuna. Yo
hice un libro con mis historias a pedido de Don Francisco. Les podría contar
que eso fue otro desastre. De cinco mil ejemplares he vendido una cagá. Pero no
importa. Igual soy feliz. Traiga a los 33, acá les damos unas cazuelitas de
pava y un pastel de choclo de la putamadre. Como ya hace calorcito, un buen
vinito blanco con chirimoyas y tinto con frutillas. Y capaz que les regale un
libro de los míos. ¡Las weas que se le ocurren a Don Francisco!, ¿no?
Francisco Saldaño (cocinero): Compairito, No lleve na’ a los mineros pa’ la capital. Tráigalos a
Iquique. Se sentirán en su tierra. Yo los atiendo y le juro que no les haré
cocina peruana. Se comerían una cazuela de ave y una rica plateada al vino
tinto. ¿Para tomar? La barra está abierta. Y de aquí nos vamos todos a una
picada con caño y todo. No se preocupe, lo de los mineros fue tubo, ¡lo mío es
caño! Es diferente, ¿cachai?
Christopher Carpentier (chef): ¿El gordo Saldaño está en Iquique? Pucha que bueno ya que ese gordo con
hambre come más que los 33 mineros que quieres traerme para acá. ¿Te tinca unos
huevitos con trufas y papas hilo para tus amigos? Es un plato alucinante que no
puedo sacarlo de mis cartas, esté donde esté. Y si de tomar se trata, les
tendré champagne francés con licor de plátano Marie Brizard. Si no están locos
a estas alturas, yo los volveré esquizofrénicos. Ese trago es el súmmum.
Karla Berndt (cronista): Me
respondió en su idioma materno. Capaz que les sirva a los mineros cuando los
inviten a Alemania: Ojojoj – aber gerne bereiten wir etwas für die Bergleute
vor, am besten ganz deftig-kräftig - Eisbein mit Sauerkraut und Klössen, damit
die Mannsbilder zu Kräften kommen! Dazu ein Fass Bier mit echten Liter-Humpen
vom Oktoberfest und den grössten Apfelstrudel, den es jemals gegeben hat!
Ojojoj….
Carlos Cardoen (empresario): ¿Sabes Exe? Muchas veces me
siento como ellos ya que yo tampoco puedo salir. Pero soy tan feliz en Chile
que me gustaría en extremo que los traigas a Santa Cruz. ¿Habrán probado la
mistela alguna vez? Tengo un par de botellitas que se salvaron del terremoto.
¿Te parece que los alojemos en el hotel y al día siguiente nos vamos todos con
la Pilarcita a la viña? Ahí mismito voy a hacer un museo conmemorativo de esta
hazaña. El museo de los 33 se llamará. Ya compré varias cositas que los mineros
mandaron en las palomas a la superficie. Será demasiado bueno. A decir verdad
ando detrás de la máquina que hizo la perforación, pero tengo algunos problemas
para instalarla en la punta del cerro. Diles a los mineros que acá tendrán
chipe libre y un turro de moneditas para que jueguen en mi casino. No te
olvides que yo sufro lo mismo que ellos.
Claudia Patiño (chef): Iorana
Exe, Acá en Isla de Pascua los estamos esperando con los brazos abiertos. Les
tenemos preparados paseos por la isla (menos las cuevas subterráneas) y un
tremendo curanto pascuense tan requetecontra bueno que trajimos langostas vía
Lan desde el conti. Mis amigas ya están preparando sus cocos (esos que se ponen
en las pechugas) para bailarles los temas de nuestra Isla. Haremos un asado en
Anakena donde todo el pueblo participará. Incluso todos los integrantes de la
familia Hito, que tienen tomado el hotel Hanga Roa. ¿Trago? Acá se vive con
vino en caja. Así que les prepararemos un ponchecito de blanco con piña de la
isla. ¡Te apuesto tres a uno que no querrán regresar al Conti!
Ana María Barahona (wine writter): El rescate más caro de Chile merece el vino más caro
también. Así que yo comenzaría a descorchar botellas de Tatay de San Cristóbal
para brindar con y por los mineros. El problema está en que les guste. O sea,
hay que tener un plan B: Clos de Pirque en envases Tetra; y un plan C: piscola
a discreción.
Marcela Inda (relacionadora pública): Ché, ¿no se marearan dando vueltas y vueltas en el
Giratorio? Yo feliz los recibo pero antes tendrán que pasar por la prueba del
ascensor ya que hay que subir 16 pisos y vibra igual que la cápsula. Una vez
arriba comenzarán a dar vueltas y vueltas. ¿Se marearán? Mirá, vos preguntás y
me avisás. Yo me pongo con la comida y la bebida.
Carlo von Mühlenbrock (chef): ¡Tráigamelos al Osadía Don Exe! Yo me consigo los sponsors y también a
algunas amigas de la TV. También puedo hablar con mi vecino del Da Carla y les
hacemos un banquetazo. ¿O una gran parrillada estaría bien? Capaz soy de
conseguirme al Américo para que les cante o al Leo Rey. Usted me avisa y lo
armamos en 24 horas. ¡Yo podría ser el animador del festejo!
Matías Palomo (chef):
Usted sabe don Exe que yo soy mexicano, así que me gustaría recibir a los
mineros con comida típica de allá ya que dudo que les gusten las esferas de
mango o el polvo de cabritas. Así nos vamos a la segura, con tacos, mole y
comida bien picantita. Para tomar, lo que quieran ya que ahora tenemos patente
y nadie nos puede decir nada.
Prietas con papa (J.P.Mellado, chef): Tremenda
idea amigo. Mi clandestino del cerro Alegre ahora sí que se haría famoso. Me
los trae de nochecita y que vengan con sus anteojos de trescientas lucas para
que no identifiquen el lugar de la comida. ¿Se atreverán con un pinot noir sour
de aperitivo? A mí me encantó. Y de fondo les prepararía un Cachetito de
chancho estofado por 12 horas a 75º con causeo de granados, un poco de prieta,
puré de zapallo camote y crema fina de ajo. ¿Te tinca? Avísame por interno. Yo
te doy la dirección cuando lleguen al cerro Alegre.
Raquel Telias (cronista): ¡Yo voy! ¡Yo voy! ¡No me
importa dónde ni cuándo pero yo voy! No me dejes afuera ¿ya? Conocer a los
mineros sería algo demasiado rico. ¡Imagínate verlos comiendo de verdad! ¡No me
lo pierdo por nada del mundo! Avísame ¿ya?, y no me dejes afuera… Yo llevo la
cámara y te convido fotitos, ¿ya? Anda… di que sí…
Joel Solorza (chef): ¿Yo
soy su amuleto compadre ya que me pone hasta bailando en el caño? Córtela pu
iñor. Me tiene pal puro weveo. Traiga a sus mineros pa’ mi casa en grupos de
seis ojalá, ya que aunque el corazón es grande, la chica se me enoja cuando
llego con muchos amigotes juntos. Además no tengo tantas camas para tanto curao
ya que el que entra en mi casa no sale hasta el día siguiente. Partimos con
unos pisquitos sour que hace la chica mientras yo preparo la parrilla. También
traigo a mi amigo pianista y cuando nos den ganas comenzamos a cantar tango. No
sería una fiesta muy chilena pero lo pasaremos pichocaluga. ¿Me avisa cuando
viene?
33 respuestas y un poco de humor para
estos necesarios días. Sin humor la gastronomía sería muy aburrida. Por lo
menos este veterano lo piensa así.
Exequiel
Quintanilla