miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


AQUÍ ESTA COCO
Renovado y “verde”

No costaría nada hacer una apología de este restaurante y su propietario. Mal que mal “Coco” Pacheco es el personaje más mediático de la gastronomía chilena. Tanto, que muchos de sus clientes son extranjeros que traen anotado en un papelito la dirección de su restaurante.

Digno de elogio fue la reconstrucción de su local afectado por un incendio hace un par de años. Coco se podría haber retirado y vivir feliz en cualquier lugar del mundo. No es millonario, pero tiene buenos recursos. Y en el mismo paño incendiado, que pudo haber vendido en nueve millones de dólares, construyó su propia Fénix. Más aun, con todo lo necesario para convertirlo en el primer restaurante “verde” de Chile. Un establecimiento bajo los principios de eficiencia energética, donde los materiales que se utilizaron son en su mayoría reciclados y donde los estándares acústicos, lumínicos y de temperatura, se basan en medidas internacionales que buscan el confort del ser humano.

Y más allá de la construcción nueva, está el éxito del local. Si Coco Pacheco hubiese puesto un chiringuito, igual tendría una gran clientela. Para muestra, un botón: el miércoles pasado y a la hora del ocaso, Aquí esta Coco estaba de bote en bote. 160 personas disfrutando los platos que salen de su enorme y moderna cocina. En muchas mesas comían centolla… y no precisamente por ser económicas.

El espacio es grande. Tres ambientes en el primer piso y tres en el subterráneo. Cava privada con más de 1.200 etiquetas y espacios para reuniones o diversión. Más arriba, en el altillo, más comedores donde un gran equipo de mozos hace su trabajo eficientemente. ¡Cómo no hacerlo! Cuentan que las propinas son tan generosas que para entrar a trabajar a este restaurante, hay que matar a uno de sus empleados.

En la cocina encontramos a Francisca Pacheco, hija del Coco, arquitecto y tan amante de la gastronomía que cumple sus turnos diurnos y nocturnos como un trabajador más. Y no se amilana. Al contrario, goza su trabajo. En los comedores, Piti (Cristina Baquedano), la mujer de Coco. Ojo avizor del restaurante y gestora del negocio. Con una permanente sonrisa maneja todo. Paz, la otra hija, se encarga de las relaciones públicas y la tienda del restaurante.

No puede ser más familiar.

¿Y su comida?

Casi, casi todo del mar. De la tierra solo filete y cordero patagónico. Todo nacional, nos cuenta Coco. “Nada del extranjero ya que en Chile tenemos de todo y eso le gusta a nuestros clientes”. Aparte de su hija, en la cocina está Bernardino Sepúlveda, por treinta años chef del lugar. Tan necesario para el restaurante que conservo su sueldo y su puesto durante los dos años que demoró su reapertura. Con un equipo así ¿cómo no convertirse en el restaurante más famoso del país según los extranjeros que nos visitan?

Producto chileno y recetas autóctonas, propias y latinas. Desde unas suaves empanaditas de mariscos a un congrio salteado (a la peruana) con cebolla morada, ají amarillo, cilantro y papas fritas. También un clásico: pastel de centolla. Rico y abundante, tanto que ahora lo ofrecen en dos tamaños.

Acá hay comida sencilla y honesta pero bien presentada, eso si que nada del otro mundo. La mise en place se siente desde que se entra a este nuevo Aquí esta Coco.

Según Trip Advisor (http://www.tripadvisor.com/), página web donde se pueden leer las opiniones de más de cuarenta millones de viajeros en el mundo y en la actualidad una de las páginas más visitadas por los turistas, incluye el Aquí esta Coco en el número 24 de una lista que registra 604 restaurantes visitados en Santiago. Para llevar recién cuatro meses abierto, es un lujo que muchos quisieran. Al final la elección es de los clientes, esos que tenían repleto este restaurante una noche de miércoles en un abúlico Santiago que se resiste a morir.

Aquí esta Coco: La Concepción 236, Providencia, fono reservas (obligatorias) 410 6200