ESTA SEMANA
AÑO XXI, 2 al 8 de julio, 2009
LA NOTA DE LA SEMANA: Ahora sí
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: Armani Ristorante: con pasta de bueno
LOS APUNTES GASTRONÓMICOS DE LOBBY: El Cid y Josef Gander
LOS CONDUMIOS DE DON EXE: Vinotauro: el amor no tiene cura
LAS CRONICAS DE LOBBY: Gran Museo Perú Fusión
DE BEBISTRAJOS Y REFACCIONES: Tentaciones alpinas a la hora del té
NOVEDADES: Air Canada viaja a Chile con aviones más grandes
EVENTOS: Temporada de caza en el Marriott
BUENOS PALADARES: Las críticas gastronómicas de la semana
miércoles, 1 de julio de 2009
LA NOTA DE LA SEMANA
AHORA SÍ
El sábado 20 de junio llovía fuerte en Santiago. Los esfuerzos para conseguir recursos para las Aldeas Infantiles SOS fueron vanos ya que los organizadores debieron suspender el evento. Pero hay nueva fecha y este sábado 4 una gran carpa que se instalará en el sector de Las Terrazas del Parque Bicentenario en Vitacura reunirá a grandes chefs que prepararán sus más representativos platos para los visitantes a esta jornada solidaria.
Insistimos en la necesidad de que todo sea exitoso. Estarán esperándonos los chefs y propietarios de los restaurantes Rai, C, Danubio Azul, Sushi House, Infante 51, Barcelona, México al Chile, Mercat, Mancini, Strada, Adra y La Mar, que junto a catas de vino y sus especialidades, serán los responsables de engrandecer este evento que permitirá a dar algo de felicidad a los niños que viven en los hogares de SOS.
Los esperamos. La entrada solo cuesta 14 mil pesos y le aseguramos buena comida, buena bebida y grandes entretenciones entre las 19 y 24 horas. No se lo pierda… aunque el día este feo. 4.500 niños sonrientes le agradecerán su visita y aporte.
El sábado 20 de junio llovía fuerte en Santiago. Los esfuerzos para conseguir recursos para las Aldeas Infantiles SOS fueron vanos ya que los organizadores debieron suspender el evento. Pero hay nueva fecha y este sábado 4 una gran carpa que se instalará en el sector de Las Terrazas del Parque Bicentenario en Vitacura reunirá a grandes chefs que prepararán sus más representativos platos para los visitantes a esta jornada solidaria.
Insistimos en la necesidad de que todo sea exitoso. Estarán esperándonos los chefs y propietarios de los restaurantes Rai, C, Danubio Azul, Sushi House, Infante 51, Barcelona, México al Chile, Mercat, Mancini, Strada, Adra y La Mar, que junto a catas de vino y sus especialidades, serán los responsables de engrandecer este evento que permitirá a dar algo de felicidad a los niños que viven en los hogares de SOS.
Los esperamos. La entrada solo cuesta 14 mil pesos y le aseguramos buena comida, buena bebida y grandes entretenciones entre las 19 y 24 horas. No se lo pierda… aunque el día este feo. 4.500 niños sonrientes le agradecerán su visita y aporte.
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR
ARMANI RISTORANTE
Con pasta de bueno
Prosecco o Bellini de aperitivo. No podría ser de otra manera. Y tampoco fue su presentación oficial. Fue más que nada una avant premiere de lo que es segundo restaurante en las Américas de esta marca. El primero está en Nueva York. La idea fue mostrar a un grupo de especialistas la gastronomía que tendrá el local aprovechando la estadía en Chile del chef ejecutivo de la cadena, Ferdinando Palombo y un grupo de expertos que llegaron a la capital para poner en marcha esta nueva franquicia que llega al país.
Los socios chilenos del Ristorante Armani son de bajo perfil pero de alto vuelo. Andrés Belfus e Ivonne Arnaud, marido y mujer son además socios de Gastón Acurio en todos, léase bien, todos los restaurantes y marcas que el peruano ha abierto a nivel mundial. De buen ojo comercial vieron la posibilidad de adquirir la franquicia de Armani para Chile y tras múltiples negociaciones lograron lo que a muchos parecía imposible. Tener en Santiago no solo un Café Armani, modalidad que existe en muchas ciudades del mundo, sino que un modelo de ristorante que atraerá las miradas de muchos.
Todo es riguroso pero ameno y cordial. No dejan escapar ningún detalle de decoración y de servicio. La cocina está a cargo del chef nacional Miguel Opazo, quien debió viajar a Milán a entrenarse largo tiempo antes de asumir su cargo, cocina que ya está lista para recibir a los amantes de la más pura cocina italiana.
Simple y gustosa es la propuesta. Manos expertas nos hacen llegar un flan de hinojo y zapallo italiano de alta factura. Delicado y majestuoso. Luego aparece un carpaccio de pulpo con un sabroso detalle de pimientos grillados y láminas de papa. Los acompañamos con un vino chileno eso sí: un Matetic Coastal sauvignon blanc 2008 que potenció los sabores de estos dos primeros platos.
Las pastas vendrían a continuación. Tres diferentes y con dudas para escoger la mejor. Tortelli Montovani (pasta rellena con zapallo) gruesa y gustosa; Paccheri con centolla y unos Casoncelli con pasta de castañas. La armonía se realizó con un pinot noir Leyda Las Brisas, un contrapunto poco común pero perfecto para la ocasión.
Negro, crema y vidrio envuelve la atmósfera del ristorante. La tienda, a un costado, abierta para los clientes del lugar. Un dos - en – uno que entretiene aunque los precios de la tienda sean sólo para presupuestos muy elevados. Sin embargo, vitrinear no es pecado.
Con un congrio a la mediterránea y una chuleta de ternera milanesa con rúcula y tomate cherry finalizó la muestra salada de la noche. La nota dulce la puso un genial y espectacular tiramisú elaborado bajo las exigentes normas italianas y un soufflé de chocolate caliente con helado de pistacho. Prosecco para el tiramisú y oporto Tawny para el chocolate.
No me extrañaría que el lugar se transforme en uno de los iconos de la capital. No sólo atraerá las miradas de los curiosos y de los que les gusta “ver gente y dejarse ver”. En este caso el Armani tiene pasta de bueno. Pasta y mucho más. (Juantonio Eymin)
Armani Ristorante: Alonso de Córdova 3053, Vitacura, fono 919 4805
Con pasta de bueno
Prosecco o Bellini de aperitivo. No podría ser de otra manera. Y tampoco fue su presentación oficial. Fue más que nada una avant premiere de lo que es segundo restaurante en las Américas de esta marca. El primero está en Nueva York. La idea fue mostrar a un grupo de especialistas la gastronomía que tendrá el local aprovechando la estadía en Chile del chef ejecutivo de la cadena, Ferdinando Palombo y un grupo de expertos que llegaron a la capital para poner en marcha esta nueva franquicia que llega al país.
Los socios chilenos del Ristorante Armani son de bajo perfil pero de alto vuelo. Andrés Belfus e Ivonne Arnaud, marido y mujer son además socios de Gastón Acurio en todos, léase bien, todos los restaurantes y marcas que el peruano ha abierto a nivel mundial. De buen ojo comercial vieron la posibilidad de adquirir la franquicia de Armani para Chile y tras múltiples negociaciones lograron lo que a muchos parecía imposible. Tener en Santiago no solo un Café Armani, modalidad que existe en muchas ciudades del mundo, sino que un modelo de ristorante que atraerá las miradas de muchos.
Todo es riguroso pero ameno y cordial. No dejan escapar ningún detalle de decoración y de servicio. La cocina está a cargo del chef nacional Miguel Opazo, quien debió viajar a Milán a entrenarse largo tiempo antes de asumir su cargo, cocina que ya está lista para recibir a los amantes de la más pura cocina italiana.
Simple y gustosa es la propuesta. Manos expertas nos hacen llegar un flan de hinojo y zapallo italiano de alta factura. Delicado y majestuoso. Luego aparece un carpaccio de pulpo con un sabroso detalle de pimientos grillados y láminas de papa. Los acompañamos con un vino chileno eso sí: un Matetic Coastal sauvignon blanc 2008 que potenció los sabores de estos dos primeros platos.
Las pastas vendrían a continuación. Tres diferentes y con dudas para escoger la mejor. Tortelli Montovani (pasta rellena con zapallo) gruesa y gustosa; Paccheri con centolla y unos Casoncelli con pasta de castañas. La armonía se realizó con un pinot noir Leyda Las Brisas, un contrapunto poco común pero perfecto para la ocasión.
Negro, crema y vidrio envuelve la atmósfera del ristorante. La tienda, a un costado, abierta para los clientes del lugar. Un dos - en – uno que entretiene aunque los precios de la tienda sean sólo para presupuestos muy elevados. Sin embargo, vitrinear no es pecado.
Con un congrio a la mediterránea y una chuleta de ternera milanesa con rúcula y tomate cherry finalizó la muestra salada de la noche. La nota dulce la puso un genial y espectacular tiramisú elaborado bajo las exigentes normas italianas y un soufflé de chocolate caliente con helado de pistacho. Prosecco para el tiramisú y oporto Tawny para el chocolate.
No me extrañaría que el lugar se transforme en uno de los iconos de la capital. No sólo atraerá las miradas de los curiosos y de los que les gusta “ver gente y dejarse ver”. En este caso el Armani tiene pasta de bueno. Pasta y mucho más. (Juantonio Eymin)
Armani Ristorante: Alonso de Córdova 3053, Vitacura, fono 919 4805
LOS APUNTES GASTRONÓMICOS DE LOBBY
EL CID Y JOSEF GANDER
¿O Josef Gander y El Cid?
¿Cuántas páginas se habrán escrito de El Cid o de Josef Gander estos últimos 25 años? Creemos que muchas. Ni siquiera Gander lo sabe. Genio y figura de El Cid y del hotel Sheraton, debe ser uno de los chefs que más anécdotas debe acumular en su vida. Su difícil carácter lo ha distinguido por largo tiempo y son pocos los cocineros que han pasado por sus dominios y que no lo hayan odiado en algún momento. Italiano de nacimiento y suizo de formación llegó a Chile a las mismas cocinas que aun lo mantienen en los altos de la gastronomía nacional. Ya menos hosco que en sus inicios, se da el tiempo para conversar y reírse de si mismo, mientras se siente orgulloso de todas las etapas de su vida.
Le renovaron el año pasado “su” restaurante y también él renovó la propuesta. Sus clásicas preparaciones rococó debían reemplazarse en un comedor más moderno, más minimalista. Y lo hizo. Su última carta es atractiva y de alto nivel. Y sorprende.
Kir Royal y una amuse buche de salmón para comenzar a vivir una nueva experiencia. De partida dos pequeños y sabrosos trozos de foie gras con unas tostaditas Melba hechas con pan brioche. De gran gusto y perfección. Le siguen unos camarones antárticos bañados en salsa de naranja y vaina de vainilla de Tahiti acompañado de una hoja de pera caramelizada. Sabor y color inigualables para una combinación diferente y nunca degustada. Un syrah Chocalán para el primer plato y un sauvignon blanc William Cole para el segundo que armonizan a la perfección. ¡Que gusto nos estamos dando!
Tras un sorbete de limón de Pica, un fondo sorprendente por lo sencillo y rico. Un filete de vacuno grillado, perfectamente a punto, rojo en su centro y blandísimo, con una reducción de chalotas, médula y vino tinto, acompañado de verduras frescas donde sobresalían unas pequeñas hojas de col de Bruselas y una cinta de puré trufado que elevó el plato a cotas de perfección, junto a un cabernet sauvignon Tabalí, una combinación de alto nivel.
Mousse de chocolate con sorbete de guayaba y macedonia de frutos tropicales fue la nota dulce de la noche.
Gander volvió a la sencillez del lujo y del sabor. Sin parafernalias juega con sabores y aromas diferentes para un menú degustación que ahora estará a disposición del público que disfrutan el lugar. A pesar de que mi visita fue una fría noche de semana, el comedor estaba lleno de gentes. Y no precisamente turistas que alojan en el hotel. Sus clientes son santiaguinos con ganas de comer bien. Y eso es un buen índice.
Larga vida a Gander, podríamos decir. Gander y El Cid son actualmente sinónimos. Una dupla inseparable. Y muy gustosa. (Juantonio Eymin; Fotografía Josef Gander: Chef & Hotel).
El Cid. Hotel Sheraton Santiago & Convention Center. Av Santa María 1742, Providencia, fono 233 5000
¿O Josef Gander y El Cid?
¿Cuántas páginas se habrán escrito de El Cid o de Josef Gander estos últimos 25 años? Creemos que muchas. Ni siquiera Gander lo sabe. Genio y figura de El Cid y del hotel Sheraton, debe ser uno de los chefs que más anécdotas debe acumular en su vida. Su difícil carácter lo ha distinguido por largo tiempo y son pocos los cocineros que han pasado por sus dominios y que no lo hayan odiado en algún momento. Italiano de nacimiento y suizo de formación llegó a Chile a las mismas cocinas que aun lo mantienen en los altos de la gastronomía nacional. Ya menos hosco que en sus inicios, se da el tiempo para conversar y reírse de si mismo, mientras se siente orgulloso de todas las etapas de su vida.
Le renovaron el año pasado “su” restaurante y también él renovó la propuesta. Sus clásicas preparaciones rococó debían reemplazarse en un comedor más moderno, más minimalista. Y lo hizo. Su última carta es atractiva y de alto nivel. Y sorprende.
Kir Royal y una amuse buche de salmón para comenzar a vivir una nueva experiencia. De partida dos pequeños y sabrosos trozos de foie gras con unas tostaditas Melba hechas con pan brioche. De gran gusto y perfección. Le siguen unos camarones antárticos bañados en salsa de naranja y vaina de vainilla de Tahiti acompañado de una hoja de pera caramelizada. Sabor y color inigualables para una combinación diferente y nunca degustada. Un syrah Chocalán para el primer plato y un sauvignon blanc William Cole para el segundo que armonizan a la perfección. ¡Que gusto nos estamos dando!
Tras un sorbete de limón de Pica, un fondo sorprendente por lo sencillo y rico. Un filete de vacuno grillado, perfectamente a punto, rojo en su centro y blandísimo, con una reducción de chalotas, médula y vino tinto, acompañado de verduras frescas donde sobresalían unas pequeñas hojas de col de Bruselas y una cinta de puré trufado que elevó el plato a cotas de perfección, junto a un cabernet sauvignon Tabalí, una combinación de alto nivel.
Mousse de chocolate con sorbete de guayaba y macedonia de frutos tropicales fue la nota dulce de la noche.
Gander volvió a la sencillez del lujo y del sabor. Sin parafernalias juega con sabores y aromas diferentes para un menú degustación que ahora estará a disposición del público que disfrutan el lugar. A pesar de que mi visita fue una fría noche de semana, el comedor estaba lleno de gentes. Y no precisamente turistas que alojan en el hotel. Sus clientes son santiaguinos con ganas de comer bien. Y eso es un buen índice.
Larga vida a Gander, podríamos decir. Gander y El Cid son actualmente sinónimos. Una dupla inseparable. Y muy gustosa. (Juantonio Eymin; Fotografía Josef Gander: Chef & Hotel).
El Cid. Hotel Sheraton Santiago & Convention Center. Av Santa María 1742, Providencia, fono 233 5000
LOS CONDUMIOS DE DON EXE
VINOTAURO
El amor no tiene cura
El amor no tiene cura
Crónica gastronómica interpretativa
Llovía profusamente cuando se me ocurrió convidar a Mathy a un ambigú nuevo que había divisado en mi barrio. Vinotauro se llama y ese mediodía quería comer carne, su especialidad, y a la parrilla.
- Vinotauro ¿Qué es eso?
- Una parrilla
- Tiene nombre de cabaret Exe. ¿Estás seguro que se llama así?
- Si hermosa. Es una parrilla y me tinca buena. Además llueve y está cerca de mi departamento. ¿Nos juntamos allá?
Creo que dudó un poco pero dijo que si. Hacía días que no estábamos juntos y necesitábamos ese contacto. Vinotauro… Minotauro… con razón Mathilda me hizo la observación. Tenía nombre de night club, pero ésta, creo, es una parrilla. La había visto de pasadita y me pareció bien instalada. Cuando pasé por ahí hace unos días, salía un olorcito a cosas ricas que me entusiasmaron a más no poder. Además, con el presupuesto medio flaco no quería asumir riesgos mayores. Mis chiquillos aun no me reponen en un cien por ciento la mesada (me tinca que se están aprovechando del pobre papá) y si invitaba a Mathy a comer guatitas a Las Lanzas, creo que aun estaría sintiendo el eco de la tapa que me haría. Así que Vinotauro era mi única esperanza.
Llovía afuera y adentro cuando llegué. Era tanta el agua que sobrepasó el techo del ambigú. Me derivaron a un pequeño comedor del segundo piso. Ahí no llovía y mientras esperaba a mi amada solicité un pisco sour. Llegaron juntos. El mozo con mi sour y Mathilda con un genio que se los regalo. El súmmum es cuando pide un jerez Tío Pepe. Ahí dan ganas de arrancar. ¿Qué creen mis lectores? Pidió Tío Pepe, mientras se sacaba gorro, abrigo, bufanda y guantes que la acompañaban y se secaba los restos de agua que tenía en su cara.
- Te debo querer mucho Exe para llegar hoy acá.
- Eso creo… murmuré apenas.
- ¡Estoy empapada! y para más remate allá abajo estaba calentito pero se estaba lloviendo y me mandan a este helado comedor del segundo piso.
- Pero Mathy…
- Nada de Mathy querido. Y comienza a pedir algo de comida ya que con frío, lluvia y hambre me pongo intolerable.
Llamé al mozo y le solicite rápidamente una porción de empanaditas de queso, una botella de cabernet sauvignon Miguel Torres y un surtido de carne, ave y camarones al pilpil. ¡Y rápido!, lo urgí mientras terminaba mi buen sour y ella de un largo sorbo se bebía su jerez. La única forma que tenía para que olvidara su mal genio era que llegara pronto el pedido. Y ojalá estuviese bueno. El mix al pilpil estaba mahoma no más. Le faltó enjundia. Las empanaditas, desgraciadamente de caja. No hechas en casa, esas que tienen un no-se-qué pero que contentan corazones. Partimos mal, pensé, mientras Mathy me miraba como pidiéndome explicaciones. ¿La había sacado de su acogedor departamento para comer empanaditas congeladas de caja?
Incluso el mozo se dio cuenta del estado de ánimo de mi amada. Apuró la causa y parece que chicoteó los caracoles de la parrilla y llegó en un santiamén con los fondos. Un jugoso lomo a la parrilla con papas fritas para ella y una sana pechuga de pollo con ensalada de palmitos y palta para mí. Aparte, y de regalo por el mal rato del mix al pilpil, nos benefició con dos papas ácidas (así les llaman a las papas rellenas con crema ácida y ciboulette envueltas en papel aluminio, por lo tanto no era un mensaje para mi odiosa Mathilda), de buen porte, sabor y cocción. Poco a poco la sonrisa volvió a su linda cara. Pero cuidado, me dije. Esa sonrisa trae algo. Detalle que al rato conocería.
¿Existe algo más típico en una parrilla de barrio que las papayas al jugo? Creo que no. Además, como actualmente vienen enlatadas o enfrascadas son sanas y recomponen. Yo, papayas; ella torta de merengue lúcuma que estaba para chuparse los dedos. Resumiendo: fuera de los equívocos iniciales, buen precio, buen producto y buena intención. ¿El agua?… un bonus track fuera de todo pronóstico.
Afuera seguía lloviendo cuando recibí mi propio chaparrón.
- ¿Me acompañas? Tengo dos entradas para el Teatro Municipal. Iremos a la ópera. Tristán e Isolda. ¿Te tinca?
Rápidamente calculé las opciones que tenía. Ninguna. O partía al Municipal a escuchar el dramón o moriría con el corazón desangrado después de varios días de lenta agonía.
- Lógico que te acompaño. Si bien es cierto que Wagner no es santo de mi devoción, feliz voy contigo…, mentí.
¡Ay Tristán! ¡Ay Isolda!
El amor no tiene cura…
Exequiel Quintanilla
Vinotauro: Duble Almeyda 2438, /esq. Pedro de Valdivia, Ñuñoa, fono 893 6216
Llovía profusamente cuando se me ocurrió convidar a Mathy a un ambigú nuevo que había divisado en mi barrio. Vinotauro se llama y ese mediodía quería comer carne, su especialidad, y a la parrilla.
- Vinotauro ¿Qué es eso?
- Una parrilla
- Tiene nombre de cabaret Exe. ¿Estás seguro que se llama así?
- Si hermosa. Es una parrilla y me tinca buena. Además llueve y está cerca de mi departamento. ¿Nos juntamos allá?
Creo que dudó un poco pero dijo que si. Hacía días que no estábamos juntos y necesitábamos ese contacto. Vinotauro… Minotauro… con razón Mathilda me hizo la observación. Tenía nombre de night club, pero ésta, creo, es una parrilla. La había visto de pasadita y me pareció bien instalada. Cuando pasé por ahí hace unos días, salía un olorcito a cosas ricas que me entusiasmaron a más no poder. Además, con el presupuesto medio flaco no quería asumir riesgos mayores. Mis chiquillos aun no me reponen en un cien por ciento la mesada (me tinca que se están aprovechando del pobre papá) y si invitaba a Mathy a comer guatitas a Las Lanzas, creo que aun estaría sintiendo el eco de la tapa que me haría. Así que Vinotauro era mi única esperanza.
Llovía afuera y adentro cuando llegué. Era tanta el agua que sobrepasó el techo del ambigú. Me derivaron a un pequeño comedor del segundo piso. Ahí no llovía y mientras esperaba a mi amada solicité un pisco sour. Llegaron juntos. El mozo con mi sour y Mathilda con un genio que se los regalo. El súmmum es cuando pide un jerez Tío Pepe. Ahí dan ganas de arrancar. ¿Qué creen mis lectores? Pidió Tío Pepe, mientras se sacaba gorro, abrigo, bufanda y guantes que la acompañaban y se secaba los restos de agua que tenía en su cara.
- Te debo querer mucho Exe para llegar hoy acá.
- Eso creo… murmuré apenas.
- ¡Estoy empapada! y para más remate allá abajo estaba calentito pero se estaba lloviendo y me mandan a este helado comedor del segundo piso.
- Pero Mathy…
- Nada de Mathy querido. Y comienza a pedir algo de comida ya que con frío, lluvia y hambre me pongo intolerable.
Llamé al mozo y le solicite rápidamente una porción de empanaditas de queso, una botella de cabernet sauvignon Miguel Torres y un surtido de carne, ave y camarones al pilpil. ¡Y rápido!, lo urgí mientras terminaba mi buen sour y ella de un largo sorbo se bebía su jerez. La única forma que tenía para que olvidara su mal genio era que llegara pronto el pedido. Y ojalá estuviese bueno. El mix al pilpil estaba mahoma no más. Le faltó enjundia. Las empanaditas, desgraciadamente de caja. No hechas en casa, esas que tienen un no-se-qué pero que contentan corazones. Partimos mal, pensé, mientras Mathy me miraba como pidiéndome explicaciones. ¿La había sacado de su acogedor departamento para comer empanaditas congeladas de caja?
Incluso el mozo se dio cuenta del estado de ánimo de mi amada. Apuró la causa y parece que chicoteó los caracoles de la parrilla y llegó en un santiamén con los fondos. Un jugoso lomo a la parrilla con papas fritas para ella y una sana pechuga de pollo con ensalada de palmitos y palta para mí. Aparte, y de regalo por el mal rato del mix al pilpil, nos benefició con dos papas ácidas (así les llaman a las papas rellenas con crema ácida y ciboulette envueltas en papel aluminio, por lo tanto no era un mensaje para mi odiosa Mathilda), de buen porte, sabor y cocción. Poco a poco la sonrisa volvió a su linda cara. Pero cuidado, me dije. Esa sonrisa trae algo. Detalle que al rato conocería.
¿Existe algo más típico en una parrilla de barrio que las papayas al jugo? Creo que no. Además, como actualmente vienen enlatadas o enfrascadas son sanas y recomponen. Yo, papayas; ella torta de merengue lúcuma que estaba para chuparse los dedos. Resumiendo: fuera de los equívocos iniciales, buen precio, buen producto y buena intención. ¿El agua?… un bonus track fuera de todo pronóstico.
Afuera seguía lloviendo cuando recibí mi propio chaparrón.
- ¿Me acompañas? Tengo dos entradas para el Teatro Municipal. Iremos a la ópera. Tristán e Isolda. ¿Te tinca?
Rápidamente calculé las opciones que tenía. Ninguna. O partía al Municipal a escuchar el dramón o moriría con el corazón desangrado después de varios días de lenta agonía.
- Lógico que te acompaño. Si bien es cierto que Wagner no es santo de mi devoción, feliz voy contigo…, mentí.
¡Ay Tristán! ¡Ay Isolda!
El amor no tiene cura…
Exequiel Quintanilla
Vinotauro: Duble Almeyda 2438, /esq. Pedro de Valdivia, Ñuñoa, fono 893 6216
LAS CRONICAS DE LOBBY
GRAN MUSEO PERÚ FUSIÓN
Cuando salga esta crónica, el Gran Museo Perú Fusión aun no completará tres semanas de su apertura. Nuevito, por así decirlo. Y se dieron el lujo –y el arrojo- de presentarlo a los especialistas aun a sabiendas que no todas las piezas funcionan a la perfección. A pesar de que el propietario, el peruano Pablo Vega, tiene otro establecimiento en la capital, la experiencia para él también sería nueva. Comida peruana fusión, algo difícil de describir y aun más, de entender.
Partimos a la peruana. Un buen pisco sour nos recibe. Salsa picante de rocoto y buena panadería también, la que sirvió para aplacar el apetito mientras llegaban los platos de una lenta cocina. Las entradas fueron peruanas. Cebiches y piqueos varios de gran sabor y sazón pero con un uso descomedido de ají no moto. Por mucho umami, quinto sabor o un potenciador del gusto, queda un algo raro en lo más profundo del paladar una vez consumido en cantidades. Quizá un poco menos de ají no moto y un poco más de sazón propia sería el ideal. Con pocos vinos aun de una desconocida carta, brilló el Sauvignon blanc y el cabernet sauvignon Gran Reserva de Tarapacá.
El chef y personal son oriundos del Perú. Llegaron no hace más de un mes a Santiago y aun se sienten extraños por acá. El servicio es bueno y creo que poco a poco será mejor. El ambiente está pensado para mostrar la famosa cultura inca y aunque es algo kirch en parte, no molesta. Me habría gustado con menos réplicas a cambio de una mejor decoración, pero donde manda capitán…
Urge, antes de que crezca, algo de reingeniería en la cocina. De la básica pero necesaria. Por esperar unos platos de fondo que requerían una mayor preparación, el mío llegó frío a la mesa. Un esperanzador tacu tacu que había cifrado todas mis ilusiones. Un detalle, pero muy significativo. ¿Se lo calentamos?, preguntó el mozo. Otro error… y de los grandes.
Hay que darle una vuelta de tuerca al Gran Museo antes de que terminen de afinar las piezas. Probé un par de platos de su cocina fusión (como un mahi mahi con salsa de lúcuma) que poco se fusionaba. Buena mano en la cocina hay. Son capaces de hacer un puré de pallares de gran calidad, sin embargo pienso que hay que tener cuidado con lo que se fusiona. Además que la famosa palabrilla “fusión” ya está algo pasada de moda en las cocinas de la capital.
Buenos los postres. Por eso insisto que hay una disposición a realizar bien las cosas en la cocina. Corregir y corregir deberá ser el norte de este lugar. Hay un aporte y eso hay que agradecerlo. Pero una cosa es decir que el lugar es cálido y otra es que uno transpire por el calor que emana de su calefacción. Si corrigen los detalles, será una muy buena alternativa para los vecinos del barrio alto santiaguino (Juantonio Eymin)
Gran Museo Perú Fusión: Lo Gallo 1766, Vitacura, fono 202 9061
Cuando salga esta crónica, el Gran Museo Perú Fusión aun no completará tres semanas de su apertura. Nuevito, por así decirlo. Y se dieron el lujo –y el arrojo- de presentarlo a los especialistas aun a sabiendas que no todas las piezas funcionan a la perfección. A pesar de que el propietario, el peruano Pablo Vega, tiene otro establecimiento en la capital, la experiencia para él también sería nueva. Comida peruana fusión, algo difícil de describir y aun más, de entender.
Partimos a la peruana. Un buen pisco sour nos recibe. Salsa picante de rocoto y buena panadería también, la que sirvió para aplacar el apetito mientras llegaban los platos de una lenta cocina. Las entradas fueron peruanas. Cebiches y piqueos varios de gran sabor y sazón pero con un uso descomedido de ají no moto. Por mucho umami, quinto sabor o un potenciador del gusto, queda un algo raro en lo más profundo del paladar una vez consumido en cantidades. Quizá un poco menos de ají no moto y un poco más de sazón propia sería el ideal. Con pocos vinos aun de una desconocida carta, brilló el Sauvignon blanc y el cabernet sauvignon Gran Reserva de Tarapacá.
El chef y personal son oriundos del Perú. Llegaron no hace más de un mes a Santiago y aun se sienten extraños por acá. El servicio es bueno y creo que poco a poco será mejor. El ambiente está pensado para mostrar la famosa cultura inca y aunque es algo kirch en parte, no molesta. Me habría gustado con menos réplicas a cambio de una mejor decoración, pero donde manda capitán…
Urge, antes de que crezca, algo de reingeniería en la cocina. De la básica pero necesaria. Por esperar unos platos de fondo que requerían una mayor preparación, el mío llegó frío a la mesa. Un esperanzador tacu tacu que había cifrado todas mis ilusiones. Un detalle, pero muy significativo. ¿Se lo calentamos?, preguntó el mozo. Otro error… y de los grandes.
Hay que darle una vuelta de tuerca al Gran Museo antes de que terminen de afinar las piezas. Probé un par de platos de su cocina fusión (como un mahi mahi con salsa de lúcuma) que poco se fusionaba. Buena mano en la cocina hay. Son capaces de hacer un puré de pallares de gran calidad, sin embargo pienso que hay que tener cuidado con lo que se fusiona. Además que la famosa palabrilla “fusión” ya está algo pasada de moda en las cocinas de la capital.
Buenos los postres. Por eso insisto que hay una disposición a realizar bien las cosas en la cocina. Corregir y corregir deberá ser el norte de este lugar. Hay un aporte y eso hay que agradecerlo. Pero una cosa es decir que el lugar es cálido y otra es que uno transpire por el calor que emana de su calefacción. Si corrigen los detalles, será una muy buena alternativa para los vecinos del barrio alto santiaguino (Juantonio Eymin)
Gran Museo Perú Fusión: Lo Gallo 1766, Vitacura, fono 202 9061
DE BEBISTRAJOS Y REFACCIONES
GRAND HYATT SANTIAGO:
TENTACIONES “ALPINAS” A LA HORA DEL TÉ
por Karla Berndt
17:30 horas. La noche ya llegó; está lloviendo. La suave música de fondo se mezcla con el sonido de la lluvia, la tenue luz de las lámparas y velas se refleja en la madera pulida de las mesas. En el Atrium Lobby Lounge del Grand Hyatt Santiago huele a pasteles, galletas y azúcar caramelizado. Adultos y niños, plato en mano, silenciosos y con caras de devoción, se acercan a las tentaciones que el chef austríaco Roland Brandtner ofrece a la hora del té. Son especialidades de su país natal, delicias típicas que encajan perfectamente con el clima invernal de estas oscuras tardes. Una atmósfera que me hace recordar los días navideños europeos, ¡sólo falta que comience a nevar!
Antes de todo, nos atrae el rico aroma de la sopa de zapallo, preparada con un toque de vinagre de frambuesa que le proporciona una delicada acidez. Decorada con unas gotas del auténtico Kürbiskernöl (aceite de semillas de calabaza), especialidad culinaria de la región de Steiermark, en el sudeste de Austria, y acompañada por pancitos de comino con queso crema y ciboulette, es un comienzo prometedor.
Al otro extremo del amplio mesón, un experimentado cocinero prepara una especie de gruesos panqueques dándolos vuelta con destreza y perfección en el aire, cortándolos en trozos, agregándoles manzanas, pasas y azúcar doradas en mantequilla, coronando todo esto con una gruesa capa de azúcar flor. Para acompañar, compota de frutas cocidas (la de ciruelas es la que comúnmente se sirve en Austria), mermeladas y helados. Son los Kaiserschmarrn, uno de los platos dulces más famosos de la república alpina. La palabra significa “Las tonterías del Emperador”. Cuenta la leyenda que el Emperador Franz Joseph I. (1830–1916) amaba comer panqueques de postre. A veces, éstos no le quedaban perfectos al cocinero: se rompían, y el personal se comía estos “pedazos” ya que hubiera sido una “tontería” servirlos al Emperador…
Al lado, en un richaud plateado y flotando en cremosa salsa, están los Germknödel, voluminosas albóndigas cocidas, preparadas con harina y levadura. Se sirven calientes, con salsa de vainilla y tapadas de semillas de amapola azucarada.
Al frente de la estación de los platos calientes, en una amplia mesa redonda, esperan todas estas tortas, kuchenes y galletas que tientan hasta al más convencido de las dietas bajas en calorías. De verdad, esta hora de té austríaca no es apta para personas en campaña de reducir su volumen corporal. Tampoco es la idea. Mañana tendré que alimentarme nuevamente con ensaladas y yogurt con granola.
Al plato va un trozo de strudel de manzana (¡con crema, obviamente!), de verdad uno de los mejores que he comido, en una masa delgada, quebradiza y en perfectas capas envolviendo el relleno jugoso y con su justa cantidad de pasas y azúcar.
También está la famosa Sachertorte, torta de chocolate amargo (¡mucho chocolate amargo!) y mermelada de damasco considerada la especialidad nacional austriaca, y la Linzer Torte, originaria de la ciudad del mismo nombre, Linz, las primeras recetas escritas datan del siglo 18. Esta maravilla lleva avellanas ralladas y mermelada de grosella negra (o frambuesa).
Con una taza de café nos acompaña Roland Brandtner, el chef ejecutivo del hotel, quien confirma que estas “onces austríacas” – oficialmente se llaman High Tea – seguirán todos los días viernes, de 16 a 20 horas, hasta el mes de agosto. Tienen un valor de $13.500 (menores de 12 años pagan la mitad), y atraen no solamente a los huéspedes del hotel. Además, en julio se ofrecerá un curso de pastelería para niños quienes así tendrán la oportunidad de aprender durante sus vacaciones de invierno algunos de los trucos y sabidurías de Roland.
¿Y nosotros? Vamos una vez más a los mesones con nuestros platos. En ningún caso nos podemos ir sin haber probado el kuchen de manzana con grumos, y unas deliciosas galletas que aun me tienen ensimismada…
Grand Hyatt Santiago. Av. Presidente Kennedy 4601.Fono Atrium: 950 3144
TENTACIONES “ALPINAS” A LA HORA DEL TÉ
por Karla Berndt
17:30 horas. La noche ya llegó; está lloviendo. La suave música de fondo se mezcla con el sonido de la lluvia, la tenue luz de las lámparas y velas se refleja en la madera pulida de las mesas. En el Atrium Lobby Lounge del Grand Hyatt Santiago huele a pasteles, galletas y azúcar caramelizado. Adultos y niños, plato en mano, silenciosos y con caras de devoción, se acercan a las tentaciones que el chef austríaco Roland Brandtner ofrece a la hora del té. Son especialidades de su país natal, delicias típicas que encajan perfectamente con el clima invernal de estas oscuras tardes. Una atmósfera que me hace recordar los días navideños europeos, ¡sólo falta que comience a nevar!
Antes de todo, nos atrae el rico aroma de la sopa de zapallo, preparada con un toque de vinagre de frambuesa que le proporciona una delicada acidez. Decorada con unas gotas del auténtico Kürbiskernöl (aceite de semillas de calabaza), especialidad culinaria de la región de Steiermark, en el sudeste de Austria, y acompañada por pancitos de comino con queso crema y ciboulette, es un comienzo prometedor.
Al otro extremo del amplio mesón, un experimentado cocinero prepara una especie de gruesos panqueques dándolos vuelta con destreza y perfección en el aire, cortándolos en trozos, agregándoles manzanas, pasas y azúcar doradas en mantequilla, coronando todo esto con una gruesa capa de azúcar flor. Para acompañar, compota de frutas cocidas (la de ciruelas es la que comúnmente se sirve en Austria), mermeladas y helados. Son los Kaiserschmarrn, uno de los platos dulces más famosos de la república alpina. La palabra significa “Las tonterías del Emperador”. Cuenta la leyenda que el Emperador Franz Joseph I. (1830–1916) amaba comer panqueques de postre. A veces, éstos no le quedaban perfectos al cocinero: se rompían, y el personal se comía estos “pedazos” ya que hubiera sido una “tontería” servirlos al Emperador…
Al lado, en un richaud plateado y flotando en cremosa salsa, están los Germknödel, voluminosas albóndigas cocidas, preparadas con harina y levadura. Se sirven calientes, con salsa de vainilla y tapadas de semillas de amapola azucarada.
Al frente de la estación de los platos calientes, en una amplia mesa redonda, esperan todas estas tortas, kuchenes y galletas que tientan hasta al más convencido de las dietas bajas en calorías. De verdad, esta hora de té austríaca no es apta para personas en campaña de reducir su volumen corporal. Tampoco es la idea. Mañana tendré que alimentarme nuevamente con ensaladas y yogurt con granola.
Al plato va un trozo de strudel de manzana (¡con crema, obviamente!), de verdad uno de los mejores que he comido, en una masa delgada, quebradiza y en perfectas capas envolviendo el relleno jugoso y con su justa cantidad de pasas y azúcar.
También está la famosa Sachertorte, torta de chocolate amargo (¡mucho chocolate amargo!) y mermelada de damasco considerada la especialidad nacional austriaca, y la Linzer Torte, originaria de la ciudad del mismo nombre, Linz, las primeras recetas escritas datan del siglo 18. Esta maravilla lleva avellanas ralladas y mermelada de grosella negra (o frambuesa).
Con una taza de café nos acompaña Roland Brandtner, el chef ejecutivo del hotel, quien confirma que estas “onces austríacas” – oficialmente se llaman High Tea – seguirán todos los días viernes, de 16 a 20 horas, hasta el mes de agosto. Tienen un valor de $13.500 (menores de 12 años pagan la mitad), y atraen no solamente a los huéspedes del hotel. Además, en julio se ofrecerá un curso de pastelería para niños quienes así tendrán la oportunidad de aprender durante sus vacaciones de invierno algunos de los trucos y sabidurías de Roland.
¿Y nosotros? Vamos una vez más a los mesones con nuestros platos. En ningún caso nos podemos ir sin haber probado el kuchen de manzana con grumos, y unas deliciosas galletas que aun me tienen ensimismada…
Grand Hyatt Santiago. Av. Presidente Kennedy 4601.Fono Atrium: 950 3144
NOVEDADES
AIR CANADA VOLARÁ A CHILE CON AVIONES MÁS GRANDES
A partir de diciembre próximo la aerolínea de bandera canadiense aumentará su capacidad en su ruta a Toronto y Buenos Aires, al introducir vuelos diarios en su nuevo Boeing triple siete, medida que responde, en parte, a los positivos resultados que la compañía ha logrado en los mercados de Chile y Argentina, lo que se ha visto reflejado en el significativo incremento de su participación en el mercado.
La iniciativa comenzará a regir a partir del 2 de diciembre 2009 y se extenderá hasta el 28 de marzo, lo que permitirá a Air Canada dar un salto significativo, no sólo en cuanto a capacidad ofrecida, sino que en la calidad de sus servicios gracias a las ventajas que poseen los modernos Boeing 777.
A diferencia de otras temporadas, Air Canada ha decidido aumentar la capacidad en una de las principales rutas a Sudamérica, en lugar de modificar el servicio, reduciendo o aumentando el volumen según la circunstancias tal como ha venido poniendo en práctica desde que la aerolínea canadiense aterrizó en Chile y Argentina.
A partir de diciembre próximo la aerolínea de bandera canadiense aumentará su capacidad en su ruta a Toronto y Buenos Aires, al introducir vuelos diarios en su nuevo Boeing triple siete, medida que responde, en parte, a los positivos resultados que la compañía ha logrado en los mercados de Chile y Argentina, lo que se ha visto reflejado en el significativo incremento de su participación en el mercado.
La iniciativa comenzará a regir a partir del 2 de diciembre 2009 y se extenderá hasta el 28 de marzo, lo que permitirá a Air Canada dar un salto significativo, no sólo en cuanto a capacidad ofrecida, sino que en la calidad de sus servicios gracias a las ventajas que poseen los modernos Boeing 777.
A diferencia de otras temporadas, Air Canada ha decidido aumentar la capacidad en una de las principales rutas a Sudamérica, en lugar de modificar el servicio, reduciendo o aumentando el volumen según la circunstancias tal como ha venido poniendo en práctica desde que la aerolínea canadiense aterrizó en Chile y Argentina.
De igual medida, la decisión de introducir el B777-300ER indica que Air Canada no dividirá su oferta entre ambas capitales, tal como ocurrió durante la última temporada de verano, apostando directamente por un incremento en la capacidad, dedicando sólo dos aeronaves para ambos mercados en lugar de cuatro, permitiendo además mantener sus servicios entre Santiago y Buenos Aires, aprovechando el tráfico que se genera entre ambas ciudades especialmente durante los meses de verano.
EVENTOS
TEMPORADA DE CAZA EN EL MARRIOTT
Parte julio y comienza en el Latin Grill del hotel Marriott Santiago la temporada de caza. Para este mes, el chef Luis Cruzat ha seleccionado los más importantes cortes de carne de caza como pato, ciervo y jabalí para presentar su menú experiencia.
Parte julio y comienza en el Latin Grill del hotel Marriott Santiago la temporada de caza. Para este mes, el chef Luis Cruzat ha seleccionado los más importantes cortes de carne de caza como pato, ciervo y jabalí para presentar su menú experiencia.
Pato en sus tres versiones de entrada; Medallón de ciervo con ravioles de castañas y membrillo en espuma de vainilla como primer fondo; Jabalí sobre risotto de ciruelas y reducción de carménère como segundo fondo y una fría pera de invierno en chocolate caliente y crocante de pistacho de postre es el menú que estará vigente entre el 6 de julio al 1 de agosto.
Disponible de martes a sábado desde las 18,30 horas y con valor fijo, los menús experiencia del Latin Grill atraen cada vez a más público que disfruta de la buena comida y un servicio 5 estrellas.
Las reservas pueden hacerse al fono 426 2064.
Restaurante Latin Grill, Av. Kennedy 5741, Las Condes
BUENOS PALADARES
LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA
ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(26 junio) LA MORDIDA (Dardignac 0143, Barrio Bellavista, fono 737 3878): “La mordida es el nombre y su carta está desplegada en los muros, con sus antojitos para empezar (en este caso una sabrosísima tostada $2.700 y una quesadilla, a $1.900. Es verdad, no son precios de liquidación, pero como la moza es simpática, la cocina rápida y el ambiente jugado en su estilo, no se paga con disgusto.” “No se privan en condimento, lo que es una verdadera felicidad (aunque en la michelada -$2.500- se les pasa la mano). De postre, una escueta tarta de queso ($2.500) y rico café de olla (con canela y chancaca). Todo bien, pero cuando pongan un pestillo en el baño de hombres estará mejor.”
YIN Y YANG (La Segunda Internet)
(26 junio) C (Monseñor Escrivá de Balaguer 5970, Vitacura, fono 2180876)
Christopher Carpentier, propietario y chef del felizmente reinaugurado restaurante “C”, acaba de lanzar su nueva carta de invierno con nuevos platos preparados con productos de temporada, que se suman a algunos de la lista anterior.” “Su cocina se ha caracterizado siempre por estar al día en las últimas tendencias, con toques actuales en varias de sus recetas, varias, como se verá, con influencias orientales, pero también mediterráneas.” “Además, desde este mes y entre lunes y viernes, Carpentier sugiere un menú de almuerzo llamado “C Lunch” ($ 12.000) que, aunque está preparado con los mejores ingredientes de la estación, se adecua al poco tiempo del que disponen los ejecutivos en general. Éste incluye, de una carta especial, una entrada o sopa o postre, más un plato de fondo que puede ser pasta, pescado o carne. Para acompañar, una copa de vino, cerveza o bebida, y café.”
CARLOS REYES (La Tercera)
(26 junio) ALTO ATACAMA (Hotel Alto Atacama, San Pedro de Atacama, fono 7- 797 0014): “…tanto en el almuerzo como en la cena se sirve menú (US$ 50) consistente en aperitivo en la barra, entrada, plato de fondo, postre y copa de vino o bebida a elección. Una selección de platos donde se pasean preparaciones criollas e internacionales, matizada con una carta de vinos donde resalta por copas harto tinto colchagüino, como guiñando a la curiosidad del turista extranjero y apelando a los recuerdos caseros de los visitantes nacionales.” “La gracia de la cocina comandada por Rodrigo Villarroel está en ofrecer ingredientes y aderezos oriundos de los alrededores, sin encandilarse con su misticismo originario y caer en excesos.”
RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(26 junio) ARMANI RISTORANTE (Alonso de Córdova 3053, Vitacura): “En vestuario, diseños normales, con alta calidad de elaboración son la norma de Armani: lo mismo rige para su cocina. En su marcha blanca han probado un plato simple, un flan de hinojo y zapallo italiano, sformatino di finocchio e zucchine, que realmente resulta maravilloso al probarlo con un sauvignon blanc de Viña Matetic. Lo mismo ocurre con unos tortelli de Mantua, rellenos con zapallo, cuya harina y tiempos de cocción han sido cuidados con obsesión. Y el resultado asombra, paladeando un pinot noir Las Brisas, de Leyda.” “Tienen claro que deberán mostrar las ventajas de las pastas cocinadas “al dente”, introducir la pálida ternera, tan familiar a la península itálica. Permitiéndose innovaciones, como saborizar con amaretto di Saronno la delicada textura del tiramisú, postre que sólo es tal cuando se confecciona con queso mascarpone.”
SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(26 junio) ASTRID Y GASTÓN (Antonio Bellet 201, Providencia, fono 650 9125): “…platos fieles a la imagen de la cocina peruana tradicional, y secciones en que reina la innovación, de entradas, pastas, pescados y carnes, y los postres de Astrid.” “El chef peruano Óscar Gómez trabaja bajo la guía directa del maestro Gastón Acurio desde que se inauguró este local, quizás el primero de la veintena de restaurantes que luego ha repartido por el mundo. un tono nuevo con acento thai (hábilmente mestizado a lo peruano) se apreciaba en un tiradito de atún y salmón ligeramente ahumados, en corte más grueso de lo habitual, y cremosa salsa "leche de tigre", dulzona por el rocoto confitado ($9.800).”
CÉSAR FREDES (La Nación Domingo)
(28 junio) ARMANI RISTORANTE (Alonso de Córdova 3053, Vitacura): “Como en pocos restaurantes modernos o con pretensiones de tener éxito, lo más importante en el Ristorante Armani (la expresión pretende señalar a las claras que hay voluntad de ser bastante más que café) es que un risotto es un risotto, un carpaccio es un carpaccio y un raviol es un raviol. Nítidos, buenos y simples.” “…¡por fin! un lugar con aspiraciones de ser importante se atreve a proponer una cocina sin pirotecnia, seria, limpia, sensata como es la cocina italiana ejecutada por un cocinero profesional.” “Si Ristorante-Café Armani, -que abrirá al público antes de fin de mes- sigue así, tiene el éxito asegurado entre quienes no van a un restaurante a "tener experiencias", sino a comer bien.
PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(28 junio) LES PASTIS (Subida Concepción 280, Cerro Concepción, Valparaíso, fono 32-249 3319): “La especialidad de la casa es la cocina francesa, nacionalidad del cocinero, y desde afuera nos habían llamado la atención los menús que ofrecía la pizarra.” “Mi marido pidió una ensalada con tocino de pato y vinagreta de frutillas, luego un papillote de pescado con verduras salteadas y profiteroles con salsa de chocolate ($ 9.500 en total). Yo no pude dejar pasar la sopa de cebolla, sabrosa, que venía en una ollita con tapa y tostadas con queso gratinado. Después, un clásico quiche lorraine (medio) con fresca ensalada verde, y de postre un pain perdu, que no es otra cosa que una gruesa tajada de pan con semillas, cubierta con una salsa que –yo diría era butterscotch. No me tincó mucho la explicación, pero realmente era exquisito, nos encantó.” “Una gratísima experiencia.”
DANIEL GREVE (Qué Pasa)
(27 junio) C (Monseñor Escrivá de Balaguer 5970, Vitacura, fono 355 6919): “ En esta especie de resurrección que viven tanto el restaurante C -de Christopher Carpentier- como Emilio -de Emilio Peschiera-, es inevitable mirar hacia atrás y comparar la altura actual con la que logró en su más nítido peak. Aunque sea injusto -porque los equipos son otros-, cuesta resistirse a las comparaciones. Si somos razonables, debemos decir que la génesis del restaurante fue apresurada y algo torpe, y que con el tiempo fue jugando a la refinación, hasta llegar a platos realmente notables. Y que ahora, bajo la mano inquieta y refrescante del chef Juan Pablo Araya, las cosas siguen tomando el curso ascendente que nunca debió haber sido interrumpido.” “…la actual cocina del C vive un presente digno de su pasado y su espacio.
ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(26 junio) LA MORDIDA (Dardignac 0143, Barrio Bellavista, fono 737 3878): “La mordida es el nombre y su carta está desplegada en los muros, con sus antojitos para empezar (en este caso una sabrosísima tostada $2.700 y una quesadilla, a $1.900. Es verdad, no son precios de liquidación, pero como la moza es simpática, la cocina rápida y el ambiente jugado en su estilo, no se paga con disgusto.” “No se privan en condimento, lo que es una verdadera felicidad (aunque en la michelada -$2.500- se les pasa la mano). De postre, una escueta tarta de queso ($2.500) y rico café de olla (con canela y chancaca). Todo bien, pero cuando pongan un pestillo en el baño de hombres estará mejor.”
YIN Y YANG (La Segunda Internet)
(26 junio) C (Monseñor Escrivá de Balaguer 5970, Vitacura, fono 2180876)
Christopher Carpentier, propietario y chef del felizmente reinaugurado restaurante “C”, acaba de lanzar su nueva carta de invierno con nuevos platos preparados con productos de temporada, que se suman a algunos de la lista anterior.” “Su cocina se ha caracterizado siempre por estar al día en las últimas tendencias, con toques actuales en varias de sus recetas, varias, como se verá, con influencias orientales, pero también mediterráneas.” “Además, desde este mes y entre lunes y viernes, Carpentier sugiere un menú de almuerzo llamado “C Lunch” ($ 12.000) que, aunque está preparado con los mejores ingredientes de la estación, se adecua al poco tiempo del que disponen los ejecutivos en general. Éste incluye, de una carta especial, una entrada o sopa o postre, más un plato de fondo que puede ser pasta, pescado o carne. Para acompañar, una copa de vino, cerveza o bebida, y café.”
CARLOS REYES (La Tercera)
(26 junio) ALTO ATACAMA (Hotel Alto Atacama, San Pedro de Atacama, fono 7- 797 0014): “…tanto en el almuerzo como en la cena se sirve menú (US$ 50) consistente en aperitivo en la barra, entrada, plato de fondo, postre y copa de vino o bebida a elección. Una selección de platos donde se pasean preparaciones criollas e internacionales, matizada con una carta de vinos donde resalta por copas harto tinto colchagüino, como guiñando a la curiosidad del turista extranjero y apelando a los recuerdos caseros de los visitantes nacionales.” “La gracia de la cocina comandada por Rodrigo Villarroel está en ofrecer ingredientes y aderezos oriundos de los alrededores, sin encandilarse con su misticismo originario y caer en excesos.”
RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(26 junio) ARMANI RISTORANTE (Alonso de Córdova 3053, Vitacura): “En vestuario, diseños normales, con alta calidad de elaboración son la norma de Armani: lo mismo rige para su cocina. En su marcha blanca han probado un plato simple, un flan de hinojo y zapallo italiano, sformatino di finocchio e zucchine, que realmente resulta maravilloso al probarlo con un sauvignon blanc de Viña Matetic. Lo mismo ocurre con unos tortelli de Mantua, rellenos con zapallo, cuya harina y tiempos de cocción han sido cuidados con obsesión. Y el resultado asombra, paladeando un pinot noir Las Brisas, de Leyda.” “Tienen claro que deberán mostrar las ventajas de las pastas cocinadas “al dente”, introducir la pálida ternera, tan familiar a la península itálica. Permitiéndose innovaciones, como saborizar con amaretto di Saronno la delicada textura del tiramisú, postre que sólo es tal cuando se confecciona con queso mascarpone.”
SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(26 junio) ASTRID Y GASTÓN (Antonio Bellet 201, Providencia, fono 650 9125): “…platos fieles a la imagen de la cocina peruana tradicional, y secciones en que reina la innovación, de entradas, pastas, pescados y carnes, y los postres de Astrid.” “El chef peruano Óscar Gómez trabaja bajo la guía directa del maestro Gastón Acurio desde que se inauguró este local, quizás el primero de la veintena de restaurantes que luego ha repartido por el mundo. un tono nuevo con acento thai (hábilmente mestizado a lo peruano) se apreciaba en un tiradito de atún y salmón ligeramente ahumados, en corte más grueso de lo habitual, y cremosa salsa "leche de tigre", dulzona por el rocoto confitado ($9.800).”
CÉSAR FREDES (La Nación Domingo)
(28 junio) ARMANI RISTORANTE (Alonso de Córdova 3053, Vitacura): “Como en pocos restaurantes modernos o con pretensiones de tener éxito, lo más importante en el Ristorante Armani (la expresión pretende señalar a las claras que hay voluntad de ser bastante más que café) es que un risotto es un risotto, un carpaccio es un carpaccio y un raviol es un raviol. Nítidos, buenos y simples.” “…¡por fin! un lugar con aspiraciones de ser importante se atreve a proponer una cocina sin pirotecnia, seria, limpia, sensata como es la cocina italiana ejecutada por un cocinero profesional.” “Si Ristorante-Café Armani, -que abrirá al público antes de fin de mes- sigue así, tiene el éxito asegurado entre quienes no van a un restaurante a "tener experiencias", sino a comer bien.
PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(28 junio) LES PASTIS (Subida Concepción 280, Cerro Concepción, Valparaíso, fono 32-249 3319): “La especialidad de la casa es la cocina francesa, nacionalidad del cocinero, y desde afuera nos habían llamado la atención los menús que ofrecía la pizarra.” “Mi marido pidió una ensalada con tocino de pato y vinagreta de frutillas, luego un papillote de pescado con verduras salteadas y profiteroles con salsa de chocolate ($ 9.500 en total). Yo no pude dejar pasar la sopa de cebolla, sabrosa, que venía en una ollita con tapa y tostadas con queso gratinado. Después, un clásico quiche lorraine (medio) con fresca ensalada verde, y de postre un pain perdu, que no es otra cosa que una gruesa tajada de pan con semillas, cubierta con una salsa que –yo diría era butterscotch. No me tincó mucho la explicación, pero realmente era exquisito, nos encantó.” “Una gratísima experiencia.”
DANIEL GREVE (Qué Pasa)
(27 junio) C (Monseñor Escrivá de Balaguer 5970, Vitacura, fono 355 6919): “ En esta especie de resurrección que viven tanto el restaurante C -de Christopher Carpentier- como Emilio -de Emilio Peschiera-, es inevitable mirar hacia atrás y comparar la altura actual con la que logró en su más nítido peak. Aunque sea injusto -porque los equipos son otros-, cuesta resistirse a las comparaciones. Si somos razonables, debemos decir que la génesis del restaurante fue apresurada y algo torpe, y que con el tiempo fue jugando a la refinación, hasta llegar a platos realmente notables. Y que ahora, bajo la mano inquieta y refrescante del chef Juan Pablo Araya, las cosas siguen tomando el curso ascendente que nunca debió haber sido interrumpido.” “…la actual cocina del C vive un presente digno de su pasado y su espacio.
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