MAT. MERCADO URBANO
No
soy adepto ni adicto a lo vegetariano y menos a lo vegano. Nací en otra época y
en esos tiempos eran otros los cánones que regían nuestras vidas. Ser gordito y
rosadito en la infancia era señal de buena salud y nuestros padres se
encargaban de alimentarnos como correspondía en esos años.
Producto
de la ignorancia heredada de nuestros antepasados, la sal, el azúcar y las
grasas eran nuestro pan de cada día. Los científicos han alargado la vida de
los humanos y obviamente la alimentación es uno de los factores que más inciden
en los avances de la calidad de vida.
Aun
así -y perdonen los que ya cambiaron el switch-, los mayores seguimos siendo
fieles a nuestras costumbres juveniles. Sin embargo el mundo avanza y desde
hace un tiempo las nuevas generaciones están renovando sus hábitos de
alimentación. A pesar de ser un mercado en alza, en Santiago existen pocos
exponentes gastronómicos para esta nueva casta de consumidores y es bueno
encontrarse en pleno Providencia con uno de ellos, el Mat / Mercado Urbano, la
nueva propuesta de Pamela Fidalgo, cocinera, chef y amante de la cocina del
lejano oriente, que nos ofrece esta nueva modalidad acorde a las tendencias
mundiales: comer sano.

Dos
terrazas (aptas para el verano e invierno) reciben al público. Su diseño es
moderno, con sillas y mesas de madera, con helechos colgando, generando un
ambiente de paz y tranquilidad. En el primer piso, está la tienda con productos
para llevar y, en el segundo, un cómodo espacio para trabajar. Además de los
sándwiches, ensaladas y snacks –como humus con palitos de verdura– que se exhiben
en la vitrina y que se pueden comer en el local o llevar, siempre hay un plato
del día, ensalada y una sopa casera. El sistema es simple: se elige, se paga y
lo llevan a la mesa (con cubiertos de metal y pan). El menú, que varía cada
día, incluye algunos de sus clásicos como el pad thai o los noodles de arroz.
Para los veganos, imperdible es la ensalada Mat, con espinacas, quínoa, kale,
rúcula, zanahorias, bayas de goji, castañas de cajú y un aliño de jengibre,
jugo de mandarina, limón, mostaza antigua y aceite de oliva. En MAT también hay
cerveza en schop y en botella, una carta de micheladas con novedosas
preparaciones y una corta pero necesaria carta de vinos y espumantes. Al
contrario de discriminar, este es un espacio de integración donde la familia
completa – con coches y mascotas incluidas- son bienvenidas.

El
ambiente contagia. La tienda ofrece productos novedosos para los que aman las
nuevas tendencias nutritivas e incluso ofrecen las afamadas ollas Le Creuset.
Arriba, en el segundo piso, un generoso espacio para trabajar computador en
mano y que ha sido muy bien recibido por la gran cantidad de nuevos
emprendedores que han debido tomar las riendas de su vida trabajando en forma
independiente y no necesariamente con éxito inmediato. Una razón más para hacer
de MAT un espacio entretenido y lúdico. No adelgaza la billetera y nadie
molesta.
Personalmente
disfruto la cocina de Pamela Fidalgo con sus exóticos curries y genialidades
que no dejan a nadie indiferente. Los sábados son de brunch y su público
(adulto-joven) ya lo institucionalizaron gracias a sus huevos benedictinos, su
yogurt, granola y la siempre bien ponderada Mimosa, que le pone al mediodía la
chispa necesaria para enfrentar el fin de semana.
Por
diferente y especial, creo que MAT es una de las buenas aperturas de este 2018.
MAT. Mercado Urbano /
General Flores 39, Providencia / 23245 1739