LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA
SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(25 noviembre) TEMPLE (Hotel InterContinental, Av. Vitacura 2885, 2° piso, Las Condes, fono 394 2000): “La carta, aún por completar, es breve y hay un refinado menú de almuerzo con alternativa ($15.000). De las entradas, probé el sake carpaccio de salmón con palta, alcaparras, rica salsa ponzu y encima muchos hilos de nabo y zanahoria, bastante alejado del sashimi primitivo ($7.200). Entre una docena de modernos rolls, elegimos el maki parmesano, de camarón, machas y algas, flambeado por fuera con queso y servido con láminas de jengibre entre blanco y verde, más fino y fuerte, y limón de Pica ($8.200), y el maki furai, tibio, de salmón, palta y un alga diferente, con salsa de maracuyá, todavía mejor ($7.200). Luego de la gentileza de pickles de nabo como intermedio, los platos calientes fueron mero mushi, de carne blanca, apretada y nada grasosa, también tocado por la tendencia a combinar el pescado con dulce ($7.500), y para terminar conforme a la costumbre nipona, nabeyaki udon, una sopa de fideos gruesos en olla de fierro, parecida a la del Ichiban pero algo modificada: sabroso caldo de pescado, trozos de zanahoria en forma de flor, kamikana, un gran hongo shiitake bastante duro, hilos de nori, verduras y un huevo que se cocía en el caldo.”
ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(25 noviembre) FUSIÓN PERUANA (Av. Fco. Bilbao 947, Providencia, fono 341 5259): “Para empezar, un piqueo frío ($9.950). Lo mejor, su cebiche muy tradicional. El tiradito, full pasta de ají. El pulpo, algo duro y con cortes de apio, lo que a veces se estila pero ojalá no. Un cocktail de camarones con pocos de ellos y mucha lechuga bajo la salsa golf. Y una causa rica, pero fría.” “Luego, lo que parece ser la rúbrica de este restaurante: las porciones abundantes. Un generoso ají de gallina ($5.500), con los trozos cortados con cuchillo. Un arroz chaufa con pollo y otras proteínas ($5.400), el que fue imposible terminar y al que le lloraba su toque de jengibre. Y un chicharrón mixto ($5.800), nuevamente en formato large.” “En general, los tres platos muy correctos. Pero les faltaba algo de malicia. O de sazón, como dicen los mismos peruanos.”
RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(25 noviembre) FUKAI (Patio Bellavista, Providencia, fono 249 8750): “Un local decidido a ofrecer la alternativa oriental a quienes quieran probar combinaciones exóticas, pero sin perder de vista los sabores locales y familiares. Porque la novedad está en la fusión: los tres socios del restaurante adaptan una cocina asiática, basada en técnicas y platillos nipo-americanos, productos chinos y elementos thai, con aportes muy locales. O sea, de los rolls que se venden en cientos de locales de sushi, ellos mantienen el atún, camarones, salmón y anguila, pero reemplazan el obligatorio arroz y el nori por queso crema, albahaca, mango, espárrago, jamón serrano, carne de vacuno, mostaza, miel, apio, manzanas caramelizadas… Combinaciones distintas, ingeniosas y logradas, que llaman “rolls de la casa”, cuestan entre $4.100 y $7.900, en el estilo de un atún tropical, un ceviche nikkei, ensaladas con tofu y mongolianos agridulces. ¡Bien por la audacia!” “Un dato no menor es que al almuerzo ofrecen un menú y carta con un descuento del 25%. El promedio por persona es $7.500 en el día y $10.000 en la noche. Con platos para compartir, es aconsejable para empezar la oferta de camarones crocantes, envueltos en masa de arrollado de primavera.”
PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(27 noviembre) EL ANCLA (Santa Beatriz 191, Providencia. fono 264 2275) “Partimos con buenísimos erizos con tostadas (sí, cuando tienen ¡no lo puedo resistir!) y también una porción de ostiones parmesana, que traía 14 unidades, pequeñas pero exquisitas y a punto, no duras. Lo más bajo de la noche fue la empanada de pino de locos, cortados muy grandes y algo duros (cuando están picados más chicos, lo duro pasa piola), y poco sabrosa en general. Pero cuando llegaron los choritos, casi caímos muertas: jamás en mi vida había comido choros más grandes y más ricos, se pasaron realmente, ¡muy buenos! Y el caldito, espectacular, como para morir en paz como dice mi colega Greve. Después de tamaño festín, tuvimos que dejar un par de choros en el plato e irnos sin postre, porque de verdad no nos cabía ni el café. Muy recomendable, sobre todo cuando nos llegó la cuenta.
CARLOS REYES (Unocome.cl)
(noviembre) UNIÓN FRATERNAL (Santo Domingo 4105, casi esquina General Velásquez, Quinta Normal (Metro Gruta de Lourdes), fono 773 2294): “Unión Fraternal tiene historia. No tanto como picada de esas donde chirrían las puertas, los techos son altos y desvencijados, las luces son blancas y a tubo, al tiempo que en las noches de fin de semana, el teclado y su cantante no paran de cantar en perfecto orden, todos los hits posibles de la Nueva Ola Chilena (hubo un mix envasado de Giolito y los Wawancó de primera, en todo caso). Unión Fraternal, como alude su nombre, acoge este comedor, pero en realidad se trata de una de las primeras mutuales creadas en Chile.” “El cocinero es el dueño y no lo conocimos esta vez. Supimos por el garzón, el segundo día que fui -para corroborar todo lo probado la primera vez-, que se encargaba personalmente de todo lo concerniente a la comida. Y ese todo se reduce a platos de chancho, conejo, algunos extras de lomo y un picante de guatitas que sólo se sirve en la semana. También parrilladas grandotas y una lista corta de vinos, a la que se suma un terremoto más que convincente, más un borgoña en frutilla heladito, dulce y sumamente curador. Raya para la suma: una cocina chilena honesta, con sabor criollo ciento por ciento, enjundiosita, hecha con paciencia y digna de la mejor fiesta. Picada ciento por ciento recomendable.”
YIN Y YANG (La Segunda Internet)
(23 noviembre) CATEDRAL (José Miguel de la Barra esquina Merced, fono 664 5491): “Los precios son menores que en el "Ópera" y su público incluye bastante gente que trabaja cerca a la hora de almuerzo y es más juvenil en la noche, debido a la frecuente (y muy valorada) música en vivo.” “En cuanto a la carta, comienza con sopas, entradas y ensaladas, entre las cuales crema de almejas al vino blanco ($ 4.400); camarones flambeados servidos sobre tostada con compota de tomates ($ 6.200), y ensalada Catedral, con un huevo pochado, crutones, jamón serrano y láminas de queso gruyère ($ 4.800)” “De fondo, risotto marino, con variedad de mariscos frescos del mercado ($ 6.800); corvina al estilo Catedral, una preparación "a lo pobre" pero con un huevo pochado y un pocillo de cebolla acaramelada a la mayonesa ($ 7.400); plateada al horno con puré picante ($ 6.800); pollo al limón con papas al merkén ($ 6.200); sorrentinos rellenos de zapallo y queso mozzarella ($ 7.400); porotos Pancho, con charqui y huevo frito ($ 5.800), y costillar de cerdo a la antigua, asado al horno según una tradicional receta de la Colonia, con zapallo asado y papas al vapor ($ 6.600).”