martes, 13 de enero de 2015

BUENOS PALADARES

CRONICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(ENERO) CHIPE LIBRE (Lastarria 282 / 2 2664 0584): “Donde murió el restaurante Gatopardo, en calle Lastarria, ha surgido hace pocos meses un sitio autodenominado República Independiente del Pisco. Así es más fácil comprender el doble juego de CHI (por Chile) y PE (por Perú), que sumados dan la sonoridad de "chipe" libre, lo que es asumir lo heterodoxo de su oferta: una completísima carta con piscos de ambas nacionalidades.” “Primero un tartar de salmón ($5.700) servido sobre trozos de su piel frita, exquisita, y con algunas huevas coronando cada porción. Igual de sabrosa una carne de centolla sobre una panna cotta de palmito, bañado esto con leche de tigre, y matizado con pimiento y ají verde ($6.900).” “De fondos, dos trozos de blandísimo cordero con su salsa de cilantro (seco, a $9.500), sobre un puré de pallares al que le fue tan bien como el puré rústico de yuca -casi un rosti- al escabeche de trucha ($8.900).” “Una muy buena forma de comenzar el año.”

WIKEN
RUPERTO DE NOLA
(ENERO) CASA VALDÉS (Santa Rosa 040, Puerto Varas / 9-0793938): “En su carta se advierte de inmediato un muy bienvenido toque vasco, con algunos productos y preparaciones que no se encuentran por lo general en otras partes. Es señal de progreso culinario el surgimiento de restoranes temáticos o de estilos regionales o nacionales. Aquí partimos con unas buenas ostras ($6.800 las 9) luego de que vimos, al entrar, una piscina, operada con modernas técnicas, donde viven sus últimos momentos estos bivalvos, más unas centollas, langostas y otras creaturas de Dios acuícolas. Grandes, carnuditas y bien servidas las ostras. “Seguimos con algo inusual en Chile: cocochas (o kokotxas) de merluza austral. Suele servirse como tales los cachetes ("mejillas", para los finos) de algún pescado; pero no: éstas eran auténticas, y en cantidad inusualmente grande ($4.500). Venían a la plancha, y pedimos con ellas una sencilla y típicamente vasca salsa de mantequilla al limón. Si hubieran sido al pilpil (al auténtico pilpil, no al ajillo)...; pero ya llegará la noticia. Unos delicados pimientos del piquillo rellenos con jaiba, con salsa vizcaína (un coulis de pimiento rojo) y arroz, cerró la parte central ($7.200).” “La carta de vinos es bien pensada, razonable. El servicio correcto y discreto. El local, muy bien puesto. Estacionamiento al frente. Balance: muy recomendable.”

MUJER
PILAR HURTADO
(ENERO) DENNY’S (Isidora Goyenechea 3275, Las Condes / 2 2371 1061): “Fuimos de noche, y aunque en locales vecinos como el Tiramisú la cosa ardía, aquí había apenas tres mesas ocupadas. Su ambientación es sobria, iluminación agradable, mesas de melamina amarilla, sillas de madera, individuales y servilletas de papel. Partimos pidiendo bebidas (algunas tienen refill por el mismo precio, son bebidas en lata) y un smoothie de groovy mango, que estaba rico. Picoteamos unos Zesty nachos, carne molida, queso cheddar, salsa pico de gallo (tomate y cebolla en cubitos) y crema ácida, media porción que devoramos y estaba perfecta para acompañar un trago (en las noches hay happy hour), pero andábamos abstemios. Luego cada uno se pidió un sándwich, si bien la carta ofrece desde hot cakes para el desayuno, hasta sopas, ensaladas y platos. El sándwich de mi hermana: super bird, pechuga de pavo con queso suizo derretido, tocino crocante y tomate en pan a la plancha, equilibrado en sus sabores. Los otros fueron un bacon slamburger, hamburguesa con papas al hilo, huevo, tocino y salsa de queso. Otra hamburguesa: Cali Jack Burger, con palta a punto y salsa picante. El pan estaba ok, las hamburguesas enormes pero sin sal. Otro sándwich fue Hickory grilled chicken, pechuga de pollo con cheddar derretido y aros de cebolla, donde la pechuga estaba compacta y algo dura, aunque mi sobrino igual se lo devoró junto a una salsa dulce al parecer preparada con chancaca. Todos los sándwiches vienen con hartas papas fritas y, a juzgar por la música del lugar y el tamaño de las porciones, el público objetivo es definitivamente joven. De postre compartimos un buen brownie tibio con helado y, al menos yo, pasé la noche pidiendo perdón, porque liviano no es. En su promesa de comida rápida y contundente, Denny’s cumple, si es que le gusta este tipo de cocina estilo americano.”

EL MOSTRADOR
CARLOS REYES
BAR NIMBUS (Hotel Mercure. Alameda 632, Santiago Centro /2 2595 6622): “Sillones modernos y cómodos repartidos en un amplio espacio que los convierte en pequeños islotes; a un costado la piscina refresca la tarde-noche y permite que las luces de colores reboten sobre la superficie del agua y le den más vida al ambiente. Todo transcurre mientras cinco pisos más abajo, en Alameda a la altura de Santa Rosa, se vive ya el declive del intenso hormigueo de transeúntes en el centro popular; ese de kioscos, paraderos del Transantiago y schoperías. Aquella es una realidad bien distinta y ajena a bar Nimbus, del remozado hotel Mercure, que se acrecienta si se mira hacia el frente y aparece el techo de la Biblioteca Nacional con todo su esplendor arquitectónico. Ahí la sensación de estar en otro sitio, en alguna ciudad europea quizás, se acrecienta. Cosas de una urbe con sus naturales contrastes, pero en suma, que integra a todos en el mismo espacio.” “El trago de la casa es el Nimbus, a base de Hpnotiq, licor que mezcla coñac, vodka y jugo de frutas, y que con su celeste intenso viene a reforzar las pretensiones de frescura que se lleva bien junto a un Cebiche del día ($ 6.500) sencillo y efectivo, sin picores excesivos sino con una sazón con pocos sobresaltos. Luego del trago, unas copas de sauvignon blanc hacen juego con Fish and papas ($ 6.900), dados de congrio bien rebosados y fritos, acompañados de bastones de papas buey (asadas con una mezcla de especias y luego fritas) que se confundían entre el pescado pero que finalmente le dieron un toque de peso a la sazón. Aunque más carne y menos tubérculos hubieran sido mejor.” “En suma pura sencillez en un espacio donde lo que se busca, además, de acuerdo a la filosofía de su chef, es que la mayoría de los productos utilizados en su cocina provengan dentro de un radio de 100 kilómetros a la redonda y que idealmente recorten la cadena de intermediarios. Buenas ideas por dentro y por fuera.”

LA CAV
CARLOS REYES
(ENERO) SARITA COLONIA (Loreto 40-46, Recoleta / 2 2881 3937): “La coctelería funciona: un impecable Mojito ($ 5.000) y un suave Aperol spritz ($ 6.000) resaltaron dentro de una carta que en todo caso, ojalá, reconsidere sus precios en los tragos de la casa. Bastaba pararse e irse, pero los trozos de Pulpo al olivo ($ 7.800) de morado intenso y consistencia justa, brillaron en medio de la salsa de aceitunas. Una vez retornado a la mesa el plato devuelto (y luego de unos bocadillos gratis por la espera) la masa del Mim pao relleno de un jugoso y elegante lomo saltado ($ 8.100) reveló la esencia culinaria del local: la de un espacio travestido de peruanidad y muchas otras influencias, donde la suavidad en la sazón manda.” “Y en ese plato, tal declaración de principios funcionó muy bien. Aunque de inmediato a ese ideario travesti se le notaron las costuras en el Chaufa con tortillón de camarones ($ 9.900), soso y no mejor que en cualquier otro comedor cruzando el Mapocho hacia el centro. El postre de harina de coca con helado ídem ($ 4.900), cálido y frío a la vez, sabroso y diferente, hizo el contrapunto en un lugar que es moda hoy, pero que tiene pendiente su consolidación en la mesa.”