PASIÓN POR EL VINO
Ya no es mayor gracia tener 200, 400
o mil etiquetas de vino en la carta de un restaurante. La tendencia es abrirle
las puertas a pequeñas producciones y enólogos atrevidos, con la finalidad que
los consumidores puedan apreciar las últimas novedades vitivinícolas con
producciones de diferentes calidades y orígenes. En esta edición, nuestras diez cartas
favoritas.
BACO
Frédéric
Le Baux, su propietario, cata y escoge –a su criterio- cada una de las
etiquetas que comercializa en su famoso restaurante. Con énfasis a viñedos
medianos y otros poco conocidos, esta vitrina es una de las más apetecidas por
los viñateros, ya que entrar a Baco es como jugar en las grandes ligas. (Nueva
de Lyon 113 / 22231 4444)
99 RESTAURANTE
Es
quizás la carta más radical de los restaurantes de Santiago. Llama la atención
que gran parte de los vinos que tiene el 99 son naturales, biodinámicos o
artesanales, que maridan a la perfección con su moderna cocina de autor.
Blancos y tintos de cerca de 40 pequeños productores que no hay que perderse.
(Andrés de Fuenzalida 99 / 22335 3327)
EL BODEGÓN DE LA VINOTECA
Un
experimento que llegó para quedarse. La terraza de la tienda de vinos La
Vinoteca se transformó en un bar-restaurante, donde el cliente puede degustar
una sabrosa carta con alternativas para ir a picar con amigos, como las
“sartenes”, ideales para compartir y
escoger el vino que desee de la tienda… a precio de la botillería. Realmente un
“best value”. (Nueva Costanera 3955 / 22953 6291)La carta del Bocanariz fue seleccionada en la lista de las mejores del mundo por la evista Wine Spectator. En sus bodegas descansan botellas chilenas de todos los valles y hay espacio para los vinos de autor, productores independientes, los grandes de la industria, novedades y cepas raras. Es un espejo del Chile actual y destino obligado de los turistas que llegan a la capital. (Lastarria 276 / 22638 9893)
LA BRASSERIE DE FRANCK
& HÉCTOR
Debe
ser el restaurante más comentado del año. La sociedad entre el chef francés
Franck Dieudoneé y el Master Sommelier Héctor Vergara, ha causado sensación
gracias a una propuesta fina, elegante y a precios bastante razonables. Los
vinos, seleccionados personalmente por Vergara, son uno de los grandes “must”
de este lugar. (Alonso de Córdova 4355, local 303 / 23323 4300)
LA CAVA DEL SOMMELIER
La
Cava del Sommelier es el nuevo bar de vinos instalado en el barrio Suecia. ¿La
clave? Buen vino, buen precio y cocina rica. Se trata de un amplio local, que
tiene el sello de Ricardo Grellet, el presidente de la Asociación Nacional de
Sommeliers de Chile, y donde encuentras más de 300 etiquetas de vinos, además
de una selección de 6 copas “joyitas”, elegidas con pinzas y que se pueden
catar desde los $ 1.000 (la copa de 60 cc). Ojo que aquí quien cocina es
Isidora Sánchez, chef que ha pasado por restaurantes como Gustu, el premiado
local boliviano que en quechua significa “sabor”, o Quique Dacosta el
restaurante español con tres estrellas Michelin. Su propuesta aquí es cocina
simple, rica, para compartir y que acompañe bien el vino. (General Holley 109 /
94214 4829)
RUBAIYAT
Una
gastronomía de alto nivel exige la compañía de vinos en igual sintonía. Por eso
en este lugar pusieron a disposición una de las más amplias y variopintas
cartas de vinos, donde bodegas nacionales y extranjeras compiten de igual a
igual con la finalidad de maridar a la perfección la calidad de sus carnes y
vinos. (Nueva Costanera 4031 / 22617 9800)
POLVO
Dos
profesionales son claves en este nuevo emprendimiento: el chef argentino
Federico Ziegler, que antes de abrir este lugar trabajó en los hoteles Awasi en
Atacama y Patagonia; y el director de vinos del restaurante, el sommelier
Felipe Aldunate, quien, amante de los vinos naturales, orgánicos y
biodinámicos, seleccionó 150 etiquetas, de las cuales mes a mes separa 30
–algunas de ellas por copa–, para facilitar la elección de sus clientes. Ir a
Polvo por una copa de vino (o un cóctel) acompañada de un queso de cabra
–madurado- con mermelada elaborada en casa, o visitarlo a la hora del ocaso
para conocer su propuesta completa, es fundamental para los que disfrutan con
la buena gastronomía, ya que sorprende y se aplaude. (Constitución 187,
Bellavista / 98440 2462)
CUEROVACA
Su
propietario, Juan Gabler, no solo es fanático de la carne y el vino, ya que
incluso ha incursionado en la elaboración de su propia etiqueta, convirtiéndolo
en un entendido en la materia. En Cuerovaca se unen perfectamente los cortes
premium con vinos de alta gama, donde ningún detalle queda al azar. Elegante y
sólido, es uno de los grandes clásicos de la capital. (Paseo El Mañío 1659 /
22206 3911)
BARRICA 94
El
Patio Bellavista se engalanó con la apertura de este restaurante que dispone de
una gran carta de vinos donde sus ambientes están directamente relacionados con
el vino. Suman a ello 34 variedades por copas entre cerca de 360 etiquetas para
pedir por botella. Sede de variados eventos vitivinícolas, destaca una cocina
chilena de autor de buena factura, logrando un entretenido –y educativo-
ambiente. (Patio Bellavista, local 94 /
22732 4940)