OLD FASHIONED,
EL PADRE DE LA COCTELERÍA
Si
preguntamos en la calle cuál es el cóctel más emblemático es muy probable que
la gente nos conteste: mojito, margarita, daiquirí, piña colada… o, incluso la
famosa piscola. Pero si esta pregunta se realiza a los entendidos en coctelería,
la respuesta suele ser el Old Fashioned.
El
Old Fashioned es considerado el padre de los cócteles. Su nombre deja claro que
es un cóctel de toda la vida (“old fashioned” se puede traducir como “a la
antigua usanza” o “pasado de moda”). El término en español suena un poco
rancio, pero se trata de un cóctel clásico que representa el equilibrio que se
busca en la buena coctelería. Tiene dulce (lleva un terrón de azúcar), amargo
(por el amargo de Angostura), y la mezcla debe permitir apreciar en toda su pureza
los aromas del bourbon o whisky, aunque también puede hacerse con ron, tequila
o brandy.
La
historia del Old Fashioned se remonta a la propia creación del término
“cocktail”, que fue definido en la revista “The Balance and Columbia Repository”
en New York en el 1806. Se describía un cóctel como una combinación de agua,
azúcar, bebida amarga y licor. El Old Fashioned cumple exactamente con esta
definición y se considera como el primer cóctel de la historia.
Se
atribuye su creación al coronel James E. Pepper que lo popularizó al llevarlo
al bar del hotel Waldorf-Astoria de New York, aunque su origen fue el club de
caballeros Pendennis Club en Louisville Kentucky, al que pertenecía el coronel.
De hecho, es el cóctel oficial de Louisville, una ciudad que es famosa por el
bourbon.