SAN MARCO
En Viña Mar… No en Viña del Mar
Durante muchos años, décadas casi, el San Marco fue el referente gastronómico de Viña del Mar. Emplazado siempre en la estratégica esquina de la Av. San Martín y 7 Norte, a pasos del Casino y paseo obligado de los turistas y habitantes de esa ciudad, brilló con luces propias y casi sin competencia. Por ello cuando me contaron que tendríamos un almuerzo en el San Marco de Viña Mar, de inmediato me transporte a este viejo restaurante lleno de plantas y de recuerdos. Días después salí de mi error cuando descubrí que no estaban hablando de Viña del Mar, sino que de la Viña Mar, ubicada en las cercanías de Casablanca.
Un verdadero palacio, réplica del Palacio Rioja de Viña del Mar acoge a los invitados. En el segundo piso y con una vista privilegiada al valle se ubica el “ristorante”. Tras sendas copas de espumoso Viña Mar, la familia Melotti en pleno y ejecutivos de la viña presentaron sus platos y sus vinos. En la cocina, el chef Mauricio Méndez Kirbi preparaba las tentaciones del día: Carpaccio de locos con caponata y unos maravillosos ostiones al pecorino. No sé la razón, pero los locos cortados en finas láminas pierden todo su sabor y consistencia, Sin embargo, los ostiones, con pomodoro, champiñones y palmitos y gratinados con pecorino fueron una delicia. Los vinos, obvio que todos de Viña Mar, en sus versiones sauvignon blanc y chardonnay Reserva Especial, armonizaron a la perfección estas dos primeras entradas.
Sin dejar de admirar el boato del lugar, un gran plato de fondo incluía tres de las nuevas especialidades de este ristorante: Panzotti rellenos con pato y castañas con salsa de nueces y aceite de trufas; Costilla de res (sin hueso) con risotto al champagne y para finalizar Filete de mero con salsa de uvas con papas, champiñones, espárragos y corazones de alcachofas salteados en aceite de oliva. De los tres no sabría decir cual fue el mejor. Todos en su punto preciso y de muy buena factura. Pinot noir, cabernet y merlot acompañaron esta nueva propuesta de la familia Melotti.
Un champenoise Viña Mar fue ideal para degustar los postres: Panna Cotta de lavanda; Pasta frola y Tiramisú. Tres delicias que confirman las manos que manejan la cocina en esta “sucursal” del restaurante viñamarino que ya ha encantado a más de tres generaciones.
De lo conocido en el “barrio” de Casablanca, de sus viñas y restaurantes; de sus encantos y sabores, el San Marco destaca por sobre la oferta de la zona. Un panorama imperdible para visitar, conocer y aprovechar de almorzar en un lugar distinguido, elegante y más que bueno (atienden sólo a mediodía). Los platos de la carta varían entre los 6 y ocho mil pesos y la experiencia es más que satisfactoria.
¿Cómo llegar? Fácil. Camino a Valparaíso tome el desvío a Algarrobo y ahí está todo señalizado. Sólo cuarenta minutos separan Santiago de esta viña y de este ristorante que no hay que perderse. (Juantonio Eymin)
Ristorante San Marco: Viña Mar. Valle de Casablanca. Ruta 68 Cruce Algarrobo.
En Viña Mar… No en Viña del Mar
Durante muchos años, décadas casi, el San Marco fue el referente gastronómico de Viña del Mar. Emplazado siempre en la estratégica esquina de la Av. San Martín y 7 Norte, a pasos del Casino y paseo obligado de los turistas y habitantes de esa ciudad, brilló con luces propias y casi sin competencia. Por ello cuando me contaron que tendríamos un almuerzo en el San Marco de Viña Mar, de inmediato me transporte a este viejo restaurante lleno de plantas y de recuerdos. Días después salí de mi error cuando descubrí que no estaban hablando de Viña del Mar, sino que de la Viña Mar, ubicada en las cercanías de Casablanca.
Un verdadero palacio, réplica del Palacio Rioja de Viña del Mar acoge a los invitados. En el segundo piso y con una vista privilegiada al valle se ubica el “ristorante”. Tras sendas copas de espumoso Viña Mar, la familia Melotti en pleno y ejecutivos de la viña presentaron sus platos y sus vinos. En la cocina, el chef Mauricio Méndez Kirbi preparaba las tentaciones del día: Carpaccio de locos con caponata y unos maravillosos ostiones al pecorino. No sé la razón, pero los locos cortados en finas láminas pierden todo su sabor y consistencia, Sin embargo, los ostiones, con pomodoro, champiñones y palmitos y gratinados con pecorino fueron una delicia. Los vinos, obvio que todos de Viña Mar, en sus versiones sauvignon blanc y chardonnay Reserva Especial, armonizaron a la perfección estas dos primeras entradas.
Sin dejar de admirar el boato del lugar, un gran plato de fondo incluía tres de las nuevas especialidades de este ristorante: Panzotti rellenos con pato y castañas con salsa de nueces y aceite de trufas; Costilla de res (sin hueso) con risotto al champagne y para finalizar Filete de mero con salsa de uvas con papas, champiñones, espárragos y corazones de alcachofas salteados en aceite de oliva. De los tres no sabría decir cual fue el mejor. Todos en su punto preciso y de muy buena factura. Pinot noir, cabernet y merlot acompañaron esta nueva propuesta de la familia Melotti.
Un champenoise Viña Mar fue ideal para degustar los postres: Panna Cotta de lavanda; Pasta frola y Tiramisú. Tres delicias que confirman las manos que manejan la cocina en esta “sucursal” del restaurante viñamarino que ya ha encantado a más de tres generaciones.
De lo conocido en el “barrio” de Casablanca, de sus viñas y restaurantes; de sus encantos y sabores, el San Marco destaca por sobre la oferta de la zona. Un panorama imperdible para visitar, conocer y aprovechar de almorzar en un lugar distinguido, elegante y más que bueno (atienden sólo a mediodía). Los platos de la carta varían entre los 6 y ocho mil pesos y la experiencia es más que satisfactoria.
¿Cómo llegar? Fácil. Camino a Valparaíso tome el desvío a Algarrobo y ahí está todo señalizado. Sólo cuarenta minutos separan Santiago de esta viña y de este ristorante que no hay que perderse. (Juantonio Eymin)
Ristorante San Marco: Viña Mar. Valle de Casablanca. Ruta 68 Cruce Algarrobo.