miércoles, 8 de julio de 2009

LAS CRÓNICAS DE LOBBY



MESTIZO
¿Qué pasa cuando la moda pasa?

Enero 2008:
Pocas veces se había visto una apertura tan comentada en Santiago. Prácticamente filas de clientes tratando de entrar al Mestizo durante sus primeros meses de operaciones. A las ocho de la tarde, y en verano, ya estaba repleto de ávidos comensales que gozaban los platos preparados por el chef Cristian Correa y de una vista incomparable. ¿Has ido al Mestizo?, era la pregunta habitual. Para estar en onda había que conocerlo y luego comentarlo, con orgullo, a las amistades. Por fin un negocio redondo que cumplía con las tres B de los amantes de la gastronomía. Bueno, bonito y barato.

Julio 2009:
Su reinado mediático ha terminado aunque aun se sigue llenando de clientes ahora más preocupados de la comida que de la parte social que llamaba asistir en sus comienzos. Cristian Correa ya no está en las cocinas y fue reemplazado por José Luis Marín, actual chef ejecutivo de los restaurantes ligados al grupo Comer y Beber. Hábil y empeñoso, continuó la oferta de sus inicios y entrega, para placer de sus comensales, una carta chilena y latinoamericana de gran gusto y versatilidad.

Un acogedor espacio me recibió la semana pasada. La idea era conocer los nuevos platos de una extensa carta que está a disposición de sus clientes. En la cocina me encuentro con el chef a cargo del lugar, Jorge Martínez, quien me brinda de ingreso un shot picante y sabroso elaborado con una bisque de camarones y machas. Bien por el frío del exterior. Una partida impecable.

Ya ocupando una de las mesas con una envidiable vista al parque bicentenario con laguna de cisnes y todo, comienzan a llegar los platos de esta carta invernal. Imposible detallarlos todos. Tres entradas (peruanísimas); tres fondos de mar, tres de tierra más una muestra representativa de postres fue el menú de la ocasión. Las porciones son enormes, punto a considerar en cualquier visita. Por mucho apetito que se tenga, es casi imposible comer un menú completo. Lo rico y grandioso para mi, lo cuento a continuación.

Maravillosas las empanadas de cebiche. Muy bien preparadas y con la fritura exacta. Muy aconsejables para iniciar un almuerzo o cena ya que aparte de sabrosas, dan apetito para continuar con el tour gastronómico. Justo cebiche de corvina a la peruana y un blando pulpo grillado salteado en oliva y ajo de muy buena factura. Luego, un must: merluza austral sobre un timbal de calabaza y ricotta sobre unas lentejas cocinadas a las finas hierbas. Este es uno de esos platos que cuesta olvidar. Para los nerudianos de siempre, el famoso caldillo de congrio también está en la carta. Enorme y reconstituyente. Digno de parroquianos ávidos de reconstituir la historia gastronómica nacional.

De la tierra una curiosidad: ñoquis de yuca en ragú de pato y foie gras, un acierto invernal. Más allá un garrón de cordero estofado y un pernil deshuesado de cuidadosa elaboración.

¿Sopaipillas pasadas para finalizar? Si, y otros postres chilenos que lo dejarán casi tendido de espaldas. Para ello y con buen tiempo esperan en la terraza unas tumbonas, tan necesarias en estos ágapes casi romanos. Ahora es imposible. Sin embargo es una excelente idea visitar el Mestizo en este invierno. De todas maneras es necesario reservar para que no pase malos ratos. Una buena propuesta (Juantonio Eymin)

Mestizo: Av. Bicentenario 4050, Vitacura, fono cel. 7- 477 6093