El peruano del barrio Lastarria
Sin grandes pretensiones el Tambo se esta convirtiendo en un referente de la cocina peruana en el barrio Lastarria. “No somos alta cocina”, me dice el peruano Yonatan Malis, su propietario, “pero tampoco es un huarique”.
Hace un año escribí de este mismo local, pero las sorpresas que encontré en esta ocasión bien valen ser publicadas. La cocina se ha afianzado y ya no existe tanto temor al momento de presentar su oferta. Una que comienza con un buen sour elaborado con pisco Viñas de Oro (3.800), que bien vale su precio ya que la materia prima es insuperable. Por mi profesión, he recorrido innumerables restaurantes peruanos y aunque les duela a sus propietarios, en muchos lugares el sour lo preparar con Capel, transformándolo en un cóctel bastante mediocre. Acá, sin ser notario, doy fe que lo elaboran con verdadero pisco peruano.
La partida fue floja. Unos duros wantanes rellenos con carne de cerdo coronaban un salteado de pollo, vacuno, camarones, cerdo y piña con salsa tamarindo. Un plato chifa con bastante personalidad pero con una masa de wantan demasiado dura (12.900 para compartir entre dos o tres). El resto, la combinación de carnes + camarones + piña cocinados al wok con salsa tamarindo, de buena factura. (¿Será el eterno problema de los días lunes en nuestros restaurantes? A decir verdad, si mejoran la masa de los wantan, este podría ser uno de sus Best Sellers.
La esquina donde se encuentra el Tambo es pequeña pero está en el epicentro del barrio Lastarria, uno de los más exquisitos lugares de la capital. A pasos de una bullante Alameda, acá se respira un aire distinto, bohemio, provinciano y ello tiene contento a su propietario ya que su local está permanentemente repleto. No es cocina de mantel largo, pero su modelo es exitoso y atractivo,
Peco de odiar los camarones. Ese karma me persigue hace más de un año desde que elaboré junto a un grupo de especialistas una guía de restaurantes peruanos en Santiago y pareciera que me comí toneladas de ellos. Aun así, la causa de camarones que llegó a continuación no tuve reparos para disfrutarla. Papa + palta + camarones y su salsa (5.900) un buen acercamiento a la buena cocina peruana.
Los peruanos aman el pulpo aun cuando este bicho sea el gran enemigo de las cocinas. Yo amo el pulpo siempre y cuando pase la prueba del tenedor. Si se puede cortar uno de los tentáculos con el borde de este instrumento, miro al cielo y doy gracias. A veces, como en este caso, el pulpo se niega a la prueba de la blandura. Aun así, su preparación estaba tremendamente sabrosa. El pulpo a la parrilla (6.900), acompañado con papas y un original pebre, me dejó contento. A decir verdad, regresaría por este plato.
Hurra por su tacu tacu de lomo saltado (7.900). Impecable en su preparación y sabor. Definitivamente este plato me devolvió toda la confianza de este restaurante. Rico de principio a fin, me recordó el similar que prepara Rafael Osterling en El Mercado, uno de los restaurantes estrellas de Lima, con la única diferencia que allá lo sirven con mas parafernalia.
Tambo: José Victorino Lastarria 65, Barrio Lastarria, fono 633.4802