martes, 10 de septiembre de 2013

BUENOS PALADARES

CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

MUJER
PILAR HURTADO
(SEPTIEMBRE) CAFÉ COLONIA (Mac Iver 133, Santiago centro, fono 2639 8160): “Partimos con un café con strudel de manzana, que estaba bien rico, la verdad. El tiempo pasó muy pronto y llegó la hora de almuerzo, así que, atendidos por señoritas de vestido azul y blanco y cofia, pedimos unos sánguches. Al revés, de atrás para adelante, primero el postre y después lo salado… En el local sirven un menú del día con sopa incluida. Nosotros nos tentamos con un churrasco sureño, con queso, merkén y champiñones, con la carne jugosa y rica. También un bien aliñado lomito Colonia con queso, tocino, tomate y palta. Ninguno de los emparedados traía mayonesa; si uno quiere, la pide y la paga aparte. Ambos sánguches los elegimos en marraqueta, la que de aspecto se veía un poco viejita (así como hundida y no inflada), pero venía tostada y calentita. El servicio fue muy eficiente en cuanto a los tiempos, y muy amable; se nota que quienes atienden allí tienen experiencia.” “El Colonia es un clásico que hay que visitar; tan chileno y tan alemán, esa extraña mezcla que ya es parte de nuestra cultura y que le puso la nota dulce a nuestro recetario.”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(SEPTIEMBRE) PUNTAMAI (Avda. del Mar 1366, Maitencillo, fono 32-277 1908) “Pedimos nuestros erizos en tortilla (así ordenamos: "no omelette"). Y nos llegó una tortilla ("no omelette") muy bien hecha con frescas lenguas ($9.300). Compartida, ésta fue nuestra entrada. Los gaznápiros alrededor comían sus lenguas como hace 5.000 años: crudas, con cebolla, perejil. "Benhaiga".” “Seguimos con una corvina "mar y tierra" ($8.600), de concepción muy simple, sin excesos: camarones y champiñones de París, en amigable compañía, ligados con una salsita ligera. Pero el pescado estaba recocidón... Igual cosa nos ocurrió con el lomo al roquefort ($8.600): con una lograda salsa de ese queso, formaba una combinación armoniosa; pero la carne estaba también recocida, no "a punto", como habíamos pedido (ninguno de ambos platos requería acompañamientos). “El lugar es agradable: orilla de mar (sin más música en la terraza que la de las olas). Nos tocó buen servicio. Todo inmaculado (copas, cubiertos, servilletas).”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(SEPTIEMBRE) CARIÑO MALO (Almirante Montt 58, Valparaíso, Cel 8381 0999): “Bueno, se acercan las fiestas y dan ganas de salir (huir) de la capital. Entonces, vaya una recomendación sencilla y con buena onda en nuestro Valparaíso, puerto principal. A unas pocas casas del ya mítico Cinzano, en la misma calle Almirante Montt, hay que buscar una de esas escaleras en que se requiere sobriedad para bajarlas.” “Pero en fin. Una panera y pebre, una jarra de agua con ramas de apio, y vayan las peticiones. Primero, lo menos bueno: lengua nogada ($5.900), bien blanda, grande (media lengua), pero a la que le podrían haber limpiado algunas partes (las feas) y, lo menos encomiable, en una salsa de vino tinto con nueces que era de todo, pero menos la salsa nogada tradicional. O sea, la rebautizan como lengua al vino tinto, y cero problema.” “Luego, dos platos bien hechos. Primero, vidriola a la plancha con ensalada de hojas verdes y tomates de verdad ($5.500). El pescado algo seco, pero muy sabroso. Y unos fetuccinis con salsa de mariscos ($5.900), algo cargado a lo lácteo, pero con una pasta artesanal (especialidad de la casa), al dente y perfecta.” “Buena oferta.  El servicio, rápido. El ambiente, informal. Los precios, gratos”

EL SÁBADO
BEGOÑA URANGA
(SEPTIEMBRE) TABERNA ANDALUZA (Avenida Italia 1152, fono 2920 2248): “Es de esos lugares de los que se tiene noticia por el boca a boca. Un sitio donde siempre hay música, animación y risas. Para pasarlo bien, como quien dice. Hasta allí concurren los cada vez más numerosos españoles afincados por estos lares. Hasta un noticiero local le hizo una nota. La visita, por tanto, se hace imperiosa.” “La carta entusiasma, porque está llena de tapas y picoteos. Para comenzar, como gentileza de la casa, una fuentecita con lentejas y verduras, muy ricas, aunque algo frías. Luego, una tortilla de patata que vino como calentada en el microondas. El huevo totalmente recocido y sin cebolla, tras lo cual se probaron unas croquetas, curiosamente de jamón y pollo que -hay que reconocerlo- resultaron lo mejor de la noche.” “Los calamares a la romana estaban con un batido ligero, pero poco crujiente. Bueno y simple el pan con tomate y las papas panaderas que acompañaban el rabo de toro. Este último, bien cocido, como corresponde, aunque no estaba para repetirse. La sangría, en grandes copas, excelente. Como para tomarse una jarra.”