Un hotel con cuento
En 1938 llega a Chile una joven pareja
checa formada por Guillermo y Catalina Pollak. De inmediato se enamoraron de
Pucón. Partieron su aventura dirigiendo el pequeño Hotel Playa y tomaron la
concesión del refugio del Volcán Villarrica. Lamentablemente sus esfuerzos para
establecerse fueron impedidos cuando se quemó el hotel y la erupción del
Villarrica destruyó el refugio. Habiendo ya comprado el terreno donde iba a
nacer el Antumalal, recomenzaron con un salón de té a orillas del lago, lugar
donde las tradiciones culinarias de su lejana Praga, encantaron a su creciente
clientela. Un día llegó hasta el salón de té el ex Presidente de la República,
Gabriel González Videla. Don Guillermo, quien soñaba en construir un hotel, se
acercó al Presidente con una petición en orden de facilitar un préstamo con el
que se inicia la construcción del Hotel Antumalal. Fue accedido por Videla. Así
nació el Hotel Antumalal.
46 años han pasado desde que la Reina
Isabel II alojó en el Antumalal. Algo novedoso en esos tiempos ya que nuestras
fronteras y la lejanía de las capitales mundiales era un obstáculo casi
infranqueable. La gracia de esta aventura que llevo a la Reina y su Príncipe al
sur de Chile, está en que desde esos años el hotel y sus cinco hectáreas de
terreno siguen siendo testigos de una época y ha sido uno de los pocos –si no
el único- que ha mantenido su diseño, estilo Bauhaus, y toda la tradición lo
los primeros colonizadores del sur chileno.
El comedor, con una vista panorámica al
lago Villarrica, recibe a sus pasajeros y turistas que llegan a la zona con la
finalidad de degustar las especialidades preparadas por la chef María Ignacia
Jara, quien descubrió en San Pedro de Atacama que podría ser buena cocinera.
Cinco años de costoso aprendizaje en el norte de Chile que cautivaron y
lograron convencer a los propietarios del hotel Antumalal que podrían
modernizar el estilo clásico que mantuvo este lugar durante décadas. En la
actualidad y en este comedor sureño, Maya -como todos la conocen- propone una
gastronomía cálida y que provoca sentimientos, aprovechando el producto local
como cordero, trucha o pato, en base a recetas donde las salsas son un tremendo
aporte, ya que una de sus fortalezas es la preparación de las carnes
silvestres. Una promesa, considerando que la mayoría de sus clientes son
exigentes y el lugar debe competir con bastantes alternativas gastronómicas que
ofrece la zona.
Con huerta propia, coloridas verduras y
frutas llegan a la mesa, adornando los albos manteles como si una pintura se
tratara. La quínoa -tan de moda entre los turistas extranjeros que llegan al
Antumalal- es una de las guarniciones más solicitadas, acompañándola con habas
cuando se trata de una Trucha a la mantequilla y limón; o con aceitunas, para
acompañar un garrón de cordero magallánico.
Las pastas -elaboradas en casa- hacen un
aporte interesante a la carta de especialidades. Pappardelle con cordero,
Ravioles rellenos de jaiba e incluso una apetitosa lasaña de verduras (que
logré rescatar ya que era el plato de fondo de la cena de los empleados del
hotel), hacen posible una buena cantidad de variantes a los pasajeros de este
clásico establecimiento.
Como buen ejemplo de la inmigración
europea, los postres son de gran factura: desde el clásico murtilla-membrillo
(el postre oficial de la zona sur) hasta una Tarte tatin de peras (la original)
con helados elaborados en casa, hacen del dulce final de cada comida algo
enviciante.
La carta de vinos es acotada, aun así
hay variedad y buen servicio. Los precios normales de su carta de platos y
vinos, contrasta con los valores del bar, donde los cócteles son francamente
caros, alejando las posibilidades de beber un buen trago antes o después de
cada comida. En resumen: buen lugar donde llegar, comer y aprovechar las
instalaciones anexas, como sus cómodas habitaciones, un gran Spa, piscinas,
sauna, jardines, chimeneas… y un silencio que se convierte en cómplice de la
salud mental. (Juantonio Eymin)
Hotel & Restaurante Antumalal, Km. 2 Camino Pucón – Villarrica, fonos:
45244 1011 / 45244 1012