martes, 8 de septiembre de 2015

LA NOTA DE LA SEMANA



 
 
CHILE A LA PARRILLA

Poco importa el efecto invernadero o el esmog. Durante dos semanas prenderemos todo tipo de parrillas para festejar nuestras fiestas patrias.

Asados, empanadas, choripanes, pebre, causeo, vino blanco y del otro, pisco sour, borgoña, del blanco con chirimoya; papas con mayonesa y “chilena” con cebolla de guarda; fierritos y piscolas; chicha dulce y de la otra; costillar picante, prietas, mote con huesillos y un largo etcétera nos esperan para estas fiestas que ya comienzan.

Es que el 18 se celebrará a concho. Así nos enseñaron y la costumbre sigue igual desde épocas remotas. Por unos días se dejan de lado los test de colesterol y de triglicéridos para sentirnos más chilenos y disfrutar nuestras famosas fiestas patrias. Chilenitis le llamaban los gringos cuando venían al país y quedaban con el estómago destrozado ya que la chicha no era la más cristiana de las bebidas. Chilenitis le llamamos nosotros al exceso de fervor de estas fiestas y de nuestro folclore que sólo gozamos unos días al año (algunos más que otros objetivamente).

Según los médicos (y a veces hay que creerles), la resaca es el resultado de la intoxicación del organismo provocada por la ingesta de una dosis excesiva del alcohol. El cuerpo se protege de la intoxicación y segrega enzimas que metabolizan y desechan las toxinas. Sin embargo, cuando la ingesta de alcohol es mayor a la normal, la capacidad del organismo para metabolizarlo es menor y se presentan los síntomas de la resaca.

¿Cómo ponerse a tono? Bien. Como la resaca en estas fiestas es algo habitual y dos días de excesos le llaman en Francia “geule de bois” y los anglosajones hablan de “hangover”, nuestra popular caña podemos curarla con varios condumios y bebistrajos. Para este cronista, sin ser un experto en la materia, mi decálogo para este 18 sería el siguiente:

 
I. Una cucharada de aceite de oliva (extra virgen, obvio) antes de salir a festejar. Que eso protege, protege. Nadie la va a decir que no se va a marear igual, pero ayuda a la autosugestión.

 II. No maneje. En todo el país, los taxis y radiotaxis son bastante más baratos que una clínica, un juicio, demandas civiles (o criminales) y/o pasar la noche en una comisaría. Deje el auto en casa a no ser que tenga chofer. Pero usted… no se arriesgue.

III. No le pido que beba con moderación. Eso es un imposible. Pero, cuando regrese a casa no olvide tomarse dos paracetamoles antes de acostarse. Con agua potable eso sí, aunque piense que ese líquido transparente es dañino y le puede hacer mal.

IV. No se ponga cariñoso. Deje dormir tranquilo al “regalón de la provincia”. Una cosa es lo que usted cree y la otra es lo que usted puede.

V. Si va al baño de madrugada, medio cureña, haga pipí sentado. Así evitara mojar todas las cerámicas ya que si no le achunta al WC sano y bueno, con alcohol la cosa se pone complicada.

VI. Levántese el domingo, dúchese y no se ponga esa polera regalona llena de hoyos que tiene para sus horas de ocio. Haga como si no pasara nada. Estará medio mareado aún, pero consérvese digno. ¡Hace años que quiero comerme unos huevos a la ostra!, dígale a los suyos mientras busca en los anaqueles tabasco, limones y pimienta. No deje que nadie se los prepare. En esto, hay que ser estoico.

VII. ¡Hay que festejar con cerveza!, es lo que se le debe ocurrir para aminorar los efectos de la caña del día anterior. La cerveza ayudará a recuperar la deshidratación producida por todo lo que bebió el 18 y el 19. Los franceses del sur sanan la resaca con un vasito de pastis y los ingleses con una pócima de gin y tabasco. Acá, nosotros, lo sudacas, lo hacemos con birras… ¡Vivan las chelas!

VIII. Aperitivo. Y no hay otro: bloddy Mary. Ni se le ocurra un pisco sour. Eso lo reventará. El bloody Mary sana hasta los malos pensamientos. Por muy mal que se sienta, esta mezcla de vodka, jugo de tomates, tabasco, salsa Worcestershire (inglesa), limón, sal, apio y pimienta, es para renovar votos. Hay algunos que le colocan un chorrito de brandy. Pero les aseguro que un buen bloody Mary los dejará más que contentos y con ganas de seguir la fiesta.

IX. Almuerce algo fresco. No estamos para porotos granados. Un cebiche bien condimentado con su leche de tigre correspondiente. Harta ensalada de tomate, pepino (ojalá un jugo de pepinos) y cuanta verdura exista. Unas láminas del asado del día anterior y una buena botella de un frío sauvignon blanc. No se exceda.

X. Siesta. Imprescindible para partir el lunes en buena forma. Un tutito a media tarde es de lo más aconsejable. Bien harían dos paracetamoles nuevamente. Descanse. Dispóngase a ver películas viejas en su TV o déjese llevar por esas adormiladas voces del Natgeo. Por delante vienen más festejos… y hay que agarrar fuerzas dar los abrazos de año nuevo. (JAE)