martes, 11 de octubre de 2016

MIS APUNTES


 
QUITRAL
Sólido en Lastarria
El desafío fue grande. Equipar -y administrar- uno de los espacios más amplios del Paseo Lastarria, conquistar un público transversal y competir a la vez con los monstruos gastronómicos que dieron vida a este lugar, como Nolita, el porteño Urriola y Casa Lastarria.

Escondido al final del paseo, es difícil imaginar lo que hay adentro. Pero al abrir la puerta uno se encuentra con un lugar grande y acogedor. Mucha madera sobre hormigón afinado, una iluminación cálida con ampolletas a la vista, una decoración simple y bien cuidada, sillones de cuero y una atmosfera bastante moderna con parrilla a la vista, que está detrás de una larga barra de madera que expone los más variados licores y vinos. 

La escenografía es perfecta y los propietarios se preocuparon desde un principio en ofrecer una visión distinta de una cocina chilena más internacionalizada y menos prejuiciosa. En tiempos que nuestra cocina popular está intentando reivindicarse gracias al esfuerzo de antropólogos, cronistas y chefs (que aún insisten en buscar antepasados y cocinas “puras” sin influencias foráneas), en Quitral dejaron de lado los prejuicios y se lanzaron en una aventura que con el tiempo ha rendido sus frutos.

Hay ejemplos dignos de alabanza, como una Palta grillada (7.800) realmente impactante. Al no estar acostumbrados a comer la palta caliente, acá se justifica ya que viene con un agregado de camarones salteados y una excelente salsa de mariscos y mini sopaipillas caseras, que lo convierte en uno de los platos más sabrosos que he probado este año. ¿Cocina chilena? Sin duda alguna. ¿Atrevida? Obvio, para eso están los restaurantes.

Cristián Hatte es el chef encargado de los fogones. Si bien bastantes clientes van por su parrilla (vacuno, cerdo y pescados), los contrapuntos que logra con otras preparaciones son bastante valoradas por los que ya conocen este lugar, como los Pejerreyes rellenos con chupe de locos (11.400), las Prietas a la parrilla con puré de papas (8.900) o su ya tradicional -y excelente- Pastel de choclo con asado de tira (14.900).

Buena mano sin duda. El servicio ha mejorado bastante a pesar del tamaño de un lugar que de noche transmite bastante intimidad para sus clientes. Tienen una linda terraza exterior que es ideal para compartir una cerveza o una botella de vino con alguna tabla de cecinas sureñas provenientes de Capitán Pastene (11.200, para dos), pero si la idea es almorzar o cenar en forma tranquila, el comedor es lo más indicado.

Los restaurantes del barrio Lastarria han ido dejando el amateurismo de lado y cada día se ven con mayor frecuencia restaurantes bien diseñados y con buena gastronomía. Es posible decir que en unas pocas cuadras se puede vislumbrar todo el abanico gastronómico de una ciudad que bordea los siete millones de habitantes. Y dentro de todo este espectro, el Quitral tiene mucho que decir. (Juantonio Eymin)

Quitral: Paseo Lastarria / José Victorino Lastarria 70, local 4 / 22664 0850