LA INESTABILIDAD
Y LAS INVERSIONES
GASTRONÓMICAS
En
tiempos de inestabilidad económica la gastronomía se pone de moda, no tanto en
la cantidad de comensales sino en la apertura de todo tipo de establecimientos
que ofrecen desde un modesto café o un completo hasta lo más exclusivo de la
cocina mundial.
El
problema es generalizado y lo hemos planteado en más de una ocasión. Sin
embargo aún hay quienes creen en cantos de sirenas y piensan que un restaurante
–o bar, carrito, food truck, canasto etc, etc- es la mejor inversión que se
puede hacer en la actualidad. Como la cocina está en la cúspide y todos los
canales de televisión (y radios) están realizando programas dedicados a la
cocina, es fácil caer en la tentación de creer que la gastronomía es un boom.
De ahí a la concreción del proyecto hay poco tiempo, ya que tanto los que
buscan locales como arrendatarios de espacios necesitan urgente resolver sus
problemas.
Sucedió
–y sigue pasando- con los atractivos Food Trucks, vehículos motorizados que
alguien pensó que reemplazarían a los puestos de comida y a los vendedores de
sopaipillas o mote con huesillos. Incluso crearon una Asociación para lograr
mayores beneficios y poder obtener rápidos retornos de lo que les implicó
adaptar o comprar un vehículo para tales efectos. Los resultados, negativos aun,
los tiene con activos guardados en un garaje y con suerte salen una vez a la
semana a captar clientes en alguna de las múltiples ferias de cocina que se
realizan a lo largo y ancho del país.
Cuando
se percatan que el negocio no era lo que habían pensado, comienzan los
problemas: vender a un tercero o cambiar de rubro es lo primero que piensan.
Sin embargo el daño ya está hecho. La billetera merma y hay que pagar
empleados, impuestos, materias primas y amortizar el capital de entrada al
negocio. La gran mayoría de los inversionistas no tiene espaldas, capital de
riesgo ni mecenas que le ayuden a salir del problema. Nunca pensaron que el
negocio sería malo y que perderían tanta plata como invertir en las famosas
pirámides bursátiles. Para ser sincero, el éxito de un restaurante no significa
que todos sus vecinos sean exitosos.
No
crea en cuentos de hadas ya que la realidad es absolutamente diferente. Vea los
riesgos antes de hacer realidad los proyectos ya que el futuro depende de su
inversión. La inestabilidad golpea a todos y si bien se ven la gran mayoría de
los locales repletos los fines de semana, la realidad es que casi siempre las
ventas no alcanzan a pagar los gastos generales del negocio. Está difícil
invertir dinero en la actualidad: o lo estafan o las ventas no son suficientes.
Súmele a eso la labor del SII, de la Municipalidad, de las patentes y del
SESMA… y busque otra alternativa ya que si alguien le contó que la cocina era
un buen negocio, no era un buen amigo precisamente. (JAE)