CARDOENLAND
La
tierra de Disney y la tierra de Cardoen. Disney en Orlando, Cardoen en Santa
Cruz. Ambos expertos en entretención. Uno, preferentemente infantil; el otro, en
su gran mayoría, adulto. Resultado: uno de los mejores proyectos turísticos que
se hayan creado en torno a una comuna. Hotel, casino, Spa, ferrocarril, viña,
aldeas mapuches, nortinas y pascuenses; museo, centro astronómico y mucho más,
donde la distracción está asegurada en una comarca que hace unos años dormía
como muchos pueblos campesinos del país.
Y
escribo de pueblo y ciudad ya que Carlos Cardoen ha convertido Santa Cruz en
una ciudad hecha y derecha. Y turística para más encima. Todo partió hace unos
años con la explosión de viñedos en el interior de San Fernando. Cardoen, con
capitales frescos, decidió construir lo que para muchos era una locura. Un
hotel de categoría en la Plaza de Armas de Santa Cruz. Luego vinieron los
compradores extranjeros que visitaban viñas y el hotel se hizo conocido por
muchos. Al poco tiempo quedó chico y tras diversas ampliaciones hoy ya tiene
113 habitaciones de gran calidad y ocupa casi una manzana completa. Allí
también construyó su casino de juegos (en sociedad con Enjoy) y es difícil encontrar
una habitación desocupada incluso en estos tiempos.
Y
se las juegan con la comida chilena, más bien criolla. Su comedor principal,
Los Varietales, ha sido premiado y reconocido por periodistas y críticos
gastronómicos, como uno de los mejores restaurantes de comida típica en el
país, ya que combina carácter y distinción en un cálido entorno. En su carta
destaca lo más representativo de las recetas e ingredientes de la cocina
chilena: un recorrido gastronómico de norte a sur con lo mejor de nuestra
tierra y mar.
Su
carta comprende productos nacionales y
especialmente del Valle de Colchagua, como lo es la quínoa de Paredones, Aceite
de Oliva de Lolol, sal de Cahuil, quesos de Peralillo, vinos y licores del
valle, cuenta con 28 platos repartidos entre entradas, platos de fondo y
postres, todos de especialidad chilena con toques de cocina internacional. En
Los Varietales durante la semana puede escoger a la carta y los fines de semana
existe la alternativa de un completo y sabroso Buffet Criollo que va acompañado
de carnes a la parrilla, preparadas en un quincho al aire libre, con una
perfecta vista a la piscina.
Cené
en un comedor repleto de turistas y degusté varias de sus últimas
preparaciones. Increíblemente buenas estaban unas empanaditas de masa de hoja
con cochayuyo y queso maduro. ¡Geniales! Luego, fresquísima centolla sobre
espárragos y huevos de salmón. Más allá, un asado de tira estofado con porotos
granados y jugo de vino tinto y unas guatitas a la campesina guisadas con
arvejas y acompañadas de arroz y papas fritas, que me hizo congraciarme con
esta cocina de gran sabor y buena factura. A pesar de un par de errores, un
atún demasiado cocinado y una crema de papas algo insulso, quedé más que
contento con esta gastronomía, su estupendo servicio y la calidad de sus
productos.
En la punta del cerro
La
diversión continúa en la viña Santa Cruz, ubicada en las cercanías de Lolol.
Cerca de quince mil visitantes anuales llegan a este lugar tanto a conocer la
viña como apreciar todas las atracciones que Cardoen ha instalado arriba… en la
punta del cerro.
Se
llega tras un pequeño viaje en teleférico y es posible conocer una típica
habitación aymará, un ambiente y museo pascuense y otro mapuche. Unos pasos más
allá, una moderna construcción alberga un observatorio astronómico que incluye
meteoritos encontrados en todos los lugares del mundo y grandes telescopios
para regocijarse mirando las estrellas. Un poco alejado del lugar, una gran
“ruca” mapuche construida recientemente y habilitada como alojamiento de gran
lujo, con hidromasajes, plasma y todas las comodidades del siglo XXI, espera la
llegada de familias que desean aislarse del mundo sin perder comodidades.
Entretiene
Cardoenland. Se necesita por lo menos un par de días para conocer toda la
infraestructura del lugar. Su museo, uno de los mejores del país, es para pasar
una tarde entera. El moderno spa y el casino son otras de las alternativas de
descanso y diversión. Los almuerzos buffet son algo dignos de conocer, ya que
la cantidad y variedad de platos es infinita. En fin. Un viaje que hay que
realizarlo casi como peregrinación y digno de estar en todos los libros y
folletos que se escriben de nuestro país. Y eso que no alcanzamos a comentarles
otras maravillas de esta ya célebre ciudad huasa. (Juantonio Eymin)
Hotel Santa Cruz Plaza:
Plaza de Armas 286, Santa Cruz, fono 72220 9600