MIGUEL CACHITREO
LA OTRA ARAUCANÍA
Ganó
fama como chef ejecutivo de los restaurantes de la reserva Huilo-Huilo, donde
su propuesta culinaria fue premiada el año pasado por el Círculo de Cronistas
Gastronómicos como “la mejor cocina en regiones” y luego reconocido en La
Revista del Sábado como parte de la Red de Lideres Jóvenes. Hoy, luego de
conocer el éxito y la fama, regresó tras la muerte de su padre a su Currarrehue
natal con la finalidad de abrir su propio emprendimiento (que conocimos en
construcción), mientras enseña técnicas de cocina y alimentos a las comunidades
mapuches establecidas en la zona. “Con
el tiempo la gente va a tener más interés en Chile, y va a tener que haber más
lugares que tengan propuestas más novedosas de gastronomía. Mientras más tengan
que ver con el tema cultural y los orígenes de Chile, será mejor”, nos explica
Miguel, mientras degusto una de las mejores empanadas fritas de mi vida y unas
alucinantes sopaipillas con prietas., Ya que más allá del merquén y de los
piñones, la visión de la cocina mapuche de Miguel Cachitreo sorprende por su
versatilidad.
Su
corta vida ha sido intensa según comentó a la revista Paula: “tras cursar la
enseñanza básica en su comuna, partió a Villarrica, donde se tituló como
técnico en alimentación. Luego llegó a Santiago donde trabajó con grandes chefs
como Axel Manríquez, Carlos Meyer y Guillermo Muñoz. De ellos aprendió la
técnica y la rigurosidad necesaria. Pero cansado de la capital, hace cinco años
regresó a La Araucanía. Ahí se percató que había dejado de lado sus raíces y
que sus preparaciones estaban más influenciadas por la cocina francesa que por
la mapuche. “Viajé mucho, pero iba con una mochila vacía. Me di cuenta que el
conocimiento siempre había estado en mi casa, por lo que volví a mi hogar:
ahora con otros ojos. Cargué mi mochila con la influencia mapuche de mi zona y
volví a mis tierras”.
Aún
le faltan semanas para tener su restaurante (más bien dicho un parador o
picada), pero ya trabaja junto a un equipo de gente de su tierra recibiendo
grupos de turistas que buscan comer y conocer algo más de esta cultura. Su
emprendimiento está a 500 metros del pórtico ubicado a la salida del pueblo de
Currarrehue siguiendo la ruta a Argentina. Dos pequeñas casas que parecen
platos voladores arriba de un árbol y una fogata de la cual emana
permanentemente humo son las únicas indicaciones para llegar a destino (nadie
se perderá con estas indicaciones). Allí y bajo la estructura de una de sus
casas/rucas, un fogón espera para degustar carnes de jabalí y de ciervo,
mientras su equipo de ayudantes, todas mujeres mayores de las comunidades,
elaboran las comentadas empanadas y una serie de delicias propias de la cocina
mapuche, morchelas incluidas, una de las princesas del reino funghi en el
mundo. No es ni será un comedor de mantel largo y por lo general sus visitantes
tendrán que ocupar las manos como pinzas para echarse a la boca algún bocado,
sin embargo la experiencia es superlativa, ya que es bastante más natural que
las rucas turísticas que existen en el sur.
Para
los que viajen de vacaciones a Villarrica, Pucón o sus alrededores, Miguel nos
prometió tener listas sus instalaciones a finales de este año. Sólo le falta la
energía eléctrica que espera solucionar con paneles solares para mantener el
lugar lo más natural posible. El resto se lo entrega la naturaleza, esa que lo
hizo regresar a casa y que hoy disfruta a concho y con una gran sonrisa en su
cara. Al menos, Currarrehue no está contaminado de turistas, esos que provocan
un caos vial superior al capitalino durante la temporada de verano.
¡No
se lo pierda!
Miguel Cachitreo / Cel:
95202 2175 / Currarrehue, Región de La Araucanía.