CÓCTELES CRIOLLOS PARA ESTAS FIESTAS
Si bien es cierto que un buen vino, licor o destilado es del agrado
de paladares exigentes, siempre es entretenido mezclar. Y como el ingenio
nacional da para todo, populares híbridos forman parte de nuestras más
excéntricas tradiciones etílicas. Los folclóricos "combinados" made
in Chile se han adentrado en nuestra alma patria, así como Condorito, el perro
de Lipigas o el dedo de Jara. Para festejar el mes de la patria, acá les
mostramos los cócteles más populares de nuestro país.
PISCO SOUR (a la chilena)
Miles
han sido las recetas de pisco sour que se han creado con el transcurso de los
años. Elaborado con limón amarillo, sutil o de Pica, azúcar y un pisco de marca
nacional (y sin clara de huevo), no hay chileno bien nacido que no se haya
aventurado en el arte de hacer el mejor pisco sour, la receta original, la
madre del cordero, aunque no todos los resultados han sido felices. En
constante guerra con el sour peruano, aún existen algunos lugares que lo
preparan según nuestra tradición.
PISCOLA
Postulada
por generaciones como "el trago nacional", la popular piscola (pisco
+ bebida cola) es la fiel compañera de tertulias, vituperios y carretes del
país. Una buena piscola debe llevar hielo y limón. Y, aunque el origen del
pisco puede estar en duda, la piscola es 100% chilena y nadie ha podido
quitarle su popularidad
TERREMOTO
Surgido
en "El Hoyo", bar de Estación Central, en la actualidad es el trago
más consumido en "La Piojera", emblema del movimiento guachaca. A
base de vino pipeño y helado de piña, más un toque de amargo o fernet y un
chorrito de granadina, su prestigio ha trascendido las fronteras, incluso forma
parte de casi todas las celebraciones multitudinarias.
PICHUNCHO
Un
bar que se jacte de rescatar comidas y bebidas de nuestro recetario tradicional
no puede no tener el pichuncho en su carta de cócteles. Se prepara –salvo que
se indique lo contrario– con vermouth bianco, pisco y una fina cáscara de
limón. Elegante, refrescante y –ojo– uno de los tragos más baratos, pero no por
eso menos distinguidos, es el Manhattan de nuestros populares bares.
COLA DE MONO
Angelical
pócima que trae buenos recuerdos porque se consume en Navidad y Año Nuevo, esas
entrañables fechas en que no hay que estudiar ni trabajar, sino que sólo darse
regalos y pasarlo bien. Sin embargo, existen lugares que lo ofrecen todo el
año. Lleva leche, leche condensada, cáscara de naranjas, clavos de olor,
canela, vainilla, café, aguardiente o pisco. Es tan propio de estas festividades
como el pan de pascua y el viejito pascuero.
BORGOÑA
Para
que no digan que los tragos no se complementan con la vida sana (como una
macedonia), este combinado -también llamado ponche- utiliza frutas de la
estación trozada, de preferencia frutillas o duraznos además de azúcar y hielo.
La versión con vino blanco (con chirimoya preferentemente), se llama Cleri y es
una de las bebidas más típicas de nuestro tórrido verano.
VAINA
No
está de moda como otros cócteles de mediados del siglo pasado y que ahora son
grito y plata en las barras santiaguinas. Sin embargo, hay un puñado de
nostálgicos y tradicionales bebedores que aún la piden. Incluso algunos
optimistas aseguran que viene de vuelta, que es sólo cosa de tiempo. Y aunque
es difícil encontrar vainas en la ciudad y mucho más una bien preparada, este
cóctel, preparado con vino añejo y huevo, aun acapara la atención de las
féminas de la época del Pollo Stop.
NAVEGADO
Ideal
para pasar el frío es el vino caliente con rodajas de naranja. Algunos llaman
así al vino tinto "chambreado" (del francés chambré... nada más
patriótico). También se acostumbra echarle azúcar, canela y clavo de olor. Se
entibia a baño María, aunque algunos solían calentarlo al lado del brasero.
Como ya no existen las peñas folclóricas y poco se sabe de los clandestinos, el
navegado ha ido perdiendo fuerzas con los años y sólo se puede conseguir en
pequeños poblados que aún mantienen tradiciones ancestrales.
MALTA CON HUEVO
Es
una de las bebidas con alcohol más tradicionales y populares de Chile. Se
encuentra habitualmente en las cartas de los restaurantes, picadas y bares
populares. Su sencilla preparación hace que sea muy usual consumirla en los
hogares, por lo que ya es parte de la identidad chilena. Muy popular en zonas rurales
y entre las generaciones más antiguas, es un clásico entre los clásicos. Si aún
tiene a su mamá con vida, pregúntele qué tomaba cuando lo estaba criando.
VINO EN MELÓN
Este
original trago, que no requiere vaso ya que utiliza un melón abierto en uno de
sus extremos y sin pepas, por donde se le introduce vino blanco y un poco de
azúcar, es ampliamente conocido por las actuales generaciones. Mientras se
consume se puede ir raspando el melón por dentro con una cuchara para que quede
más dulcecito. Es típico de paseos a la playa de universitarios y es uno de los
pocos brebajes que celebra su propio día, normalmente en febrero de cada año.