martes, 6 de noviembre de 2018

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS                                             
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(Noviembre) MATSURI (Hotel Santiago, Av. Presidente Kennedy 4601 / 22950 3051): “Chef del Matsuri es Juan Ozaki y jefe de teppanyaki el peruano Amaro Valdés, quien lleva tres años en el Matsuri y representa la tendencia a agregarle sazón peruana a la cocina nipona.” “La nueva carta se realiza en cinco tiempos.” “Comienza con una selección de sushi omakase (lo que significa pedido muy especial, en este caso tres o cuatro bocados a selección del chef). Segundo tiempo,  maguro gyozas (empanadas japonesas de atún fresco). Tercero, yakitori, “ave asada a la parrilla”, brochetas de pollo acompañadas de salsa teriyaki. Cuarto, salmón y camarones, con brotes, vegetales de la estación, salsas de cítricos y ponzu. Quinto y final, filete de res con vegetales de la estación, salsa de sésamo y arroz frito. Postre, selección de helados con fruta de la estación.” “¿Qué trascendencia tendrá la nueva carta? Lo más probable es que todo cambie de nuevo cuando el equipo del Mandarín Oriental fije las normas definitivas para este hotel, que se proponer marcar nuevos hitos en el lujo hotelero capitalino.”

WIKÉN 
ESTEBAN CABEZAS
(Noviembre) MIRAMAR  (Caleta Quintay, (32) 2362046): De hartos locales con una magnífica, sí, gloriosa, vista al mar, se optó -tal vez por la poesía de su nombre- por el Miramar. Instalados en su gran terraza, con esa brisa que desestresa, se escogió de una pizarra con los platos disponibles.” “Al mismo tiempo que una panera con panes fresquitos y tibios, un pote de pebre y mantequilla, llegó un perol con machas a la parmesana ($9.990). Harto queso y crema, lo que es un poquito criminal, pero con abundantes lenguas rosaditas y blandas. Hay que dosificar lo lácteo con la cuchara nomás.” “De fondos, una sopa marina ($8.190) borboteante que merece darse la vuelta por este lugar: aparte del caldo, abundantes mariscos (y choritos no mini), mucha carne de jaiba, una presa de congrio y un loco. Una comida completa, difícil de comerse completa. Junto a esta maravilla -mientras se veían pasar presas fritas de crujiente aspecto-, un plato con cinco locos de tamaño mediano, con uno más grandecito, realmente blandos ($12.000), acompañados de ensalada surtida. Y vaya una crítica: cuando se tiene la oportunidad de comer algo así de bueno, no les cuesta nada poner mayonesa hecha en casa. Esa de mentira, no, por favor. Y si el temor es la salmonela, existe huevo pasteurizado, "por siaca".

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(Noviembre) VAL D’AOSTA (El Aguilucho 3510, Providencia / 22710 6718): “En su carta no hay más que una docena de platos de pasta, ya sea asciutta (o sea, con solo salsa) o rellena (ravioli, etc.). Y un antipasto y un par de postres. Carta de vinos, breve (recomendamos el Lambrusco, tan agradable, fácil de tomar y tan desconocido entre nosotros). Atención del propietario y de su cónyuge, mientras otros parientes hacen la cocina. En la mesa, pan y ricota hecha en casa, de una gran calidad, cremosita, como debe ser.” “El primero fue de fantásticos ravioli de espinacas, con mantequilla a la salvia ($9.800): sin lugar a dudas, los mejores ravioli que hemos comido en Santiago; masa perfecta, cocción perfecta, relleno sabrosísimo, con intenso aroma a salvia, que es incomprensiblemente mezquinado en otras partes; pero todo dentro de una armonía de sabores perfectamente bien lograda.” “El segundo fue de tortelloni rellenos con salmón y cubiertos con salsa de nueces ($9.800): este fue un plato delicado, en que el sabor del pescado está muy presente, pero de modo discreto. Y la salsa de nueces, cremosa y fina, hizo que el conjunto fuera delicioso.”