ARROCERÍA CIENFUEGOS
Si
bien es cierto que en Chile se consume más arroz per cápita que en China, ya
que es parte fundamental en la dieta de todos los chilenos, a pocos se les ha
ocurrido instalar un restaurante donde la estrella fuese este cereal.
Generalmente, el arroz se consume en casa como acompañamiento, mientras que la
mayoría de los merenderos españoles o italianos se vuelcan hacia las paellas y
los risottos. Con tanto consumo potencial, el chef Benjamín Cienfuegos, alguna
vez premiado como chef revelación por el Circulo de Cronistas Gastronómicos,
regresó al circuito de los restaurantes capitalinos con una arrocería que lleva
su apellido, donde el 80 % de su oferta es en base al arroz.
Lindo
lugar ambientado por Hugo Grisanti y Kana Cussen, los diseñadores de moda de la
capital. Un estilo “casual” que permite un ambiente más festivo para el adulto
– joven. Si no fuera por unas sillas de diseño que escogieron para algunos
sectores del restaurante y que prácticamente “hunden” al comensal y no respetan
la altura entre mesas y sillas, el resultado habría sido perfecto. Manos mal
que el local tiene dos tipos de sillas diferentes y tras ese traspié, logramos
saborear una carta mejor a lo esperado.
De
partida, me siento “fan” del arroz. Podría comerlo todos los días si fuese
necesario. Acá las recetas son propias y varían entre caldosos, salteados y
risottos. Para ello ocupan solamente la variedad Bomba, cuya particularidad es
la absorción de mucho líquido sin pasarse ni aglutinarse. Como los platos (o
sartenes, más bien dicho) se preparan a la minuta, la espera de 20 minutos para
que llegue el plato a la mesa se puede pasar degustando alguna de las entradas
que ofrece, como unos sabrosos camarones de orilla apanados en harina de
garbanzos o un cebiche de verduras (que llegan a la mesa como gentileza de la
casa). Aparte, ricos Langostinos del atlántico (12.900) o cebiches y tiraditos
variados (9.000)
Pero
el arroz manda. Las porciones son para una persona y su precio promedio es de
$14.900 por cada uno. Si bien la idea es “cada uno con su plato”, compartirlos
es la mejor opción. Partimos con una paella de Alcachofas y mozzarella, de gran
sabor y personalidad. Acompañada con vinos de una carta bastante adecuada,
luego enfrentamos un arroz Caldoso negro de calamares, fino, pero a la vez
potente.
En
el poco tiempo que lleva abierto este lugar, ya tiene arroces favoritos: el
Caldoso de asado de tira (con una carne que se corta con el tenedor) y un
tremendo risotto de prietas con manzanas, puerros y morcillas, fueron los dos
fondos finales. Para paladares suaves no hay duda que el caldoso de asado de
tira es la mejor opción, aun cuando para los amantes de las prietas, esta
versión es digna de buenos comentarios.
Arroz
con leche de postre… ¿cómo lo descubrió? Personalmente y luego de tanta ingesta
de granos, un té sería la mejor opción.
Extrañé
recetas típicas españolas o italianas –azafrán incluido-, aunque me faltó
conocer el resto de la oferta. Por ahí hay un risotto de setas que tendré que
probar en una próxima visita.
Como
la moda no incomoda, gran parte de la socialité capitalina está visitando este
lugar. Como todo lo que se aloja en Alonso de Córdova, no es una ganga. Si el
lector es amante del arroz y gusta apreciar nuevas recetas, este comedor es
ideal. Buena cocina, una tremenda carta de cócteles, un amable servicio y un
lindo ambiente lo acompañarán. (JAE)