martes, 1 de enero de 2019

MIS APUNTES


 
PAMPAS, FUEGOS ARGENTINOS
Partió como una parrilla de barrio y gustó tanto –gracias a su calidad y precio- que pronto, aseguran,  ingresarán a las grandes ligas.
 
¡Tienes que ir a Pampas!, me sugirió una amiga hace un par de semanas. “Es chiquito, pero se come como los dioses”, sentenció. Su nombre me quedó dando vueltas varios días e incluso lo busqué en Internet, logrando muy pocos resultados. La única referencia fue la de Gaetan Eonet, propietario de Le Bistrot, que contó en la revista Wikén que había encontrado notable su Entrecot con papas rusticas. Como la curiosidad era grande, el sábado pasado y tras varios intentos frustrados para reservar una mesa, llegué a Pampas para conocer de primera mano este lugar abierto por una pareja de argentinos que decidió quedarse en Santiago y abrir este lugar.
No es grande, pero está bien instalado. Mozos argentinos para una carta repleta de recetas del otro lado de la cordillera. Revisando la carta me percaté que sus precios son más económicos de lo pensado. Pocas mesas ocupadas ya que era sábado y la zona donde está emplazado está llena de oficinas. Aun así, algunas parejas –solas o con sus hijos- ocupaban las mesas interiores y de la terraza. Mi acompañante, que sabe que debe respetar los horarios de este cronista, llegó sólo un par de minutos atrasado, mientras yo bebía un vino Terrapura –la viña de la casa-. Mi vecino de mesa revisó la carta y se entusiasmó con las famosas empanadas argentinas (900 c/u), ricas en sus dos versiones (pollo y carne), de una carta llena de especialidades argentinas, desde Arrollado de matambre (2.990) hasta medio kilo de Chuletón de bife ancho (12.950).

Como restaurante de barrio, la pantalla plana de TV mostraba imágenes de un canal con música argentina. Buen y acogedor servicio, aunque algo lento, ya que la parrilla se toma su tiempo para preparar los platos. Recordando mis visitas a Baires, decidí probar la archi-famosa Milanesa napolitana (4.990), que la sirven en una sartén de fierro, una verdadera chanchada repleta de queso fundido y tomate, que prácticamente consumía el sabor de la carne. Mi vecino de mesa, de buen apetito, optó por una Bondiola laqueada (8.900), asada con cerveza negra, mostaza y miel, acompañada con puré de camote, que encontró inolvidable a pesar de no poder terminar su plato.

De postre, Helados Freddo (3.000) para bajar la ingesta calórica y poder regresar a las actividades normales. 

La idea de sus propietarios es crecer. Les ha ido bien y pronto abrirán al lado del Baco (en la Plaza del Sol) un nuevo Pampas. Son palabras mayores ya que para ser vecino de grandes restaurantes como el propio Baco, Le Bistrot, Ambrosía, Rivoli, La Salvación y otros, no sólo hay que tener coraje, sino también una gran calidad y ganas de triunfar.

Mientras tanto, vaya a su actual locación. Su relación precio/calidad es realmente una de las mejores de la capital y merece una visita. ¡Un buen descubrimiento!

Pampas Fuegos Argentinos, Nueva Providencia 2034 / 97862 4163