LICORES DIGESTIVOS
Después de una suculenta comida, no hay nada mejor que un digestivo
para echarle una manito al estómago sin dejar un mal sabor de boca.
El
origen de los licores digestivos se remonta a tiempos inmemorables, donde
antiguos alquimistas aplicaban viejas técnicas de destilación para obtener
bebidas con grados alcohólicos más altos que los que se obtenían de los jugos
fermentados por levaduras. Sin embargo, existe un consenso generalizado con
relación a que fueron los musulmanes los primeros -antes del siglo XIV- en
aplicar la técnica de destilación del vino con el empleo del alambique para
obtener su esencia o espíritu: su alcohol.
El
alcohol tiene la característica de extraer las propiedades medicinales de las
plantas que en él se maceran. A los conventos de la Iglesia se le atribuye la
difusión de estas bebidas con hierbas que se dieron a conocer como licores
digestivos. Hace décadas era habitual terminar las comidas e iniciar las
sobremesas con nobles destilados, generalmente envejecidos, como el cognac,
brandy o whisky. Sin embargo, con el paso del tiempo cambian los gustos y estos
tradicionales aguardientes, digestivos o bajativos, están volviendo a ocupar el
sitial de honor indiscutible que tiene al finalizar una opípara cena.
Los
beneficios del consumo del licor digestivo después de las comidas son
indudables. Una copita se absorbe directamente en el estómago, dilata los vasos
y mejora nuestro riego sanguíneo (por eso sus adjetivos de digestivos o
bajativos).
Esta
semana pasaremos revista a tres grandes licores de hierbas que se comercializan
en Chile. El alemán Jägesmeister, el
europeo Fernet (que aman los
argentinos), y el criollo Araucano,
bebido en nuestro país desde inicios del siglo pasado. Tres historias
diferentes bajo un prisma común: ayudar la digestión en las grandes cenas.
EL JÄGESMEISTER ALEMÁN
Una
de las primeras cosas que uno debe hacer cuando se instala en Alemania es
adquirir una botella de Jägermeister, que fue inicialmente comercializado como
un producto médico; propuesto como una cura contra todo: desde la tos hasta
problemas digestivos. Incluso fue usado en la Segunda Guerra Mundial como
anestésico.
Generalmente
se bebe como licor digestivo, como colofón después de una comida profusa, como
aperitivo o como ingrediente de cócteles en cualquier bar. Jägermeister es una
bebida espirituosa de poderoso efecto, animosa y eficaz para fanáticos de las
bebidas amargas, alcohólicos irreconciliables, curiosos y aficionados a las
barras.
La
palabra Jägermeister fue introducida en Alemania en 1934, cuando se promulgó la
ley de caza Reichsjagdgesetz. El término se aplica todavía hoy a los guardas
forestales veteranos y a los guardabosques en los servicios civiles alemanes.
Cuando apareció este licor en 1935, los alemanes ya estaban familiarizados con
el término. De hecho, Curt Mast, el inventor de la bebida, era un cazador
entusiasta. Los auténticos Jägermeister velan por la regulación y el
cumplimiento de las leyes de caza de sus jurisdicciones.
El
Jägermeister está compuesto de hierbas, flores, extractos de raíces y especias,
y es el producto insignia de la empresa alemana Mast-Jägermeister AG, con sede
en Wolfenbüttel, Baja Sajonia. Dicen las creencias populares que contiene
sangre de ciervo o arce, amén de otras propiedades estimulantes poco definidas
relacionadas con los opiáceos –así que alerta a los hipocondríacos que
generalmente suelen ser más propensos a la sugestión–, pero la empresa lo
desmiente. Aunque de ser eso cierto, suponemos que las autoridades sanitarias
lo habrían retirado del mercado. Contiene un 35% de alcohol. Un surtido de 56
hierbas diferentes contribuye a su elaboración. Se recomienda beberlo frío y a
modo de contundente chupito. Al menos, es esa la forma en la que el licor es
consumido en bares y discotecas. De color marrón oscuro y consistencia densa,
el sabor del Jägermeister es fuerte: semiamargo, semidulce, gracias a sus
extractos de azúcar caramelizada.
Entre
sus ingredientes, llaman la atención la canela de Sri Lanka, las raíces de
jengibre provenientes del sudoeste asiático, las cáscaras de naranjas amargas
de Australia o el sándalo rojo del este de la India, productos naturales que transforman
a este elixir oscuro en uno de los más complejos del mundo. Su aroma es fuerte,
extraño y penetrante. Su sabor también. Digamos que su logo es tan famoso como
el de Mercedes Benz, Bayer o Porsche, otras
sólidas instituciones alemanas.
EL FERNET DE LOS ARGENTINOS
Fernet-Branca,
nacido en 1845, ha sabido mantener en el tiempo la personalidad y la
originalidad con la que ha conquistado Europa y América.
Su
fórmula secreta, transmitida de padre a hijo en la familia Branca, ha
garantizado en el tiempo la calidad que lo convierte hasta hoy en el digestivo
por excelencia. Las 27 hierbas que lo componen, de hecho, provienen de cinco
continentes: el aloe viene de Sudáfrica, el ruibarbo de China, la genciana de
Francia, la galanga de India o de Sri Lanka, la manzanilla de Italia y de
Argentina, por citar solo algunas. A estas le añaden flores, hierbas, raíces y
plantas con las que se producen infusiones alcohólicas, extractos y pócimas
que, oportunamente mezclados, generan los beneficios del producto.
Fernet-Branca,
producido con un envejecimiento de al menos un año en barriles de roble, es de
color marrón claro, tiene reflejos ámbar y desprende un aroma intenso y
penetrante, equilibrado y rico. Con su historia, su autenticidad y su gusto
único, Fernet-Branca ha sabido atravesar las décadas renovándose, encontrando
su lugar en el corazón de quienes lo aprecian, de quienes saben que un producto
así no decepciona nunca las expectativas.
Fernet-Branca
puede combinarse estupendamente con dulces o con platos característicos como el
arroz a la milanesa o el tártaro de carne. También quita de modo particular la
sed mezclado con Cola (Fernet-cola) o Chinotto (nuestra Sprite): bebidas de
sabor limpio e inesperado. Argentina con su personalidad única, la facilidad de
preparación y el alma versátil que lo convierte en el aperitivo ideal para
quien está con los amigos y en compañía, y que ahora, precisamente gracias a
sus características, se está difundiendo por todo el mundo.
Fernet-Branca
representa hoy el gusto sano de la cultura mediterránea, de la pasión por las
cosas auténticas.
BITTER ARAUCANO
La
historia del famoso licor oriundo de tierras porteñas, precede a las leyendas
que se han escuchado con el paso de los años. A grandes rasgos sólo se sabe que
fue creado originalmente por Fritz Hausser, un alemán que vivió en Valparaíso a
mediados del siglo pasado.
Fritz
Hausser soñaba en su natal ciudad de St. Ingbert en Alemania, con convertirse
en un pianista concertista. Sin embargo, su padre lo convenció de realizar sus
estudios de farmacia, los que finalmente llevó a cabo en la ciudad de München.
Es así como, posteriormente, las vueltas de la vida lo llevaron a la edad de 30
años, a desembarcarse en el puerto de Valparaíso en 1913. En un principio el
viaje tenía como destino ver a su hermana que vivía en esa ciudad, sin embargo,
el encanto del puerto lo llevó a quedarse. Reconocido como un hombre muy
talentoso, amante de las artes y un gran pianista aficionado, Hausser
estableció en la calle Esmeralda, cerca de la plaza Aníbal Pinto, la farmacia
"El León", en donde a mediados de la década de 1920 creó y comenzó a
desarrollar el famoso licor "Araucano", pensado siempre como un
bajativo estomacal, un bitter, que resultó ser muy popular entre los
inmigrantes del puerto.
Al
fallecer Fritz Hausser en 1940, a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, su
familia no pudo mantener la farmacia a raíz de la situación económica. Las
repercusiones del conflicto que llegaron a Chile y otros avatares de la vida
hicieron que la viuda, doña Elfriede Scheuch Grebe, decidiera vender la
farmacia y con ésta, también la receta del "Araucano".
Esta
última fue vendida a la familia Leporatti, el que posteriormente la vendió a
don Virgilio Brusco, quien se encargó de producir el licor en su compañía
familiar, en donde su hijo Emilio ha continuado con la tradición. El Araucano
representa la tradición de los primeros tónicos estomacales que se fabricaron en
las boticas del país, cuando pensar en un espasmolítico era producto de la
mente febril del hombre. Por eso Francisco Brusco guarda la receta de las 23
hierbas que conforman el brebaje en el total hermetismo.
La
producción de Bitter Araucano es pequeña. 9.000 botellas mensuales, por lo
general de acuerdo a los pedidos de cada mes. De ellas, hay 2.000 que se van a
Alemania. Aunque los números están a punto de incrementarse.
En
resumen, créanme. Si bien el oficio de cronista gastronómico es envidiable, muchas
veces tenemos desafíos que no son gratos. Para esos momentos y aunque parezca
cliché, los digestivos son una de las grandes soluciones. Nada me liga a las
empresas que lo elaboran ni a sus distribuidoras. Sólo les aconsejo que, si la
comida y la bebida son abundantes, no piense en sal de fruta o bicarbonato,
piense en un digestivo.