COMEDOR CENTRAL
La Plaza de Armas se pone
pantalones largos
La
historia es larga, pero se puede acotar a un par de frases, ya que dado el gran
impulso que ha tenido el turismo, la Municipalidad de Santiago decidió
intervenir los portales que rodean la Plaza de Armas y potenciar un nuevo polo
gastronómico. Muchos restaurantes capitalinos se interesaron en la idea que hoy
ya es una realidad, dándole a este ícono capitalino el resplandor que
necesitaba.
Uno
de los primeros en abrir en lo que antiguamente le llamaban “el portal de las
carteras” fue Cristian Correa, propietario del exitoso Mulato de calle
Lastarria, conocido por su fuerte tendencia a la cocina de mercado en base a un
recetario propio de una cocina chilena-burguesa con un gran acento en la
calidad de los productos, se instaló bajo el nombre de Comedor Central. Allí
llegamos un soleado día de enero a conocer una propuesta diferente, en un albo
restaurante de dos pisos con cocina a la vista, donde ofrece una atractiva
carta que parte a la hora del desayuno y prosigue a la hora de almuerzo. Poco a
poco se ha ido dando a conocer ya que su clientela es absolutamente nueva y
diferente, pero confía en que la solidez de su cocina enamore a los turistas
que en masa recorren todos los días del año este –desconocido para algunos-
lugar insignia de la capital.
Con
patente de alcoholes recién entregada –absolutamente necesaria para la
sobrevivencia de los restaurantes- recorrimos una carta llena de sabores y
contrapuntos. Dos decenas de platos sabrosos, sobrios y bien decorados. Para
partir, una lujuriosa “bandeja” de mariscos frescos - ostiones, choritos,
machas, pinzas de jaiba, camarones, pescado
y salsas- sobre hielo picado (desde $9.800 dependiendo el número de
comensales), aparte de unos deliciosos Pejerreyes fritos con majadito de ajo,
limón, tártara y hojas verdes en vinagreta ($ 8.900). Los platos, entradas y
fondos, no superan los $ 10.000 (salvo el mero y el cordero), posiblemente aun
algo caros, pero en la práctica, es imposible lograr mejores precios con la
calidad del lugar.
Es
difícil resistirse a la Plateada en su jugo con porotos granados guisados en
refrito de tomate ($8.900); o no encantarse de su Merluza frita en batido de
cerveza y cilantro con papas mayo, apio y palta (similar valor), dentro de una
carta de fondos bien chilena, donde incluso ofrecen los ya perdidos y
familiares Fritos de coliflor (una institución para los que ya pasamos –hace
tiempo- el medio siglo de vida), con puré de albahaca y ensalada chilena
($7.900).
Como
buen lugar turístico, pastas, risottos y paellas (al estilo Correa) también
tienen su espacio. Platos que no probamos ya que al saber que el postre del día
era Sandía con harina tostada y helado ídem ($2.800), nada costó regresar a la
infancia, épocas donde todos disfrutábamos esta tradicional fruta veraniega.
Ojalá
los planetas se alineen y que la Plaza de Armas pueda convertirse en un polo
gastronómico verdadero. Hay mucha inversión pública y privada en juego y la
capital se merece un lugar de estas características. Lejana para muchos de
nuestros lectores, la Plaza de Armas tiene estación de Metro y estacionamientos
privados. Anote este dato. (JAE)
Comedor Central / Portal
Bulnes 489, Plaza de Armas, Santiago Centro / 23291 9417