martes, 12 de marzo de 2019

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR


 
LE BISTROT

Catalogado como uno de los mejores restaurantes en relación precio / calidad de la capital, destacamos la consistencia de una carta llena de guiños gastronómicos.

Como todos sabemos, comer en Santiago no es barato. Sin embargo, en Le Bistrot se han empeñado -desde sus inicios-, en ofrecer una carta de platos –y otra de vinos y cócteles- cuyos valores están bastante más debajo que su competencia directa y del barrio en general.

Antiguamente usado para denominar las tabernas o boliches de comida preparada, los “bistrots” representan pequeños establecimientos populares de Francia que, a lo largo del siglo XX se fueron convirtiendo en puntos de referencia del modo de vida culinario parisino y de las grandes ciudades galas. La cultura del bistró es parte de la vida cotidiana de los franceses desde hace un siglo y hoy el fenómeno de la “Bistromanía” responde a exigencias menores en términos de servicio, pero manteniendo la calidad y la identidad gastronómica esperada por el cliente.

Inicialmente llamado “El Bistrot de Gaetan”, con el tiempo fue perdiendo su apellido y se convirtió en el favorito de muchos fanáticos de esta cocina honesta y hasta cierto punto económica. Con el paso de los años –y a pesar de que está rodeado de buenos restaurantes- consiguió fama de bueno, barato y con una destacada carta de vinos que sus clientes agradecen, compartiendo junto al Baco –uno de sus vecinos más conocidos- la fama en lo que todos conocen como la Plaza del Sol, puerta de entrada para ambos restaurantes.

Con un salón interior y una privilegiada terraza (abierta en verano y cerrada con calefacción en invierno), Le Bistrot da la bienvenida a sus clientes, muchos de los cuales ya saben que la mejor forma de encontrar una mesa disponible es reservando con anterioridad. Abundan las mesas pequeñas dejando poco espacio para el movimiento de la brigada de Sala, pero no es inconveniente para una rápida atención. Pan, paté de la casa y una botella de agua para leer una carta que ofrece una gran variedad de platos con reminiscencias europeas.

Un bistró con vinos del mes, por copas o botellas de medio o 3/4 de litro, donde suman ejemplares de vitivinicultores nuevos que buscan un espacio para sus vinos. Buenos espumosos franceses, argentinos y chilenos, y una batería de platos que parte con un excelente Paté de campo casero (4.400), o un deslumbrante queso Camembert apanado (4.900), acompañado con láminas de manzana y nueces, o un gran carpaccio de salmón ahumado (6.100) con alcaparras, rúcula y parmesano. La infaltable sopa de cebollas gratinada (4.100) es una de sus grandes especialidades.

Moules et frites (choritos al vino blanco y crema -con papas fritas-), para compartir por su cantidad, a sólo $ 6.700 y un confit de pato por $9.100. Aparte de omelettes y panqueques (entre 3.600 y 4.900). El día de mí visita compartí una Trucha a la mantequilla al limón con almendras tostadas (6.600), que con gran profesionalismo abrió la moza en la mesa para retirar las espinas. ¿Quién hace servicio a la mesa en estos días?

Una Crêpe Suzette flambeada (3.800) como feliz final para salir con una sonrisa de oreja a oreja. Buen inicio y buen final. Reserve mesa al menos el día anterior. Sus fanáticos clientes lo repletan todos los días. ¡Infalible! (JAE)

Le Bistrot: Plaza del Sol, Santa Magdalena 80, Providencia / 22232 1054