BIDASOA
El secreto mejor guardado
de la capital
Si
uno llega con los ojos cerrados a este restaurante -enclavado en el primer piso
del hotel del mismo nombre-, y los abre una vez que esté cómodamente sentado, sentirá
que lo transportaron a un lejano país. ¿Está en París, Roma, La Habana, El
Cairo o Estambul? No. Lo entretenido es que está en pleno Santiago, en un
ambiente de ensueño, donde todo, absolutamente todo, está pensado en el
cliente.
La
socialité chilena se hizo cargo de evaluarlo y mantenerlo como uno de los
secretos mejores guardados de la capital. Un oasis que sus egoístas y
silenciosos fanáticos no quieren exponer masivamente y por ello nadie corre la
voz.
Uno
de los magnetismos del restaurante, más allá de su carta, está en los
personajes de la familia que lo maneja. Una tradición familiar que empezó hace
78 años con el restaurante Pinpilinpausha –del que también son propietarios-, y
que hoy sigue corriendo por las venas de esta familia, que abrió hace unos
meses este nuevo complejo, con 87 habitaciones de alto estándar y servicio.
Todo
lo que tiene Bidasoa es familiar. Los platos de la carta -donde hay una
generosa y gustosa parte dedicada a comida vegana, sin gluten y baja en
carbohidratos-, así como la oferta de vinos que incluye un apartado sin
sulfitos, son un concreto y fiel reflejo de una necesidad que parte de ellos
mismos por mantenerse sanos en medio de una rutina de trabajo que no conoce de
horarios. Manifiesto que también se traduce en la música que suena de fondo, en
la decoración de cada rincón, en el ambiente. Nada está ahí al azar.
Ese
mismo azar que me llevó a conocerlo un caluroso atardecer veraniego. Su
terraza, rodeada de verdes jardines, cuenta con una acogedora decoración protagonizada
por mesas de madera, sillas de mimbre estilo Gatti –las mismas que uno
encuentra en los cafés parisinos–, cojines e individuales con estampados
botánicos y jazz como música de fondo, se convirtió en el escenario perfecto
para una increíble velada, ya que es imposible salir decepcionado de este
lugar.
Sin
ser vegetariano ni nada que se le parezca, mi primera aproximación a esa
gastronomía fue una increíble Pizza de cáñamo ($ 9.900), elaborada con masa de
harina de semilla de cáñamo, linaza, almendras y zuchinni con tapenade de
tomate deshidratado, brócoli, corazones de alcachofa, aceitunas y queso de
levadura, que haría volarle la cabeza a cualquier vegano que la pruebe.
Acompañada con una buena copa de sauvignon blanc, destruyó mis prejuicios sobre
la dieta vegana y sus eternos discursos acerca de los beneficios que acarrea
esta forma de vivir.
Una
carta donde conviven platos para todos los gustos. Desde una destacada Tortilla
española ($ 5.500) con papas y cebollas confitadas, hasta los famosos Camarones
al pilpil ($ 8.900), en su receta española, y arroces veganos como un
maravilloso Risotto de arroz de coliflor con setas trufadas y queso de castañas
de cajú ($ 9.900), una genialidad altamente adictiva.
Pescados,
mariscos y carnes por doquier. A punto, con guarniciones entretenidas y
golosas, como una Merluza austral ($ 12.900), con salsa verde de camarones y
habas sobre papas mortero, o una genial Chaufa de camarones ($ 10.900), con
arroz salteado y verduras, al más puro estilo chifa.
En
fin, para enamorarse. Para regresar una y otra vez con el fin de revisar la
carta completa o volver por preparaciones únicas, lúdicas y tremendamente
armoniosas. Realmente es un secreto y se los comparto ya que estoy seguro que
este lugar les encantará. Aprovechar las tibias tardes de marzo es una buena
idea para ocupar la terraza, pero si la temperatura no acompaña, el acogedor
comedor es otra sorpresa de diseño y calidad. Si o si debe reservar mesa, ya
que el lugar se repleta con sus actuales fans y sus huéspedes. No pierda la
oportunidad de conocerlo. Será amor a primera vista. (JAE)
Hotel y Restaurante Bidasoa:
Avda. Vitacura 4873 / 22242 1525