UN RESUMEN
VERANIEGO
En un abrir y cerrar los
ojos ya estamos en marzo y todos regresamos a la realidad de siempre. Como
dicen los conocedores, "los años terminan en diciembre y
parten en marzo". Por ello, las notas de restaurantes que publicamos en
los dos primeros meses de este año, volvemos a recordarlos en una especie de
resumen, para dejarlos al día y volver a la rutina en buena forma. Ocho
comedores que bien vale la pena tenerlos en cuenta este 2019.
PAMPAS, FUEGOS
ARGENTINOS
Partió
como una parrilla de barrio y gustó tanto –gracias a su calidad y precio- que
pronto, ingresarán a las grandes ligas. No es grande, pero está bien instalado.
Mozos argentinos para una carta repleta de recetas del otro lado de la
cordillera. Revisando la carta me percaté que sus precios son más económicos de
lo pensado.
Como
restaurante de barrio, la pantalla plana de TV mostraba imágenes de un canal
con música argentina. Buen y acogedor servicio, aunque algo lento, ya que la
parrilla se toma su tiempo para preparar los platos.
La
idea de sus propietarios es crecer. Les ha ido bien y pronto abrirán al lado
del Baco (en la Plaza del Sol) un nuevo Pampas. Son palabras mayores ya que
para ser vecino de grandes restaurantes como el propio Baco, Le Bistrot,
Ambrosía, Rivoli, La Salvación y otros, no sólo hay que tener coraje, sino
también una gran calidad y ganas de triunfar.
Mientras
tanto, vaya a su actual locación. Su relación precio/calidad es realmente una
de las mejores de la capital y merece una visita. ¡Un buen descubrimiento! (Nueva Providencia 2034 / 97862 4163)
THE GLASS
The
Glass es un viaje por la gastronomía chilena renovada, donde antiguas recetas y
tradiciones chilenas son traídas al presente a través de modernas técnicas
culinarias. De esta forma, un amplio abanico de preparaciones que contemplan
carnes, pescados, pastas y ensaladas, son los emblemas de la cocina honesta que
invita a redescubrir los sabores de antes.
Cada carta ha dejado recuerdos imborrables. El Cajón de erizos no ha podido salir del menú diario, y su Sopa de topinambur con láminas de trufas chilenas, dejó atónitos a todos sus clientes. Con un servicio que incluye sommelier y una brigada de mozos rápida y efectiva, The Glass se ha ido con el tiempo convirtiéndose en uno de los grandes restaurantes del circuito gastronómico capitalino.
Lo
mejor del barrio (y el barrio es grande).
(Av. Kennedy -lateral- 4422 / 22487 5150)
EL BODEGÓN DE
LA VINOTECA
Cuando
La Vinoteca (que pasó por tiempos difíciles) equilibró sus presupuestos,
decidió convertir el patio de su local de Vitacura en un pequeño restaurante
que llamó Pan Bar, donde se crearon varias preparaciones que se servían sobre
una tapa de pan hecho en casa. Sin el éxito que esperaba, hace algunos meses
decidió contratar a Gino Falcone, arquitecto y gran diseñador de ambientes
gastronómicos, quien le cambió totalmente la cara al lugar, convirtiendo este
espacio en uno de los ambientes más logrados de este último tiempo.
El
éxito va junto a la informalidad del espacio, ya que tras un fluido servicio,
el lugar ofrece una gran cantidad de alternativas que van desde la hora del
desayuno hasta la medianoche. En la cocina destaca la presencia del chef Luis
Oviedo, con larga experiencia en los fogones; y en la administración general
del lugar –el que se preocupa que las cosas sucedan- está Alejandro Brunetti,
quien luego de su extenso desempeño como chef ejecutivo de Enjoy, tomó las
riendas de la administración de locales, con un gran éxito.
Los vinos a precios de
tienda son un gancho insuperable. Si a eso le sumamos una carta de
especialidades de buen nivel; a sus quesos y charcutería, a sus tablas y
sartenes para compartir, sus cócteles, vinos y cervezas, a su cafetería y pastelería,
a sus quiches y tártaros, es casi imposible aburrirse en este recomendable
restobar (Av. Nueva Costanera 3955,
Vitacura / 22953 6291)
KM 0
Fue
tanto el revuelo que causo la apertura – el año 2009- del hotel W, que muchos
pensaron que el edificio, los restaurantes y tiendas que estaban ligadas a la
dirección del hotel, pertenecían de algún modo a este moderno y exclusivo
establecimiento. No pocos sacaron provecho de la situación. aunque muchos
pensaron lo contrario. Le pasó al KM 0, un bistró alojado en el soleado
subterráneo (-1), que, desde un inicio, a pocos meses de inaugurado el hotel,
abrió sus puertas y causó sensación entre su clientela, muchos de ellos grandes
empresarios y políticos ya que su ubicación y discreción fue fundamental.
Con
un trabajo de relaciones públicas destinado a altos empresarios y la socialité
burguesa, el lugar ha logrado seducir a una exigente clientela con una carta en
la que destacan las preparaciones con pescados y mariscos frescos, de la mano
del chef Andrés Nweh, de origen libanés, y la dirección de Antonio Fernández,
uno de los socios de este bien instalado restaurante que destaca por su altura,
luminosidad, arquitectura, diseño y funcionalidad. Una enorme carta de vinos
que prácticamente cubre las paredes de este lugar, da la bienvenida a este
lugar, que por cosas del destino y de su categoría, nunca fue parte importante
del circuito gastronómico capitalino, a pesar de su gran convocatoria.
Como
en un club, acá pareciera que todos se conocen. Incluso varios de sus clientes
tienen su mesa favorita y asignada. Los viernes (el día de mi visita), un gran
mesón con ostras y mariscos recibe a sus comensales o público que pasa por el
sector. Vino blanco y espumosos para hacer esta jornada un imperdible, que
luego continuamos en una mesa, cómoda y bien dispuesta, con un grato servicio
de sus camareros. (Isidora Goyenechea
3000, Las Condes / 22245 7077)
COMEDOR CENTRAL
La historia es larga, pero se puede acotar a un par de frases, ya que dado el gran impulso que ha tenido el turismo, la Municipalidad de Santiago decidió intervenir los portales que rodean la Plaza de Armas y potenciar un nuevo polo gastronómico. Uno de los primeros en abrir en lo que antiguamente le llamaban “el portal de las carteras” fue Cristian Correa, propietario del exitoso Mulato de calle Lastarria, conocido por su fuerte tendencia a la cocina de mercado en base a un recetario propio de una cocina chilena-burguesa con un gran acento en la calidad de los productos, bajo el nombre de Comedor Central, un albo restaurante de dos pisos con cocina a la vista, donde ofrece una atractiva carta que parte a la hora del desayuno y prosigue a la hora de almuerzo. Poco a poco se ha ido dando a conocer ya que su clientela es absolutamente nueva y diferente, pero confía en que la solidez de su cocina enamore a los turistas que en masa recorren todos los días del año este –desconocido para algunos- lugar insignia de la capital.
Ojalá
los planetas se alineen y que la Plaza de Armas pueda convertirse en un polo
gastronómico verdadero. Hay mucha inversión pública y privada en juego y la
capital se merece un lugar de estas características. Lejana para muchos de
nuestros lectores, la Plaza de Armas tiene estación de Metro y estacionamientos
privados. Anote este dato para algún mediodía. Le encantará. (Portal Bulnes 489, Plaza de Armas, Santiago
Centro/ 23291 9417)
ORIGEN BISTRÓ
El
tercer piso de un complejo hoy llamado Cumming 94, aloja al Origen Bistró, un
lujito creado por Marcelo Arzola, propietario de la casona, junto a Ignacio
Ovalle, ex chef del recordado Ópera y del bien ponderado Tercer Piso de La
Vinoteca. Para ello decidieron recuperar el tercer piso de la casona, que en
algún momento fue una bodega. Vale destacar que este complejo alberga tres
restaurantes absolutamente diferentes, algo poco usual en nuestra capital.
Concreto
y adobe a la vista. Mesas, sillas y sillones negros para contrastar con los
muros raspados sin mayor intervención. Cocina a la vista y luz, mucha luz para
una carta innovadora y moderna, que cambiará el sentido del barrio, ya que la
apuesta convence al más conservador de los gourmets.
La
carta es acotada a doce platos (entre entradas, fondos y postres), con un
concepto de cocina de mercado que incluye carnes, pescados y mariscos, pero que
variará semana a semana. Un centenar de vinos en su carta y una amplia variedad
de cócteles, elaborados y servidos por bartenders y sommeliers, le dan un plus
al lugar, donde incluso, como buen bistró, incluso el chef se involucra en el
servicio, un valor agregado que se agradece. (Av. Cumming 94, Santiago Centro / 22699 3059)
ÁUREA
Todos
sabemos que un gran porcentaje de restaurantes que se abren en la capital, terminan
sucumbiendo más que nada por el grave problema de “no saber leer” lo que sucede
con el negocio gastronómico en nuestro país. A pesar de ello, hay aperturas que
bien valen destacar. De ellas, el Áurea, una casona del barrio Bellavista que
fue completamente remodelada para albergar un restaurante hecho y derecho.
Impresiona su decoración interior, en base a papeles murales y muros
intervenidos, además de una gran terraza interior, de todo gusto y
tremendamente cómoda.
Sabor
local no es sinónimo de comida chilena. Acá se han dado maña para conquistar
estómagos golosos en base a una cocina donde el producto es el principal
protagonista. Ayuda a este propósito una cocina tecnificada de última
generación y el aporte humano de los cocineros, que aportan las pizcas
necesarias para entregar autenticidad en sus preparaciones.
Una
cocina de autor muy bien elaborada y ejecutada. Buen servicio y ambiente. Una
carta amplia con tintes mediterráneos y de gran calidad. Un gran aporte a la
ciudad y un tremendo dato para estos largos días de verano. (Antonia López de Bello 191, Recoleta /
23290 5124)
MUU
La palabra oficio es lo primero que llega a mi mente tras almorzar en esta nueva parrilla que está instalada en el distrito del lujo del Parque Arauco. De partida, acá no se siente estar en un mall y menos se extraña el cierre del Armani, que tuvo dos locaciones en la capital, pero pocos entendieron la calidad intrínseca de su gastronomía. Por ello, los propietarios del grupo Mil Sabores, que agrupa restaurantes de la talla de La Mar, Panchita, La Sanguchería del Barrio, Tanta, Brunella y otros, decidieron entrar en el difícil mundo de la carne Premium, y no se equivocaron, más con la gran contratación de Bastián Ruiz, con gran expertise en este producto, y quien fuera por años el cocinero del restaurante Cuerovaca y Cívico.
Oficio,
ya que saben lo que quieren y a lo que aspiran. Diametralmente diferente a sus
otros emprendimientos, acá en Muu la estrella es la carne a la parrilla, la que
cocinan en los ya famosos hornos Josper, que prácticamente les vuela la cabeza
a todos los que han invertido en alguno de sus modelos. Y para muestra, un
botón: la estrella de la casa es el Flat Iron (punta paleta en su traducción
chilena) que, grillada en su punto preciso, jugosa, blanda, sabrosa y
acompañada de un mix de verdes, tiene un costo de $7.800 (menos que un simple
sánguche), convirtiéndolo en uno de los caballitos de batalla para un almuerzo
(o cena) en un ambiente casual y distendido.
Gran
apertura. Hay que visitarlo sí o sí. (Distrito del Lujo Parque Arauco /Av.
Kennedy 5413, Local 480)