martes, 1 de octubre de 2019

LOBBY MAG


SIETE SANGUCHERÍAS ADICTIVAS
John Montagú -el IV conde de Sandwich- nunca se imaginó los alcances de su afición de comer emparedados. Hoy nuestros sánguches chorrean, pero aun así son testimonio de que entre dos rebanadas de pan la vida es bastante más entretenida. En nuestro listado, las más clásicas, populares y adictivas sangucherías de la capital. 

 
FUENTE ALEMANA: La regalona
Parte de nuestra memoria colectiva, La Fuente Alemana nace en los años 60 cuando los hermanos Siri compran una fuente de soda a mal traer. Desde ahí que se ha convertido en la regalona de los lomitos y otros productos de cerdo y vacuno que son consumidos en un mesón en forma de U donde al interior un grupo de amables señoras preparan los pedidos, entre los que destacan los mejores lomitos, churrascos, gordas y rumanos de la capital. Su secreto está en el pan y en una excelente salsa de tomates que reemplaza al kétchup. Un local sencillo, agradable y siempre repleto. (Alameda 58, Santiago Centro)

LOMIT’S:  La clásica
Si usted anda por Providencia y tiene esa duda terrible que asalta a los comilones cuando quieren comer rico, váyase al Lomit’s, hogar de una de las mejores sangucherías de la capital. Un imperdible es el Pernil, en marraqueta tostada con mantequilla y palta fileteada. Suena muy rebuscado, pero si lo piden no se arrepentirán. Aparte de Chacareros de ensueño y la Mechada Luco que son para aplaudir, las papas fritas son de las mejores del sector, bien calientes, crujientes por fuera y un puré por dentro. Y brillan más que el sol. (Av. Providencia 1280)

 

CIUDAD VIEJA:  El primer sanguche gourmet
Emplazado en una esquina de puro poder, Ciudad Vieja ha sido capaz de proponer una carta llena de sánguches que son una relectura a la cocina en Chile de los últimos años y lo tradicional de nuestra mesa, De su extensa carta, destacan sánguches como el Veguino (dos sopaipillas con arrollado y palta); Lengua (refinado, con pesto y cebollas asadas); Lomo Saltado y Ají de gallina (sí señor, en sánguches) y Costillares en variadas preparaciones. Ciudad Vieja es una sandía calada. José Luis Merino –su dueño-  es de los que sabe y por lo mismo cada visita es un agrado. Además, el bolsillo sonríe. (Constitución 92, Barrio Bellavista)

FUENTE MARDOQUEO: Lo mejor del barrio
Ganó su prestigio en base a la calidad e higiene. Pocas veces visto, cocina a la vista con cocineras de impecable blanco y sus respectivas mascarillas. Su especialidad es el Lomito, aunque nadie se ha quejado de sus Chacareros o Barros Luco. Es que son tan grandes y sabrosos que es difícil que un amante de los sánguches salga decepcionado del lugar. Tienen algunos ingredientes para agregarle a los platos y la clásica cerveza que a estas alturas es inseparable. Dicho esto, no hay empacho en asegurar que Fuente Mardoqueo posee los mejores lomitos de Santiago. No sé si los mejores del país, pero a nivel capitalino ganan lejos. A pesar de ya tiene sucursales, en el barrio Yungay es un imperdible. (Libertad 551, Santiago Poniente)

 
JOSÉ RAMÓN 277: El triunfo de las marraquetas
Cuando todos hablan de la hamburguesa de garbanzos (para los vegetarianos) o el sánguche de prieta (para los más carnívoros), es que algo está sucediendo en este local instalado en un pasaje del Barrio Lastarria. Acá el tema va por los ingredientes y la atención a sus clientes. Las porciones son enormes (a marraqueta completa) y no escatiman en entregar productos frescos e inteligentemente bien preparados. Vale la pena conocerlo (Pasaje José Ramón Gutiérrez 277 B. Barrio Lastarria)

DOMINÓ: El rey del completo
Desde sus inicios, en 1952, en su ya tradicional local de Agustinas, Dominó ha sobrevivido a las mudanzas del centro gastronómico de la city capitalina por su alto nivel de adaptabilidad a los nuevos tiempos. Desde el centro de Santiago se ha expandido -respetando todos sus principios- a varias ciudades de Chile llevando como emblema la vienesa, en especial el llamado “Dominó” que ha conquistado a medio Chile con su especial mezcla de salsa verde, tomate y mayonesa. Un ícono de los sánguches creados en nuestro país. (Agustinas 1016, Santiago Centro) 

DOCETRECE: Su majestad el pan
Luego de 40 años de tradición como emporio de barrio, la familia Pla dio un giro y transformó una esquina de la actualmente agitada Tobalaba en una atractiva sanguchería de moderno diseño. Se las jugaron con el pan, la materia prima más importante de los sánguches y acertaron medio a medio, ya que el producto es inmejorable. Acá, los sánguches fueron bautizados con los nombres de las calles de la comuna, un valor agregado que los clientes agradecen. Se suma a ello una gran variedad de cervezas, vinos y cócteles; platos para compartir y excelentes chorrillanas, que deben ser las mejores de la capital. (Tobalaba 1213)