martes, 11 de febrero de 2020

LA NOTA DE LA SEMANA



CUPIDO KITSCH

El calendario se teñirá de rosados y rojos este viernes. A decir verdad, un fin de semana completo que servirá a los restaurantes para equilibrar sus ingresos de febrero. Aparte de rosas y chocolates, salir a comer es uno de los mejores panoramas para los enamorados (y no tanto), que necesitan demostrar su amor con un buen plato de comida.

Sería casi imposible recomendarles restaurantes ad hoc para esos días. Me han llegado decenas de propuestas que, de publicarlas, el lector caería en un sueño profundo. Me atrevería a pensar que San Valentín es el santo grial de los propietarios de los restaurantes (y de sus mozos). Todo lleno es fiesta. Es el gran día de febrero para la gastronomía, después de todo lo mal que lo han pasado desde octubre pasado.

Y este año es un viernes. No será un día, serán al menos dos o jornadas de jolgorio gastronómico. La torta se degustará varios días.

Casi todos los restaurantes entregarán un menú especial. Cargado (en su mayoría) a alimentos seudo afrodisíacos: ostras y champagne; ostiones y rosé; centolla y sauvignon; trucha y pinot noir… y como son inteligentes, los chefs no lo mandarán a la casa con el estómago pesado. Esa no es la idea… ¿Capice?

San Valentín (como otras tantas fechas) fue invento de los gringos y su sociedad de consumo. Nosotros, copiando al pie de la letra la ocasión, somos capaces de comprar una torta con corazones rosados y violetas gracias a la anilina y mandar flores teñidas con mensajes escritos. Es cierto. Durante San Valentín vivimos en la raya entre lo picante y lo snob… entre lo freak y lo kitsch. ¡Hay de todo y para todos!

Amén…