PREOCUPACIÓN POR LA NUEVA NORMALIDAD
Cuando
despertemos de esta pesadilla que es el Covid 19, recién nos vamos a dar cuenta
de la tragedia que ocasionó el famoso virus en toda nuestra industria. No
sabemos cuándo ni cómo serán las reglas que nos regirán más adelante. Personalmente,
no concibo cápsulas de policarbonato en los restaurantes, ya que no es la razón
de ser de un lugar donde no sólo se va a comer, sino a disfrutar experiencias
que son únicas.
Tampoco
concibo un plato gastronómico de mantel largo, donde el emplatado va en directa
proporción a la calidad del producto, sea entregado a domicilio en un delivery,
donde a lo más podríamos imitar la arquitectura del plato, además de perder
gran parte de su calidad al tener que recalentar el producto. Por esas razones,
el restaurante se transforma en un lugar indispensable, útil y absolutamente
necesario, sea el lugar que sea, o tipo de comida que ofrezca.
Las
cifras a nivel mundial preocupan. Desde el impacto del cierre de restaurantes,
las reuniones y eventos diarios; los matrimonios (una tremenda industria), y
otras ceremonias, están –al igual que sus proveedores- tensos y tratando de
conocer algo más de esta nueva normalidad que tendrá el mundo. Es obvio que no
seremos los primeros en salir de esta situación. Dinero siempre habrá, tan sólo
cambiará de manos. Clientes también. Lo
que no sabemos es cómo será el modelo del “nuevo” restaurante, ya que
desgraciadamente no será como siempre (ni para siempre), ya que, concebida la
vacuna o el medicamento que elimine o mantenga a raya este virus, todo debería tender
a la normalidad. Si bien en cierto que muchos restaurantes cerrarán sus
puertas, alguien tomará esa posta y la industria seguirá siendo competitiva.
Espero
estar vivo para poder verlo.