FESTIVAL GASTRONÓMICO DE SINGAPUR:
SINFONÍA EXÓTICA PARA LOS SENTIDOS
Karla Berndt
Si usted no tuvo la oportunidad de participar entre el 27 y 30 de noviembre del festival gastronómico de Singapur, ahora al menos podrá enterarse de algunas de las auténticas y sofisticadas preparaciones que el chef Mark Tay ofreció en esta oportunidad al público chileno en el restaurante Anakena de Grand Hyatt Santiago.
Para poder entender la tradición gastronómica de esta antigua colonia inglesa, isla-ciudad-país de tan sólo 700 kilómetros cuadrados ubicada en el sudeste asiático, hay que saber que su población – que no alcanza los 5 millones de habitantes – es una impactante mezcla de las culturas china, india y malaya, además, con influencias árabes. Un verdadero ejemplo de cosmopolitismo gastronómico.
Así de multifacética también se presentó la mesa aquel mediodía en la agradable terraza del Anakena, con vista privilegiada a la piscina y los jardines del Grand Hyatt.
Para comenzar, llenamos nuestros platos en el nutrido buffet de entradas, donde - entre alitas de pollo con salsa chili, fideos de huevo con camarones y curry, merluza austral con salsa de soya dulce y jengibre y ensalada de mariscos mixtos - destacan unos deliciosos rollos de pollo frito en masa de tofu especiados con anís y canela. Una verdadera sorpresa y me recuerdan un poco al sabor de las navideñas “Pfefferkuchen” de mi lejana tierra alemana.
Seguimos con brochetas de pollo, cordero y vacuno, marinados y grillados, servidos con una salsa espesa de maní, pepino, jengibre azul, cúrcuma y curry. La sopa Bak Kut Teh, preparada con hierbas chinas, pimienta y costillas de cerdo cocidas a fuego lento y de envidiable blandura, resulta muy aromática y reponedora.
Para degustar, sirven una bebida llamada Bandung, de color rosada, preparada con sirup de rosas, leche y agua, un refrescante cocktail sin alcohol que en Singapur es un típico acompañamiento a los bien especiados platos.
De todas maneras, para el próximo me quedo con el Chardonnay Reserva Santa Digna:
jaiba y carne desmenuzada de centolla en salsa de chili, jengibre, ajo y huevo, cocinada en wok y servida con arroz blanco al vapor. ¡Un verdadero acierto!
La siguiente sopa es ejemplo fiel para una de las preparaciones spicy de la cocina asiática en general y de Singapur en particular: Laksa, camarones y ostiones cocidos en una salsa de leche de coco y curry con especies fragantes.
Los postres del lejano oriente siempre sorprenden por su originalidad y poco parentesco con las recetas acostumbradas por nuestros paladares. El budín de perla de sago gratinado con azúcar de palma y salsa de leche de coco resulta muy sabroso y agradable en conjunto con un tibio té con leche condensada, agitado por el chef hasta tener la capa correcta de espuma.
Otras alternativas ofreció el buffet de postres donde la gama de tentativas alternativas abarcó desde frutas frescas hasta torta de arándanos y Lapis, una especie de biscocho típico del exótico país y que se disfrutan junto con el café. (Karla Berndt)
SINFONÍA EXÓTICA PARA LOS SENTIDOS
Karla Berndt
Si usted no tuvo la oportunidad de participar entre el 27 y 30 de noviembre del festival gastronómico de Singapur, ahora al menos podrá enterarse de algunas de las auténticas y sofisticadas preparaciones que el chef Mark Tay ofreció en esta oportunidad al público chileno en el restaurante Anakena de Grand Hyatt Santiago.
Para poder entender la tradición gastronómica de esta antigua colonia inglesa, isla-ciudad-país de tan sólo 700 kilómetros cuadrados ubicada en el sudeste asiático, hay que saber que su población – que no alcanza los 5 millones de habitantes – es una impactante mezcla de las culturas china, india y malaya, además, con influencias árabes. Un verdadero ejemplo de cosmopolitismo gastronómico.
Así de multifacética también se presentó la mesa aquel mediodía en la agradable terraza del Anakena, con vista privilegiada a la piscina y los jardines del Grand Hyatt.
Para comenzar, llenamos nuestros platos en el nutrido buffet de entradas, donde - entre alitas de pollo con salsa chili, fideos de huevo con camarones y curry, merluza austral con salsa de soya dulce y jengibre y ensalada de mariscos mixtos - destacan unos deliciosos rollos de pollo frito en masa de tofu especiados con anís y canela. Una verdadera sorpresa y me recuerdan un poco al sabor de las navideñas “Pfefferkuchen” de mi lejana tierra alemana.
Seguimos con brochetas de pollo, cordero y vacuno, marinados y grillados, servidos con una salsa espesa de maní, pepino, jengibre azul, cúrcuma y curry. La sopa Bak Kut Teh, preparada con hierbas chinas, pimienta y costillas de cerdo cocidas a fuego lento y de envidiable blandura, resulta muy aromática y reponedora.
Para degustar, sirven una bebida llamada Bandung, de color rosada, preparada con sirup de rosas, leche y agua, un refrescante cocktail sin alcohol que en Singapur es un típico acompañamiento a los bien especiados platos.
De todas maneras, para el próximo me quedo con el Chardonnay Reserva Santa Digna:
jaiba y carne desmenuzada de centolla en salsa de chili, jengibre, ajo y huevo, cocinada en wok y servida con arroz blanco al vapor. ¡Un verdadero acierto!
La siguiente sopa es ejemplo fiel para una de las preparaciones spicy de la cocina asiática en general y de Singapur en particular: Laksa, camarones y ostiones cocidos en una salsa de leche de coco y curry con especies fragantes.
Los postres del lejano oriente siempre sorprenden por su originalidad y poco parentesco con las recetas acostumbradas por nuestros paladares. El budín de perla de sago gratinado con azúcar de palma y salsa de leche de coco resulta muy sabroso y agradable en conjunto con un tibio té con leche condensada, agitado por el chef hasta tener la capa correcta de espuma.
Otras alternativas ofreció el buffet de postres donde la gama de tentativas alternativas abarcó desde frutas frescas hasta torta de arándanos y Lapis, una especie de biscocho típico del exótico país y que se disfrutan junto con el café. (Karla Berndt)