miércoles, 3 de diciembre de 2008

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR



ADRA
Brillante

De Tomás Olivera se ha dicho todo. Su cocina es una de las más brillantes de las que se puede encontrar en el país. Ha recibido honores y premios. Él, sencillo y práctico, no se siente divo ni se le han subido los humos a la cabeza. Trabajador incansable, también se da tiempo para crear y buscar nuevas preparaciones. Se le “ocurren” platos y los lleva a la práctica y cada cambio de carta que realiza en su restaurante Adra es una oportunidad única para regocijarse y seguir “enamorado” de este comedor, uno de los más finos del país.

Una cocina de detalles podría llamarla. Como ocupar tres finas láminas de champiñón con azúcar y levemente rostizadas para resaltar una terrina de foie gras, o una “espuma” de pepinillo dill que esconde un pequeño trozo de foie gras que estaba sobre un pequeño lomito de atún crudo. Detalles para maravillar y encantar.

De la nueva carta, este escribidor degustó cuatro entradas, dos intermedios y cuatro fondos aparte de su estupenda repostería. De las entradas, imperdible es un tártaro de res con maní y menta, de intenso sabor y textura. Otra, tres finos camarones con sopa fría de tomate, “caviar” de naranja y ciboulette.

Los detalles y “ocurrencias” llagan a los fondos. Un “dúo de pescados con chapaleles” es una de las mejores opciones de esta nueva etapa. Dos trozos –reineta y salmón- con crema holandesa “sopleteada” y acompañada de un chapalele de centolla. Divino. Tanto como una versión comercial de nuestro común y vilipendiado tomaticán con papas doradas y una grandiosa sopa de almejas, de intenso sabor, propio de caletas y puertos.

Los postres, que llegaron en forma de trilogía (chocolate, maracuyá y banana), destacan por su sabor e innovación. La repostería del Ritz es una de las mejores de la capital y dignifican los postres que se elaboran en el país.
Los vinos, de una carta de 365 etiquetas, sobresalientes. Más que marcas o calidades, una gran armonía con los platos degustados.

Tomás Olivera sonríe satisfecho cuando finalizado el almuerzo lo abrazo y felicito. El sabe que a estas alturas de su carrera es cada día más difícil sorprender a sus comensales. Pero le gustan los desafíos y cuando se lo propone lo logra con creces. El acuñó el concepto de “Best sellers” para sus propuestas más conocidas y no cabe duda que a sus 35 años se ha convertido en uno de los mejores exponentes de la gastronomía en Chile.

Top. Incluso con los ojos cerrados (Juantonio Eymin. Fotos. Mariana Martínez)

Adra: Hotel Ritz Carlton. El Alcalde 15, Las Condes, fono 470 8500