RAÍCES
O lo uno o lo otro
De vez en cuando aparecen en el país algunos híbridos que valen la pena comentarlos. Y para este escribidor el Raíces es un ejemplo más de algunos restaurantes que buscan algún valor agregado en estos tiempos. Más bien dicho, Munchi’s, una heladería de procedencia argentina, que después de meditar un tiempo decidió agregar un nuevo concepto y ampliar la oferta con platos (carnes y pastas primordialmente), de clásica comida gaucha.
Así, lo que era una heladería, concebida como tal –con muros de color pastel y coloridas mesas- alberga desde hace unas semanas el Raíces, lugar donde llegué hace un par de semanas y que les comento a continuación.
De buenas a primera, como que molesta un poco ver sirviendo platos calientes en un lugar adaptado para cosas frías. Una ensalada verde no molestaría, sin embargo los platos de la carta tienen un contrasentido con la decoración del local. Más aún, cuando el restaurante no posee patente de alcoholes, imposibilita beber un aperitivo o un vino junto a una comida que, en origen, no está nada de mal. Unas empanaditas, por ejemplo, merecen algo más que un jugo de frambuesa. O una milanesa que sería más apropiada junto a una copa de vino que con jugo de piña. Aun así, la comida llama la atención.
La atención a la mesa es ágil y eficiente. No así la espera para recibir los platos que venían de la cocina. Ésta, lentísima a pesar de tener pocos clientes a la hora de mi visita, está en manos de la transandina Paula Méndez, una chef que según su curriculum estudió cocina y pastelería en París, en la escuela Cordon Bleu, para luego y gracias a una beca que le dio la escuela parisina, continuar sus estudios gastronómicos en Londres.
Probé –de la carta- tres empanadas criollas, rellenas con carne, pollo y “humita”, sobresaliente sobre todo la última. También otra entrada, crujientes bastoncitos de polenta y de mozarella, acompañados de salsa tomatada, cumplieron con mis expectativas. Entre los diez platos principales elegí una milanesa de ternera (así le llaman aunque no es ternera) con puré casero de papas y unos raviolones de calabaza con manteca a la salvia y champiñones. Todo bien preparado, de buen sabor y presentación.
Para finalizar, un trozo de tarta tibia de manzanas al caramelo con cobertura de glacé y helado de vainilla, un postre con aire bonaerense, sabrosa y de buena factura.
En resumen, este híbrido va a tener que decidir muy pronto su destino. Si desea ser un restaurante -y que tiene todo para ser un buen referente- debería renunciar a la dependencia de una heladería. Si quiere conservarse como lugar de postres, a lo más le aconsejaría tener ensaladas para la gente light que visita el mall. Pero ambas cosas no pueden funcionar al mismo tiempo. Puede ser un par de meses, pero la oferta es tan grande en el sector que el valor agregado que se estimó al incorporar comida al lugar (y a precios normales), a la larga no tendrá resultados positivos. O lo uno o lo otro. Cara o sello. Heladería o restaurante. Ellos tendrán que optar. (Juantonio Eymin)
Raíces, Boulevard Parque Arauco, Av. Kennedy 5413, Las Condes.
O lo uno o lo otro
De vez en cuando aparecen en el país algunos híbridos que valen la pena comentarlos. Y para este escribidor el Raíces es un ejemplo más de algunos restaurantes que buscan algún valor agregado en estos tiempos. Más bien dicho, Munchi’s, una heladería de procedencia argentina, que después de meditar un tiempo decidió agregar un nuevo concepto y ampliar la oferta con platos (carnes y pastas primordialmente), de clásica comida gaucha.
Así, lo que era una heladería, concebida como tal –con muros de color pastel y coloridas mesas- alberga desde hace unas semanas el Raíces, lugar donde llegué hace un par de semanas y que les comento a continuación.
De buenas a primera, como que molesta un poco ver sirviendo platos calientes en un lugar adaptado para cosas frías. Una ensalada verde no molestaría, sin embargo los platos de la carta tienen un contrasentido con la decoración del local. Más aún, cuando el restaurante no posee patente de alcoholes, imposibilita beber un aperitivo o un vino junto a una comida que, en origen, no está nada de mal. Unas empanaditas, por ejemplo, merecen algo más que un jugo de frambuesa. O una milanesa que sería más apropiada junto a una copa de vino que con jugo de piña. Aun así, la comida llama la atención.
La atención a la mesa es ágil y eficiente. No así la espera para recibir los platos que venían de la cocina. Ésta, lentísima a pesar de tener pocos clientes a la hora de mi visita, está en manos de la transandina Paula Méndez, una chef que según su curriculum estudió cocina y pastelería en París, en la escuela Cordon Bleu, para luego y gracias a una beca que le dio la escuela parisina, continuar sus estudios gastronómicos en Londres.
Probé –de la carta- tres empanadas criollas, rellenas con carne, pollo y “humita”, sobresaliente sobre todo la última. También otra entrada, crujientes bastoncitos de polenta y de mozarella, acompañados de salsa tomatada, cumplieron con mis expectativas. Entre los diez platos principales elegí una milanesa de ternera (así le llaman aunque no es ternera) con puré casero de papas y unos raviolones de calabaza con manteca a la salvia y champiñones. Todo bien preparado, de buen sabor y presentación.
Para finalizar, un trozo de tarta tibia de manzanas al caramelo con cobertura de glacé y helado de vainilla, un postre con aire bonaerense, sabrosa y de buena factura.
En resumen, este híbrido va a tener que decidir muy pronto su destino. Si desea ser un restaurante -y que tiene todo para ser un buen referente- debería renunciar a la dependencia de una heladería. Si quiere conservarse como lugar de postres, a lo más le aconsejaría tener ensaladas para la gente light que visita el mall. Pero ambas cosas no pueden funcionar al mismo tiempo. Puede ser un par de meses, pero la oferta es tan grande en el sector que el valor agregado que se estimó al incorporar comida al lugar (y a precios normales), a la larga no tendrá resultados positivos. O lo uno o lo otro. Cara o sello. Heladería o restaurante. Ellos tendrán que optar. (Juantonio Eymin)
Raíces, Boulevard Parque Arauco, Av. Kennedy 5413, Las Condes.