miércoles, 16 de septiembre de 2009

LAS CRÓNICAS DE LOBBY

PISCO PERUANO
Otra cosa, mariposa…

Lo que no hacen las pisqueras chilenas, lo hacen las grandes marcas peruanas. Y eso es un pequeño tirón de orejas a la industria nacional del pisco. Durante años, y sintiéndose monopolizadores de este alcohol en el país, las grandes y pequeñas compañías que elaboran pisco en nuestro país no necesitaron de marketing ni de grandes campañas. La venta estaba asegurada y ni siquiera intentaron crecer en el mercado mundial.

Por eso no fue extraño que la semana pasada recibiéramos una invitación para conocer algo más sobre este destilado que proviene del Perú. Por exigencias de DO., acá se le conoce como aguardiente peruana, y en el fondo es uno de los mejores piscos que hayamos probado por estos lados.

La iniciativa, de Distribuidora Errázuriz, fue de gran interés. Conocer los secretos y la magia de Viñas de Oro, uno de los muchos destilados peruanos es un privilegio de pocos. La cita se realizó en el restaurante La Mar, un escenario perfecto para estar a la par con toda la sazón peruana, donde en variadas actividades, los invitados descubrieron las cualidades del sabor de los productos de esta destacada Bodega.

Las cepas elegidas para degustar en esta ocasión fueron tres de los más destacadas a nivel nacional: Quebranta, Italia y una versión blend, llamada Acholado. Tres versiones para un destilado de proporciones que a pesar de su costo –mayor al similar nacional- ya tiene adeptos en muchos restaurantes del país que trabajan sus cócteles con este producto importado del Perú.
Siempre lo he dicho. No hay punto de comparación entre un sour peruano y uno nacional. Son aguardientes distintas por lo demás. Desde las uvas hasta su embotellado todo es diferente. Nos dieron la receta del sour: tres partes de aguardiente (el alcohol varía entre los 38 y 41 grados); una de limón (sutil y pica sin pepas) y una de goma (preparada sólo con azúcar y agua); clara de huevo (solo un poco para que no se transforme el sour en espuma), hielo y batir.

Probamos por lo menos dos de ellos a pesar de la hora de la degustación. Y quedamos todos encantados. Y aunque nos critiquen por no defender el producto nacional, en Lobby nos quedamos con el sour peruano. Ese que se puede degustar en los restaurantes de esa especialidad en Chile y que tan bien les queda. Nosotros les damos lecciones de vino. Ellos nos proponen su pisco sour y otros cócteles de calidad. Cada uno en lo suyo y todo por el bien de los consumidores. ¡Bienvenidos a Chile! (Juantonio Eymin)