OSAKA, LO NUEVO DEL “W”
Poco a poco el nuevo W se esta convirtiendo en un polo gastronómico en el barrio El Golf. Y de los buenos. Tras el inicio de las operaciones del hotel partió el NoSo, de la mano de Jean Paul Bondoux y Sebastien Fontes, y el bar, también dejado en manos extranjeras. Y ahora, la semana pasada, le dieron el vamos al Osaka, una propuesta japo-peruana que no dejará a nadie indiferente.
La apuesta viene avalada desde Lima y Buenos Aires. Dos capitales que ya disfrutan de la calidad de esta propuesta guiada en Chile por Ciro Watanabe, un peruano de origen japonés (mamá peruana y papá nikkei, me contaron) entrenado en el Osaka de Lima y ahora a cargo de este recién abierto lugar.
Pero basta de curriculums ya que la oferta gastronómica es la que interesa. A un costado del bar principal del hotel esta el Osaka. Me reciben con un “Señor de los Milagros” un sour muy especial preparado con chicha morada y una toallita tibia y húmeda para limpiarse las manos (¿Por qué no será esta tradición japonesa ocupada en todos los buenos restaurantes del país? ¡Vaya uno a saber!). Para comenzar la degustación, tiraditos peruanos pero con un cierto vestigio nikkei (el término nació en Perú cuando la inmigración japonesa ocupaba materias primas peruanas y le agregaban manufactura y especias originarias del Japón). Luego, causas, rolls y una mezcla interesantísima de una cocina poco vista. Para acompañar: cerveza. Ella se lleva demasiado bien con los picores y sazones de esta comida que a veces se mezcla con lo thai y lo chino.
El chef Watanabe juega con sabores, texturas y aromas. Sorprende con un carpaccio con salsa de maracuyá y con arroces tailandeses. Se deja llevar por aires cantoneses para entregar versiones modernas de la comida china. Un oriente que asombra con sabores alucinantes y sanos.
Al debe la coctelería. A buena comida peruana (o nikkei), el pisco sour debería ser uno de los caballitos de batalla del lugar. Sin embargo aun no logran dar con la fórmula correcta a pesar del uso de pisco proveniente del país norteño. Atentos los ejecutivos del restaurante, prometieron corregirlo. Y valga esta nota para que lo hagan bien de una vez por todas.
Atrévase. Además conocerá la apuesta hotelera más vanguardista y sofisticada que se ha construido en el país. Un hotel que está marcando un antes y un después en arquitectura y diseño. Ubicado frente a la plaza Perú, en Isidora Goyenechea, y entrando ya sea por las calles Carmencita o por San Sebastián, es llegar a un mundo diferente. Casual y elegante a la vez. Y en este gran espacio de alturas infinitas está el Osaka.
Osaka promete: en Lima sus mesas están repletas todas las noches y en Buenos Aires el restaurante ha sido premiado dos años consecutivos. En Santiago recién parte… y lo hace con el pie derecho.
Imperdible. Aunque todo tenga su precio. (Juantonio Eymin)
Osaka: W Santiago. Carmencita 185, 4° piso, Las Condes, fono 770 0074
Poco a poco el nuevo W se esta convirtiendo en un polo gastronómico en el barrio El Golf. Y de los buenos. Tras el inicio de las operaciones del hotel partió el NoSo, de la mano de Jean Paul Bondoux y Sebastien Fontes, y el bar, también dejado en manos extranjeras. Y ahora, la semana pasada, le dieron el vamos al Osaka, una propuesta japo-peruana que no dejará a nadie indiferente.
La apuesta viene avalada desde Lima y Buenos Aires. Dos capitales que ya disfrutan de la calidad de esta propuesta guiada en Chile por Ciro Watanabe, un peruano de origen japonés (mamá peruana y papá nikkei, me contaron) entrenado en el Osaka de Lima y ahora a cargo de este recién abierto lugar.
Pero basta de curriculums ya que la oferta gastronómica es la que interesa. A un costado del bar principal del hotel esta el Osaka. Me reciben con un “Señor de los Milagros” un sour muy especial preparado con chicha morada y una toallita tibia y húmeda para limpiarse las manos (¿Por qué no será esta tradición japonesa ocupada en todos los buenos restaurantes del país? ¡Vaya uno a saber!). Para comenzar la degustación, tiraditos peruanos pero con un cierto vestigio nikkei (el término nació en Perú cuando la inmigración japonesa ocupaba materias primas peruanas y le agregaban manufactura y especias originarias del Japón). Luego, causas, rolls y una mezcla interesantísima de una cocina poco vista. Para acompañar: cerveza. Ella se lleva demasiado bien con los picores y sazones de esta comida que a veces se mezcla con lo thai y lo chino.
El chef Watanabe juega con sabores, texturas y aromas. Sorprende con un carpaccio con salsa de maracuyá y con arroces tailandeses. Se deja llevar por aires cantoneses para entregar versiones modernas de la comida china. Un oriente que asombra con sabores alucinantes y sanos.
Al debe la coctelería. A buena comida peruana (o nikkei), el pisco sour debería ser uno de los caballitos de batalla del lugar. Sin embargo aun no logran dar con la fórmula correcta a pesar del uso de pisco proveniente del país norteño. Atentos los ejecutivos del restaurante, prometieron corregirlo. Y valga esta nota para que lo hagan bien de una vez por todas.
Atrévase. Además conocerá la apuesta hotelera más vanguardista y sofisticada que se ha construido en el país. Un hotel que está marcando un antes y un después en arquitectura y diseño. Ubicado frente a la plaza Perú, en Isidora Goyenechea, y entrando ya sea por las calles Carmencita o por San Sebastián, es llegar a un mundo diferente. Casual y elegante a la vez. Y en este gran espacio de alturas infinitas está el Osaka.
Osaka promete: en Lima sus mesas están repletas todas las noches y en Buenos Aires el restaurante ha sido premiado dos años consecutivos. En Santiago recién parte… y lo hace con el pie derecho.
Imperdible. Aunque todo tenga su precio. (Juantonio Eymin)
Osaka: W Santiago. Carmencita 185, 4° piso, Las Condes, fono 770 0074