¿QUIÉN MANEJARÁ LAS RIENDAS DE TURISMO EN CHILE?
Cambia, todo cambia… como decía Mercedes Sosa. Y en nuestro país tendremos en marzo un nuevo Director Nacional de Turismo. Por desgracia, el actual, Oscar Santelices, no logró disfrutar de una subsecretaría que llegó a último minuto. Buen tipo Oscar. Planificó durante ocho años los destinos turísticos del país y logró grandes aciertos. Llegó a Sernatur sin saber nada del tema ya que su cargo era eminentemente político pero se atrevió a aprender rápidamente y lo consiguió. Luchó para que el turismo fuera mirado con otros ojos y batalló por hacerlo crecer. Fortaleció los viajes de la tercera edad y consiguió lo que muchos nunca pudieron. Una pena que sus atributos y sus logros se traspasen a su sucesor.
Pero, ¿quién asumirá las riendas del turismo en el gobierno de Piñera? Hay candidatos, obvio. El problema es que si ellos deciden abandonar sus gestiones particulares para asumir un cargo público que demanda atención y sacrificio. De partida Hernán Passalacqua es uno de los principales actores. Integrante de la comisión de turismo del grupo Tantauco podría ser el llamado, sin embargo sus actividades particulares harían peligrar su nominación. Mauro Magnani (presidente de Hoteleros de Chile) también podría estar en la nómina. Y qué decir. Suenan nombres como Jaime Guazzini; Pedro Lecaros (ex gerente general de Brisas de Santo Domingo); Jeannete Schiess, Juan Cristóbal Luna y Jorge Prieto, entre otros. Todos los nombrados conocedores del afán turístico en Chile.
Nos encantaría traspasarles que Chile no son sólo camas y paisajes (como lo hemos repetido innumerables veces en esta columna). Es necesario que la gastronomía esté presente en la política turística nacional. Realmente nadie nos ha hecho caso alguno. Poco interesa una gestión adicional. Los peruanos se atrevieron y actualmente son los líderes turísticos de la región. Incluso nuestras autoridades gozan con la comida peruana cuando visitan el país del norte. ¿Y nosotros? ¿Porqué no?
Si hay que hacer cambios, solicitamos a los nuevos líderes que sean creativos e involucren la gastronomía en sus planes estratégicos. Hay un dicho que cuenta que las mujeres conquistan a los hombres por el estómago. Y si traspasamos eso a la realidad turística: si encantamos con la gastronomía que tenemos en Chile a los estómagos extranjeros, podríamos hacer un verdadero cambio en nuestro destino. ¿Copiar políticas foráneas? Si es necesario hagámoslo. Pero es fundamental para crecer. No creemos en un turismo sin gastronomía ya que comer es una actividad es intrínseca del ser humano. Por lo tanto pedimos un espacio. No para vender más salmones o papayas en el extranjero ni vinos en Ucrania. Lo que pedimos es que vengan los viajeros a degustar nuestras delicadezas (delicatessen les llaman algunos), ya que tenemos todo para encantarlos.
¿Le hacemos empeño?