TORMENTA, EL ORGÁNICO DE TORRES
No podía ser de otra manera. El gran impulsor de la viticultura moderna en nuestro país fue Miguel Torres. A decir verdad y aunque algunos lo nieguen, él trajo los cambios cuando nosotros bebíamos vinos alcoholizados y de cualquier origen. Más aún. Hay que hacerle un homenaje ya que no se rindió cuando los supuestos “expertos” se reían de sus vinos. Él llegó a cambiar nuestra escasa cultura vinífera y lo logró.
Y al carro de la victoria se subieron muchos. A decir verdad, todos. Y hoy esta industria floreciente y llena de empresarios que más allá del dinero claman por un reconocimiento sea donde sea, pocos se acuerdan del precursor. Pero a Miguel Torres algo le faltaba en Chile.
Era lo orgánico: a decir verdad las uvas orgánicas ya que el vino aun no lo puede ser en totalidad. Y hace un tiempo lanzó su referente: Tormenta. Una línea de orgánicos que hoy se revitaliza con una nueva variedad: cabernet sauvignon rosé. Embotellado en junio del 2009 presenta color y aroma inigualable. Un vino de onda europea que gusta a rabiar para aperitivos y happy hours. Uva, pero también frambuesas y berries. Personalmente me gustaría ver su comportamiento con la cocina oriental incluso más allá de una cerveza. O con algunas pastas rellenas con mariscos.
Hagámosle caso a Torres. Sus vinos no son fruto de la suerte o de la improvisación. Él sabe a lo que va y eso lo entretiene. Si gusta de los rosé, tiéntese con un Tormenta. Lo sorprenderá y capaz que se convierta en adicto. Eso de ser adicto es malo, pero pucha que rico (JAE)