LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA
ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(9 abril) DONDE LANDEO (José Manuel Infante 1020, Providencia, fono 209 2327): La cocina sigue siendo peruana, con mucha sazón y más de alguna propuesta muy interesante. Por ejemplo, un piqueo mixto frío para dos ($10.990), que realmente funciona como un plato variado y único, por lo abundante, como para luego pasar directo al postre. En él: cóctel de camarones con palta, pulpo al olivo (algo duro), un tiradito magistral (el Landeo) y dos cebiches. Todo de lujo. De fondos, un cebiche Máncora ($5.200), con maracuyá, mucho más aromático y sabroso, y un ají de gallina perfecto ($4.800), poco pasteurizado en su sabor.”
SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(9 abril) BASÍLICO (Av. Nueva Costanera 3832, Vitacura, fono 228 9084): “La lista de platos es muy breve, la vajilla preciosa y usa buenas servilletas de papel. De las entradas, la de cebiche de tilapia, aparte del corte en cubos del pescado, difícilmente respondía a esa receta, pues tenía poco limón y venía mezclado con liviano “guacamole” de quínoa (no de palta) y un exceso de aceite ($4.000). La otra, fue una omelette descrita como la “clásica preparación francesa”, baja, en capas delgadas, con trozos de aceitunas y no mucho queso, coronada con gran cantidad de innecesarios brotes de soya, tomates cherry y algunos trozos de pollo dorados y secos ($4.500).” “Si las entradas me decepcionaron, mejoraron en cambio los platos de fondo y, sobre todo, los postres. El “risotto mediterráneo” era de buen arroz, aunque sin el almidón que le da su consistencia característica, y traía numerosos y grandes champiñones París partidos y una lonja de jamón serrano frito ($5.900). El blando lomo de cordero al romero, venía trozado y cocinado a punto, con poca salsa demiglace y liviano cuscús mezclado con un picadillo de verduras ($9.000). Excelentes la crème brûlée con frutas y mini magdalena ($2.800), y la finísima tarta tibia de chocolate y almendras con helado de miel de ulmo ($3.200).”
RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(9 abril) EL ENCANTO CHILENO (Bilbao 468 Providencia, fono 665 9554): “…sigue como la recordamos, desde el buen pisco sour, con crocantes empanadas de queso camarón, fresco cebiche de mariscos y ostiones parmesana, para empezar. La carta de platos es tradicional, pero la de vinos tiene atractivas alternativas donde elegir. Por alrededor de $10.000 por persona se tiene una comida grata, para ir en pareja o grupo. Cuyos acompañamientos pueden ser a lo pobre, con papas fritas caseras o con una muy larga lista de variaciones. Con sus pescados a la orden y los aperitivos y bajativos que sea menester. Un dato que también se transmite boca a boca y que en otoño vale la pena tener presente. Hasta con sus postres, esas leches asadas o nevadas y hasta el turrón al vino de la infancia, que hace tanto no probamos.”
DANIEL GREVE (Qué Pasa)
(10 abril) ÓPERA (Merced 395. Santiago Centro, fono 664 3048): “Cocina cálida, qué más. Es la lógica de una carta alineada con la estación. El elegante restaurante Ópera, que sabe de temporadas, puso sobre la mesa -y a partir de hoy mismo- un puñado más que justo de nuevas preparaciones para sorprender. In crescendo, abre con una Crema de machas ($7.400) con ostiones y camarones asados. La abundante crema de Grana Padano no logra nunca integrarse del todo, a pesar de su sabor; luego, un Foie Poelè ($11.400) muy sabroso, acompañado de buen prosciutto San Daniele y un ligero y ágil puré de brócoli, aunque con el hígado demasiado tocado por el fuego. En cambio, la Cabrilla de Quintay -pescado de roca que recuerda a un salmonete, o a un alfonsino, pero de carne blanca ($7.600)- sobre charquicán de papas chilotas y huevo de codorniz, francamente espectacular. El pescado, firme -con su piel- pero con una exquisita y justa grasa, inunda la boca de sabor. La guarnición lo eleva todo gracias a sus toques de menta y la presencia de habas verdes, furiosas, turgentes. Una mezcla obligatoria de esta carta. Pase perfecto para el Filete ($10.200), coronado con crocante sal Maldon, acompañado de una buena salsa y una exquisita croqueta trufada. Y los postres, que nunca son muy protagónicos, aquí demandan miradas. Ojo con el cheesecake de pistacho ($3.400), una versión piramidal, moderna y convincente del clásico de clásicos. Ya lo saben: comenzó el abrigo interior.”
PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(12 abril) LE BISTROT (Santa Magdalena 80, local 7, Providencia, fono 232 1054): “…especialidades francesas típicas de este tipo de restaurantes casuales y caseros: desde escargots y confit de pato hasta crème brûlée. Nosotras partimos con una quiche lorraine, que estaba bien rica y venía con una ensaladita. Tenía grandes trozos de tocino, pero en unas partes estaba caliente y en otras, tibia; en la carta aparecía como entrada, pero bien puede ser un solo plato. Luego, mi madre pidió escargots (caracoles de tierra) con champiñones, que venían no tan calientes en una brioche (pancito redondo con tapita), exquisitamentealiñados pero en un pan que no estaba a punto. Mis moules marinieres/ frites, choritos en vino blanco acompañados de papas fritas, venían en una ollita de fierro repleta de choros que fui comiendo con la mano. Abajo estaba el caldo, exquisito; las papas fritas muy buenas también. El lugar nos gustó bastante, especialmente sus precios. La atención es cálida y dedicada, sin embargo le falta coordinación al equipo. Nada que no pueda sanar con un poco de rodaje.”
CÉSAR FREDES (La Nación Domingo)
(12 abril) TANTE MARLENE (Miguel Claro 1802, Providencia, fono 761 9043): “Tante Marlene es un restaurante de comida y carácter alemán que, sin mucha bulla ni aspaviento, viene funcionando desde hace un par de años en el límite sur de Providencia con Ñuñoa, en la esquina de las calle Santa Isabel y Miguel Claro.” “El día del primer almuerzo se ordenó solamente la chucrut “garnie”, como dicen los alsacianos, para significar que es el plato con acompañamiento completo de cerdo y embutidos. Un plato que es necesario compartir, con buen pan blanco casero y cervezas importadas, fue más que suficiente para dos personas.” “Ya en la segunda visita, tres personas elegimos opciones más amplias, que incluyeron más que aceptable goulash, en porción algo pequeña, un delicioso repollo relleno con carne blanca y muy buen pato asado. Como la carta de vinos no es demasiado amplia todavía, y la cocina alemana o centrouropea combinan bien con la cerveza, esa fue nuestra bebida básica.” “Pero en términos generales, Tante Marlene es una cocina seria y de muy buena calidad. La ambientación de una casa antigua del barrio es pulcra y suficiente y el resultado final es ampliamente positivo.”