A PINCH OF PANCHO
El reflejo de los hermanos Toro
No hay duda que los hermanos Toro (Pancho y Carlos), dueños del A Pinch of Pancho son sibaritas. Gozan no sólo con sus platos sino que se convierten en el alma de la fiesta en el lugar en que estén, ya sea comiéndose una empanada de horno con vino cartoné o gozando una lata de fino caviar. Hemos escrito de ellos y el Nolita, pero nunca habíamos analizado la comida del A Pinch of Pancho, ese restaurante de onda norteamericana, más cerca de lo cajun eso sí, que encanta a muchos conocedores de la buena gastronomía.
Gozan, se entretienen y se ríen de si mismos. Y ello redunda en un ambiente muy entretenido que se respira en este restaurante ubicado en el corazón de Providencia. Bonito diseño y lleno de curiosidades, el Pinch es como la casa de un coleccionista.
Me recibieron con una copa de espumoso Ferrari (nada que ver con la casa automotriz) y ostras fresquísimas de su propio vivero, (6.900 la docena), aderezadas con limón, vodka o tabasco. Luego y ya sentados en una mesa, dos platos donde se luce el salmón, “Noruegan Salmon Toast”, tostada integral con relleno de huevo, láminas de papa, manzana verde y palmitos con salmón y salsa tipo herrines, (4.800); y “Salmon Royal”,al vapor con puré de fondos de alcachofas champiñones parís y un toque de caviar, (8.100).
Pero no todo es ostra y salmón. Una larga carta que incluye cuatro tipos de menús diferentes de entrada, fondo y postre (que varían entre los 10.500 y 15.900 pesos); sus famosas sopas y costillitas BBQ, ensaladas, carnes, pastas y risottos en una oferta atractiva y económica.
Anita María Toro en los postres. Aun recuerdo su pastel de manzana tibio con helado de bocado, pero esta vez tocó pecar con chocolate: siete postres a elección “Los 7 pecados capitales” les llaman. Chocolate y más chocolate, para pecar con ganas. Desde un postre de chocolate blanco semifreddo con coulis de frambuesa (3. 200) hasta el Ciocolatino (3.500), un timbal de chocolate belga que no necesita comentarios.
Me gustó el Pinch. Más de lo que tenía recuerdo. A pesar de sus risas, la cocina de los hermanos Toro es seria. Seria y buena.
No recuerdo cuantos años tiene este restaurante, pero son más de veinte. Y si el Pinch aun no puede sacar sus recetas de antaño de su carta, quiere decir que acá hay consistencia y gastronomía de la buena.
Como dice un amigo gourmet, en el Pinch se respira calidad. Y eso es cierto. (Juantonio Eymin)
A Pinch of Pancho: General del Canto 35, Providencia, fono 235 1700
El reflejo de los hermanos Toro
No hay duda que los hermanos Toro (Pancho y Carlos), dueños del A Pinch of Pancho son sibaritas. Gozan no sólo con sus platos sino que se convierten en el alma de la fiesta en el lugar en que estén, ya sea comiéndose una empanada de horno con vino cartoné o gozando una lata de fino caviar. Hemos escrito de ellos y el Nolita, pero nunca habíamos analizado la comida del A Pinch of Pancho, ese restaurante de onda norteamericana, más cerca de lo cajun eso sí, que encanta a muchos conocedores de la buena gastronomía.
Gozan, se entretienen y se ríen de si mismos. Y ello redunda en un ambiente muy entretenido que se respira en este restaurante ubicado en el corazón de Providencia. Bonito diseño y lleno de curiosidades, el Pinch es como la casa de un coleccionista.
Me recibieron con una copa de espumoso Ferrari (nada que ver con la casa automotriz) y ostras fresquísimas de su propio vivero, (6.900 la docena), aderezadas con limón, vodka o tabasco. Luego y ya sentados en una mesa, dos platos donde se luce el salmón, “Noruegan Salmon Toast”, tostada integral con relleno de huevo, láminas de papa, manzana verde y palmitos con salmón y salsa tipo herrines, (4.800); y “Salmon Royal”,al vapor con puré de fondos de alcachofas champiñones parís y un toque de caviar, (8.100).
Pero no todo es ostra y salmón. Una larga carta que incluye cuatro tipos de menús diferentes de entrada, fondo y postre (que varían entre los 10.500 y 15.900 pesos); sus famosas sopas y costillitas BBQ, ensaladas, carnes, pastas y risottos en una oferta atractiva y económica.
Anita María Toro en los postres. Aun recuerdo su pastel de manzana tibio con helado de bocado, pero esta vez tocó pecar con chocolate: siete postres a elección “Los 7 pecados capitales” les llaman. Chocolate y más chocolate, para pecar con ganas. Desde un postre de chocolate blanco semifreddo con coulis de frambuesa (3. 200) hasta el Ciocolatino (3.500), un timbal de chocolate belga que no necesita comentarios.
Me gustó el Pinch. Más de lo que tenía recuerdo. A pesar de sus risas, la cocina de los hermanos Toro es seria. Seria y buena.
No recuerdo cuantos años tiene este restaurante, pero son más de veinte. Y si el Pinch aun no puede sacar sus recetas de antaño de su carta, quiere decir que acá hay consistencia y gastronomía de la buena.
Como dice un amigo gourmet, en el Pinch se respira calidad. Y eso es cierto. (Juantonio Eymin)
A Pinch of Pancho: General del Canto 35, Providencia, fono 235 1700