CASAS DEL BOSQUE LANZÓ SU ÍCONO:
GRAN ESTATE SELECTION
- ¿Cuánto pagarías por este vino?, le pregunté a una buenamoza periodista y sommelier que estaba sentada a mi lado en el restaurante Osadía, durante el lanzamiento del vino ícono de Casas del Bosque.
- No se cuánto, me respondió. Pero no me extrañaría que esté a un alto precio ya que es maravilloso.
Sinceramente me dejó en las mismas. Lo que sí estaba claro era que estábamos frente a un portento de vino. Una mezcla de syrah, con merlot y pinot noir, como una inédita expresión de las cepas tintas del valle de Casablanca.
Pero como lo mío (y de muchos) es la alianza vino – comida, la ocasión fue perfecta para degustar los platos de Carlo von Mühlenbrock, chef y cara visible del restaurante Osadía de Nueva Costanera, acompañados de algunos de los vinos de Casas del Bosque, bodega fundada en 1993 por Juan Cúneo Solari, quien por muchos años soñó con tener sus propios viñedos para producir vinos premium. La viña, ubicada a sólo 70 Km. de la capital y a 40 Km. del puerto de Valparaíso, se caracteriza por estar orientada hacia la búsqueda incesante de la excelencia de los vinos blancos y tintos de mediana maduración, como sus sauvignon blanc, chardonnay, pinot noir y syrah.
La fiesta, con globos de colores y actores en zancos no deslució. La cocina partió con unas empanaditas de jaiba acompañadas de sauvignon blanc Gran Reserva 2010 de la misma bodega y un shot de salmón ahumado con quínoa más un sauvignon blanc Pequeñas Producciones. Un centenar de invitados celebraban el lanzamiento. De tanto en tanto, Grant Phelps, un neocelandés que termino amando el país, nos explicaba en su peculiar acento y chilenismos adoptados durante sus viajes, las características de cada vino. En la mesa de honor, la familia Cúneo. En las restantes, amigos de la bodega y periodistas especializados.
Pinot noir Pequeñas Producciones 2009 para acompañar el siguiente plato: Paté de la casa, quínoa y una mini ensalada verde. Pequeña porción ya que era sólo un entre platos. Sin embargo el fondo sacó aplausos: maridado con la razón de la fiesta, el Gran State Selection 2007, un filete grillado de Angus a la pimienta blanca (para hacer la prueba en casa y dejar de lado la pimienta negra), con polenta frita, ensalada de hojas verdes y dressing de frambuesa. Realmente una combinación fascinante y una alianza perfecta con el vino estrella de la noche. (Entre nosotros, fui por la receta del filete a la cocina y Carlo me juró que no había nada más que pimienta blanca. ¿Tendríamos que creerle?
Menos mal que los mozos no fueron mezquinos con el vino. Tres copas de este Grand State Selection necesité para armonizar el buen filete. Luego, y como postre, uno de los clásicos de von Mühlenbrock: Flan casero con murtas en almíbar acompañado de una muestra de barrica de un Late Harvest aun no embotellado ni filtrado.
Grata cena para la presentación de este icono que dará que hablar y del cual sólo se han producido 4.500 botellas, o sea 375 cajas. Posiblemente una nimiedad. Con una mezcla de un 61% de syrah, 26% merlot y 13% pinot noir, Gran Estate Selection Private Reserve 2007 se caracteriza, según el enólogo, por tener un intenso color violeta y en nariz cuenta con un fuerte aroma a cassis, arándanos y anís, entremezclado con lavanda y un toque de canela dulce. En la boca predominan cerezas negras, cuero y final a trufas con trazos de chocolate amargo.
Terminando la cena, Giorgiana Cuneo, presidenta de la bodega me cuenta que detrás de este vino están, aparte de Grant, los enólogos Milenko Valenzuela y Pilar González. No quiere contarme su precio final. ¡Que lo descubran los compradores!, me dice.
Y es posible que tenga razón. Es un ícono, un premium por así decirlo y bastante superior a muchas etiquetas de alto precio. Las pocas cajas existentes serán vendidas por La Vinoteca. Como dicen en el campo, agénciese con un par de cajitas de este tinto costero. Es un placer… y de los grandes (Juantonio Eymin)