BUENAS NUEVAS EN DA CARLA
Podría tener una pared llena de premios ya que desde hace años lidera la versátil gastronomía italiana en la capital con un servicio de calidad que lo ha convertido en uno de los favoritos del gran empresariado de la ciudad. Podría darse el lujo de cerrar sus puertas no sólo el 1 de enero sino que bastantes más fechas, pero no lo hacen ya que se deben a su clientela. No es extraño verlo repleto de clientes y adentro todo fluye en forma normal, sin estridencias ni carreras. Es el Da Carla de Nueva Costanera. Su gestora inicial, Carla Shiavini ya no está entre nosotros y una nueva sociedad se hizo cargo, hace años ya, de este tradicional local que dio sus primeros pasos en pleno centro de Santiago. Hoy lo manejan Atilio Barbieri y Gianfranco Zecchetto. Entre ambos han creado sinergias para mantener en lo alto la gastronomía del Da Carla. Y vaya que lo hacen bien.
Nada nuevo bajo el sol pero detalles que asombran, como purificar toda el agua que existe en el local con el fin de evitar cualquier problema sanitario. También se destacan en la compra de las materias primas. Acá no hay segunda selección ni pesca por arrastre en algunos pescados. Todo es lo mas fino posible… y eso se agradece.
Todo lo prueban Atilio y Gianfranco antes de que se apruebe un plato. -Acá hay un chef, que es Pablo Gálvez, -me comenta Atilio, pero sobre él estoy yo. Yo pruebo y apruebo. Probamos y aprobamos. Esa es nuestra filosofía y por eso el Da Carla es uno de los mejores restaurantes del país.
Y le creo ya que tiene un paladar envidiable. Con tan sólo mirar un plato sabe si viene bien o hay errores en la cocina. No duda un minuto en cambiarlo si algo no le parece. “A la pasta le faltó medio minuto”, me dice. No exagera… pero es estricto.
No hay carta nueva pero si platos veraniegos. Cuatro antipasti, una pasta, un risotto y un pescado aparte del menú normal. Entre los antipasti, destaca el pulpo a la naranja (7.500), marinado en jugo de naranjas, ají verde y cebolla pluma, además de un soberbio antipasto di mare: pulpo, ostiones y camarones acompañados con unas caseras farinatas Ligure (13.500), elaboradas con harina de garbanzos y que nuestros vecinos del Atlántico conocen como fainá.
Rica la pasta que viene a continuación: Penne Gamberi e Zucchini, con albahaca fresca y aceite de oliva (13.500). Mas allá, un plus más que interesante: un Risotto caprese de alto vuelo que me dejo con ganas de seguir degustándolo. Una versión nueva para un risotto de lujo.
Michele Leone es el sommelier. Italiano y conocedor de nuestros vinos y los italianos. Nos convence su apuesta para los platos: Chardonnay Casa Lapostolle 2006. Buena elección
Damasco y semillas de amapolas con crème brûlée de postre. Acá todo es fino y es posible que esa sea la razón del porqué escribo más de una vez al año de este lugar. Me encantaría que existiesen diez o veinte émulos del Da Carla en lo que a gastronomía y servicio se refiere. Acá no hay engaños de ninguna especie y si le dicen que la merluza austral es pescada con espinel y no es pesca de arrastre, hay que creerles. Se han esforzado para ser los mejores en su tema en la capital y no hay duda que son de los grandes. Nada desluce. Es fino, elegante y gourmet. Por eso los clientes no fallan. Desde el prosseco inicial al amaretto final es una fiesta. Y eso merece buenos comentarios (Juantonio Eymin)
Da Carla: Av. Nueva Costanera 3673, Vitacura, fono 633 3739
Podría tener una pared llena de premios ya que desde hace años lidera la versátil gastronomía italiana en la capital con un servicio de calidad que lo ha convertido en uno de los favoritos del gran empresariado de la ciudad. Podría darse el lujo de cerrar sus puertas no sólo el 1 de enero sino que bastantes más fechas, pero no lo hacen ya que se deben a su clientela. No es extraño verlo repleto de clientes y adentro todo fluye en forma normal, sin estridencias ni carreras. Es el Da Carla de Nueva Costanera. Su gestora inicial, Carla Shiavini ya no está entre nosotros y una nueva sociedad se hizo cargo, hace años ya, de este tradicional local que dio sus primeros pasos en pleno centro de Santiago. Hoy lo manejan Atilio Barbieri y Gianfranco Zecchetto. Entre ambos han creado sinergias para mantener en lo alto la gastronomía del Da Carla. Y vaya que lo hacen bien.
Nada nuevo bajo el sol pero detalles que asombran, como purificar toda el agua que existe en el local con el fin de evitar cualquier problema sanitario. También se destacan en la compra de las materias primas. Acá no hay segunda selección ni pesca por arrastre en algunos pescados. Todo es lo mas fino posible… y eso se agradece.
Todo lo prueban Atilio y Gianfranco antes de que se apruebe un plato. -Acá hay un chef, que es Pablo Gálvez, -me comenta Atilio, pero sobre él estoy yo. Yo pruebo y apruebo. Probamos y aprobamos. Esa es nuestra filosofía y por eso el Da Carla es uno de los mejores restaurantes del país.
Y le creo ya que tiene un paladar envidiable. Con tan sólo mirar un plato sabe si viene bien o hay errores en la cocina. No duda un minuto en cambiarlo si algo no le parece. “A la pasta le faltó medio minuto”, me dice. No exagera… pero es estricto.
No hay carta nueva pero si platos veraniegos. Cuatro antipasti, una pasta, un risotto y un pescado aparte del menú normal. Entre los antipasti, destaca el pulpo a la naranja (7.500), marinado en jugo de naranjas, ají verde y cebolla pluma, además de un soberbio antipasto di mare: pulpo, ostiones y camarones acompañados con unas caseras farinatas Ligure (13.500), elaboradas con harina de garbanzos y que nuestros vecinos del Atlántico conocen como fainá.
Rica la pasta que viene a continuación: Penne Gamberi e Zucchini, con albahaca fresca y aceite de oliva (13.500). Mas allá, un plus más que interesante: un Risotto caprese de alto vuelo que me dejo con ganas de seguir degustándolo. Una versión nueva para un risotto de lujo.
Michele Leone es el sommelier. Italiano y conocedor de nuestros vinos y los italianos. Nos convence su apuesta para los platos: Chardonnay Casa Lapostolle 2006. Buena elección
Damasco y semillas de amapolas con crème brûlée de postre. Acá todo es fino y es posible que esa sea la razón del porqué escribo más de una vez al año de este lugar. Me encantaría que existiesen diez o veinte émulos del Da Carla en lo que a gastronomía y servicio se refiere. Acá no hay engaños de ninguna especie y si le dicen que la merluza austral es pescada con espinel y no es pesca de arrastre, hay que creerles. Se han esforzado para ser los mejores en su tema en la capital y no hay duda que son de los grandes. Nada desluce. Es fino, elegante y gourmet. Por eso los clientes no fallan. Desde el prosseco inicial al amaretto final es una fiesta. Y eso merece buenos comentarios (Juantonio Eymin)
Da Carla: Av. Nueva Costanera 3673, Vitacura, fono 633 3739