BENDITO (MALDITO) DÓLAR
Hace un par de días estuve con unos amigos chilenos que tras años de vivir fuera del país decidieron vacacionar en Chile. Tras los abrazos y brindis de rigor aparecieron los reclamos: ¡Por Dios que está caro todo en Chile!, fue su primer comentario. Veinte dólares por un plato de comida y gastar cien de los verdes en una cena es anormal. ¿Nadie se queja?
¿Cómo quieren que haya turismo en Chile si acá esquilman a los turistas?
La razón de la sinrazón, pensé. En épocas de bonanza económica al país le sobran dólares y se convierte en una especie de Dubai latinoamericano. Somos extremistas y bipolares económicamente. Pasamos de la euforia a la depresión de un día a otro.
Y eso no lo entienden nuestros turistas. Y es posible que sea la causa de que este año hemos partido con menos extranjeros en nuestras ciudades con excepción de los argentinos, que con un mate (que traen ellos) solucionan todos sus problemas veraniegos y lo pasan regio sin gastar un peso (ni dar propinas), como reclama el gremio de los garzones en Viña del Mar y sus alrededores. Bendito dólar ya que tenemos acceso a productos importados a mejor precio pero a la vez maldito dólar que no permite el despegue turístico de nuestro país.
El recordado Gato Dumas lo dijo alguna vez en su vida: “Nunca gané más dinero que cuando la Argentina estaba en crisis”. Y posiblemente tenga razón. Ni el turismo, ni la hotelería ni la gastronomía se nutre de un dólar a bajo precio. No es fácil y la solución no está en nuestras manos.
¿Lloraremos nuevamente sobre la leche derramada?