miércoles, 4 de mayo de 2011

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR



EL BAR DEL PLAZA SAN FRANCISCO

Existe un algo especial entre Lobby y el hotel Plaza San Francisco. Allá, terminando los años 80 eran dos proyectos. Uno: el papel para forjar la primera revista hotelera y gastronómica chilena. Dos: un edificio cuya construcción fue prevista para un estacionamiento y terminó convirtiéndose en un hotel cinco estrellas.

Allí y en uno de sus salones recién inaugurados, Revista Lobby lanzaba su primera edición. Desde esos entonces nuestra relación es más que cordial. Ya no trabajan allí los ejecutivos de los inicios ni Lobby es una revista en papel couché. Pero el lazo continúa más allá de las personas o de los años pasados. La historia del Plaza San Francisco y de Lobby quedaron pegadas en su ADN.

Por ello me entretiene regresar de vez en cuando a este lugar que nos vio nacer. Como la semana pasada cuando Axel Manríquez presentó la nueva carta que ofrece el bar de este hotel. Con música en vivo y un lugar repleto de turistas, conocí la nueva propuesta: sánguches (están de moda), nuevos tragos, tablas y un sinfín de appetizers destinados a una “hora feliz” que comienza al atardecer y finaliza cuando la Alameda Bernardo O’Higgins comienza a descansar de su diario trajín.

¿Quedan bares en Santiago?, me preguntaba hace un tiempo un destacado wine writer. La respuesta es si, pero aunque ya no son los de antes donde el humo de los cigarrillos era parte fundamental de un bar. Acá no falta la “gringa” que aburrida se sienta en una de las sillas de la barra y conversa con el barman. Da lo mismo si está bebiendo un Martini o una cerveza. Nadie la molesta ni pretende molestarla. De noche ya, el bar se agranda a los mullidos sillones del lobby, donde parejas y grupos conversan de sus propios temas. Ágiles mozos para atender a su clientela, aunque para fumar… está la calle.

Santiago Centro se niega a morir. Al contrario de lo que se pueda pensar, hay un cierto redescubrimiento en la belleza del lugar. El barrio que rodea al Plaza San Francisco debe ser uno de los más hermosos de la capital y eso lo valoran los turistas europeos. Nosotros posiblemente estemos en otra ya que nunca nos enseñaron a cuidar nuestro patrimonio. Y allí llegan los extranjeros que valoran lo poco que queda de nuestro pasado. Aunque no lo crean, el desarrollo y cuidado del sector que rodea al Plaza San Francisco, ha sido gracias al empuje de los ejecutivos que ha tenido el hotel tras estos 24 años de existencia. Antes la zona era un lupanar, hoy se puede mostrar a los turistas como uno de los lugares más cuidados de la capital.

Aun así, hay quienes sienten riesgos. Para ellos están los estacionamientos privados del hotel. Aun así, el hotel mantiene una gran ocupación, un servicio de primera y una calidad gastronómica envidiable. Es una marca registrada de calidad y eso es bastante en una ciudad recargada de ofertas caras y mediocres.

En esto, los hoteles están superando a los bares comunes y corrientes. Me atrevo a decir que no hay comparación alguna. Atrévase. No hay nada mejor que el dinero bien gastado (y dos por uno).

Si trabaja en el centro, no se meta en el taco de las siete de la tarde. Relájese antes en el bar del San Francisco y luego váyase tranquilo a casa. Uno de los mejores medicamentos para el strees santiaguino.

Hotel Plaza San Francisco: Alameda 816, Santiago Centro, fono 651 3483