miércoles, 4 de enero de 2012

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR



MAR ADENTRO
Un imperdible en Coquimbo

¿Mantel largo en Coquimbo? Si y no ya que no se trata de un restaurante fino ni nada que se le parezca. Es sencillamente una “picada” que tuve la suerte de conocer y visitar hace un tiempo. Es como un dato fijo en las carreras de caballos. Un restaurante ganador y la experiencia es más que satisfactoria. Genial podría decirse ya que cuando se anda de vacaciones lo que menos se necesita son las parafernalias gastronómicas. Acá se llega a comer bien y en un lugar que da gusto entrar.

Se trata de “Mar Adentro”. Una picada ubicada en la Avenida del Mar, muy cerca del casino de juegos de esa ciudad y frente a la caleta de pescadores de Peñuelas. Chiquito y pulcro, nos recibe con mesas cómodas y manteles azules. No hay rastro de olores ni sensación de cocinería. Para partir, obvio, un buen pisco sour. Y a pesar de que está repleto de turistas, llega rápido, frío y más que aceptable. La carta no es pequeña pero se rinde a los sabores propios de la costa. Pescados y mariscos a elección. Famosas sus empanadas de mariscos y queso (ostión, loco y camarones), que ofrecen durante toda la jornada pero que en el horario nocturno las limitan a consumos adicionales.

Cuarenta clientes desbordan el pequeño local pero aun así el servicio es relativamente rápido. Un poco inexperto quizá, pero cuando uno está descansando eso no influye mayormente. Para acompañar la comida, Rhin Carmen sauvignon blanc a $ 4.500. Una ganga. (Como suele suceder en regiones, no hay que ponerse exquisito en esto de los vinos)

Tres personas en la mesa. Luego de los sours llegó el pedido. Y acá una reflexión: muchas veces me he topado con turistas que quieren comer cosas fuera de lo común y no las especialidades del lugar. Nosotros preguntamos antes cuáles eran los caballitos de batalla del restaurante. Así aparecieron sendos trozos de congrio frito y un plato hondo lleno de turgentes lenguas de erizos. Pan fresco y calentito, mantequilla y un pebre recién elaborado con un marcado acento a ajo. Dos platos ovalados se hicieron presentes. Uno con “chilena” y el otro con puré al merquén. Entre sorbo y sorbo del sauvignon disfrutamos la frescura de los platos. El congrio, crujiente gracias al adobo, magnífico y fuera de serie. Los erizos, con todo el sabor que se requiere cuando uno está a metros del mar.

Erramos en los postres ya que sencillamente no son propios de este lugar. Nos tentamos por unos fomes panqueques con papayas que nada aportaron a la cena. Pero quedamos contentos y felices de esta incursión costina. Mar Adentro tiene una dueña, pero no logramos conocerla ya que ella era la que mandaba los fogones esa noche y el local estaba repleto. Pero sí supimos -ya que una graciosa moza nos contó-, que todos los días se abastece de pescados y mariscos en el terminal pesquero de la ciudad. Si no hay locos, es debido a que ese día no llegaron, y lo mismo pasa con los famosos pescados de roca que han hecho renombrada esta picada marina.

Treinta mil pesos fue la cuanta final con propina incluida. O sea diez mil por persona desde el aperitivo al postre. ¿Picada? Claro que sí.

Por eso me atrevo a proponérselo a nuestros lectores. Es sencillamente para no perderse la oportunidad de comer rico y barato. Más aún, cuando buscaba algo de este lugar por Internet, me encontré con una critica de un gringo que había comido en él y dejaba sus impresiones en una página de viajes norteamericana: “This is a hole in the wall with superb seafood and service. The name itself, "Picá" refers to a Chilean word meaning a place that few know and has great food. It certainly lives up to its name. The food is fresh and perfectly well cooked and seasoned. Fish, shellfish and assorted side dishes are promptly served with a friendly attitude. They are also famous for their seafood empanadas (only served until 6pm). The prices are inexpensive and the environment simple. As they say in Chile, is a place with the 3 B's: Bueno, Bonito y Barato (Good, Pleasant and Inexpensive).

Si no alcanza a llegar este verano por allá, no se preocupe. Mar Adentro está abierto todo el año y cuando lo visite déjese tentar con su oferta. Ya ha traspasado fronteras y ojalá nunca se les suban los humos a la cabeza, bajen la calidad y suban los precios. No lo necesitan ya que es la estrella de la caleta.

Mar Adentro: Rengo 20, Caleta de pescadores Peñuelas, Coquimbo, fono 51 – 240 121