José Luis Merino fue (y es) hábil y osado. En
los tiempos del Saint George, donde estudiaba, sus compañeros trataban de
estudiar medicina, odontología, leyes, ingeniería o agronomía, él quiso ser
cocinero, algo fuera de lo común para un colegio de esa categoría. Terminando
sus estudios ingreso a INACAP y al poco tiempo se aburrió de las monótonas
clases y talleres de terrinas, abandonando sus estudios con el fin de viajar a
Uruguay y empaparse con la gastronomía de ese país.
A su regreso abrió Ciudadano, un restaurante
juvenil dedicado a las masas y las pastas, cosa que había aprendido en su
estadía en el país charrúa, luego fue el turno de Ciudad Vieja y más tarde
Mamboleta y Bravo Cabrera, esta vez en Puerto Varas. Inquieto, esta vez abrió su quinto
establecimiento; La Percanta, en Bellavista y en una zona que poco a poco está
revitalizando.
Con dos pisos, el superior alhajado como un lounge
bar y el inferior para almuerzos y cenas, La Percanta ocupa la casona que antes
albergó al Amorío, un proyecto gastronómico de los actores propietarios del
Teatro Mori. Ahora, remodelado en parte y con una buena parrilla a la vista, la
oferta es grande, potente y nada cara, algo que hacía falta en el barrio.
Iniciamos nuestro viaje con un buen espumoso
escogido de una amplia carta de vinos, cervezas y licores. Un crudo ($4.600)
aliñado a la pimienta de buena carne y mejor sabor. Luego, uno de sus must:
Trío de sartenes ($ 4.900), con panita dulce, choricillos ahumados y unas
superlativas criadillas de cordero, acompañado de un Marques de Casa Concha
2011, nos dejó al prestos para probar los fondos. Para comenzar, las pastas:
Sorrentinos de cordero ($6.600) con menta y crema al funghi: deliciosos ñoquis
rellenos con ciruela y nueces ($ 6.300), imperdibles) y unos Fetuccini $7.600)
con crema de langosta en salsa de tomates con camarones y langostinos, otro
plato de gran nivel.
A pesar de que per se con lo probado bastaba, aún faltaba más, como las brochetas
mixtas y las pamplonas de cerdo (7.900), algo secas ese día pero que en su
concepción natural son un manjar de dioses.
Todo esto sin olvidar los acompañamientos, donde sobresale un
espectacular zapallo a la parrilla con queso de cabra.
Rico y entretenido lugar para pasar un buen
almuerzo o mejor cena. Salmón y Oil Fish son presentados como los únicos
integrantes marinos de una carta donde los aplausos se los llevan las carnes y
las pastas. Música argentina (obvio) y un personal atento a las necesidades es
otro de los plus de este lugar. A decir verdad, como para convertirlo en uno de
los favoritos de la temporada. (Juantonio Eymin)
LA PERCANTA: Constitución 181, Barrio Bellavista, fono 2247
2358