ALMUERZOS BUFFET EN EL BRISTOL
Ser fanático del Bristol, el restaurante
del hotel Plaza San Francisco, no cuesta demasiado. Más aun, sus cambios de
carta que semestralmente realiza Axel Manríquez, su chef ejecutivo, llena
páginas de las revistas especializadas, más que nada que por su continua
superación y uso de materias primas nacionales, algo que lo ha llevado a lo
alto en su carrera. Pero, ¿Qué pasa el día a día? ¿Van todos los clientes por
su carta menú?
Muy pocos se podrían dar el lujo de ir
constantemente a probar los sabrosos platos que nacen de la imaginación y conocimientos del chef Manríquez. Por ello, y
desde hace años, los ejecutivos del hotel ofrecen al almuerzo un menú buffet
que incluye –como plato de fondo- una de las especialidades del menú de la
estación, algo que se agradece, no tan sólo por su precio, sino por la gran
cantidad de opciones en entadas y postres.
Si bien no fue necesario reservar, el
viernes de la semana pasada el comedor estaba casi ocupado en su totalidad.
Heterogéneas mesas con empresarios, ejecutivos, gente de gobierno, parejas,
mesas de mujeres e incluso dos monjitas, estaban almorzando a esa hora. Como
siempre, llama la atención la calidad del servicio, donde los camareros (y
algunas meseras) interactúan con los clientes con pleno conocimiento de los
platos sugeridos en la carta. En el buffet, la brigada de cocina cambia
continuamente las bandejas con comida. Así, el mesón está siempre fresco y
abundante.
Acá, en el Bristol, la experiencia es
completa y va más allá de un plato o dos de comida. Tras una entrada donde comí
cebiche, ajíes rellenos y salmón ahumado, mi fondo consistió en dos chuletas de
chancho asadas al horno y acompañadas de unas sabrosas lentejas con comino
(legumbres que cada día aprecio más) y un salteado de apio y hojas de betarragas.
Un plato lleno de aromas y sabores. Mi acompañante se decidió por una pasta con
ragout de camarones y palta, en salsa de queso parmesano. El vino, en copas, es
servido por una mesera (que sabe de vinos) y que recorre el comedor en un
práctico vinobar-movil.

Por cierto, el Bristol no es una opción
económica para almorzar o cenar, pero a veces se dan circunstancias donde es
necesario acudir a un lugar que nunca defrauda. Y la opción del buffet ($
24.900 p.p.) es una de las buenas alternativas en el centro de Santiago, donde
claramente son contados con los dedos de las manos los restaurantes de calidad,
comedores donde los negocios se pueden cerrar de buena manera. Y hoy, más que
nunca, los buenos negocios van muy de la mano con la buena gastronomía.
(Juantonio Eymin)
Bristol, Hotel Plaza San Francisco. Alameda 816,
Santiago Centro, fono: 2360 4454