YANINA
De cuba con amor
Una mulata impresionante, con una mini
negra, medias idem, blusa blanca y un corbatín, me ofrece un espumoso la semana
pasada durante la inauguración de una exposición de vestidos de la Eva Peón en
la Embajada Argentina.
Había llegado solo ya que mi jefe me
obligó a ocupar su invitación. ¡Escribe lo que quieras!, me dijo y no te fijes
en los caracteres. Parece que entendió que necesito más de dos mil tipeos para
contar mis avatares.
Mis ojos iban y venían de la rizada mulata.
Muchos veteranos la miraban pero como andaban con sus respectivas mujeres, sólo
lo hacían esporádicamente. Yo no. El privilegio de estar sin compañía me daba
el placer de verla ir (un trasero impresionante) y venir (un parachoques de
miedo). Ella destilaba lujuria. Se acerca, me mira a los ojos y dice.
-
¿Otra?
-
¿Otra qué? - ¿Otra copa?
- De todos modos. ¿Cómo te llamas?
- Yanina.
- ¿De dónde eres? No te había visto nunca.
- Vengo de Pinar del Río, en Cuba.
- ¿Y te gusta Santiago?
- En realidad me da frío. Pero tengo que aguantarlo.
Se movía como una modelo. Actuaba como
una modelo y cada tres minutos se acercaba para ofrecerme otra copa. Yo, sin
nada de comida en el cuerpo, comencé a botar el espumoso que me ofrecía en un
macetero que tenía a mi lado. Ella veía mi copa vacía y volvía al ataque. Al
quinto encuentro pregunta:
-
¿Cómo te llamas?
-
Exe- ¿Exe de Exequías?
- Exe de Exequiel
- Tengo un tío en La Habana que tiene tu nombre.
- Yo tengo otro en Chimbarongo que hace paraguas de mimbre, respondí.
- No te entiendo, Exe. ¿A qué te dedicas?
Entre ir y venir le conté mi vida. Ella,
entre venir e ir, la suya. Sus papis, miembros del partido, viendo que la cosa
se estaba poniendo peluda en Cuba, le facilitaron un viaje a Santiago
posiblemente sin retorno. Con los pocos dólares que trajo se hospedó en una
pensión en Vicuña Mackenna y al día siguiente salió a buscar trabajo. Entró de
promotora a una productora y de ahí a la exposición sólo un paso.
- No conozco nada ni a nadie, comentó.
- Hace cuánto tiempo llegaste Yanina
- Tres días, Exe, me dice cuando se retira ya que la llamaron para servir el cóctel.
Fui por cumplir y esto se estaba
poniendo entretenido. Yanina pasaba cada medio minuto a ofrecerme delicadezas rioplatenses
preparadas por los cocineros de la embajada. Sinceramente poco me acuerdo lo
que deguste. Estaba rico pero más rica estaba Yanina. Ella se las arreglaba
para ofrecerme siempre el mejor plato y rellenaba constantemente mi copa. ¿Te
gusta Exe? ¿Te gustaría algo más?

Estaba oscuro cuando el evento se
termina. En la Plaza Italia había una manifestación ruidosa ya que sonaban
sirenas y había un aire enrarecido en las calles periféricas.
- Tengo miedo, me dice Yanina. -No estoy
acostumbrada a las multitudes.
- Cálmate Yanina. Yo vivo para el otro
lado y tengo una habitación libre para que duermas allá. ¿Te animas?- ¿Dónde vives, Exe? ¿Vives solo?
- Cerca de la plaza Ñuñoa, Allá todo es tranquilo
- ¿Me das cinco minutos para preparar todo?
- ¡Diez también, querida.
Tomamos un taxi y en ocho minutos estábamos en
el depa. Aunque no lo crean, mi gato chino movía sus dos manitos. – Me quiero
duchar, Exe. Esto de entrar y salir de la cocina me hace sentir hedionda a
grasa.
- La bata pequeña es la tuya, respondí. (Si
mi paquita supiera que le usan constante y seguido su bata, creo que me
cortaría los cocos a uña limpia.)
Cuando regresó estaba hermosa. Su pelo
ondulado contrastaba con un cuerpo que me hacía tiritar. Se echó a mi lado
mientras yo le servía un ron con Coca Cola
- Esto es lo máximo, Exe
-
Aun no, querida- ¿De que escribes?
- De gastronomía
- ¿Te servirá la inauguración de la exposición??
La bata era pequeña para sus atributos.
Tirada a mi lado cuenta que la generación “Y” es respuesta a los viajes de los
cubanos a Rusia y que en la actualidad muchos nombres en la Isla comienzan con
Y.
-
¿Por eso te llamas Yanina?
No contestó. La miré y estaba durmiendo. Fui
por un par de frazadas, una almohada y la acomodé en el sillón. ¡Qué va! Hace
tiempo que el sueño vence a mis amigas. ¿Estaré poniéndome viejo?
Exequiel
Quintanilla